El emblemático barrio de Parque Luro fue escenario en la tarde del miércoles de un nuevo hecho de inseguridad que acentuó la preocupación de los vecinos frente a la falta de respuesta de las autoridades.

Esta vez una mujer de 56 años y su hija de 26 fueron encañonadas por dos motochorros en Cardiel al 4800 en momentos en que regresaban a su vivienda a bordo de un Fiat Cronos. Los delincuentes, que se movilizaban en una motocicleta color roja similar a la usada en otros asaltos recientes en la ciudad, golpearon a la hija para obligarla a entregar el automóvil y en unos pocos segundos escaparon a toda velocidad hacia la zona de la costa.

La gravedad del caso, ya implícita en la misma acción de los ladrones, se agrava si se considera que todo ocurrió cerca de las 17.15, ni siquiera un horario en donde hay poca gente en la calle como puede ser tarde en la noche o de madrugada.

“Está todo muy complicado. El 9 de mayo, a mi vecino, lo asaltaron igual, dos en una moto roja, y se le llevaron la Amarok. Ahora a nosotros nos toca. El martes, en Patagones y Rejón, a las dos de la tarde le pasó a mi sobrino que le robaron la moto. Uno ve muy pocos patrulleros… la historia de siempre”, dijo Juan, el esposo y padre de las dos mujeres asaltadas.

“Ahora cuando haga la denuncia en el seguro me van a mirar con mala cara, porque ya de la puerta de mi casa me robaron dos ruedas de auxilio hasta que tuve que ponerle una tuerca de seguridad a la que tengo dentro del baúl. Una cosa de locos”, remarcó antes de señalar que en el barrio los vecinos están en permanente contacto pero que hay preocupación.

En el hecho intervino la comisaría distrital séptima que inició una investigación con conocimiento de la fiscalía de turno a cargo de Carlos Russo. “En la policía me atendieron bien, pero eso no cambia nada la situación del barrio y de la gente”, insistió Juan.

Lo ocurrido en Parque Luro es una réplica de lo que sucede en distintos puntos de la ciudad, donde se ve un notorio crecimiento de los robos en la vía pública, en especial bajo la modalidad de “motochorros”, una problemática que ni las autoridades municipales, ni provinciales ni nacionales, al menos en Mar del Plata, parecen comprender. La falta de controles de las motocicletas bitripuladas y de una política más rigurosa al respecto son factores determinantes para no poder combatirla.