Por Rodolfo Manino Iriart

Hace ya algunos años que, junto a un grupo de vecinos de las más diversas profesiones, ideologías y áreas de estudio, empecé a pensar que el futuro próspero de Mar del Plata estaba ligado a la planificación estratégica, es decir, a reflexionar sobre los temas importantes, no solo en lo inmediato. Desde ahí surgieron naturalmente varios ejes, uno de los más importantes fue el avance tecnológico, la innovación y su impacto en la vida de la cuidad.

La tecnología está cada vez más presente en nuestra vida diaria, ofreciendo soluciones, pero también desafíos. La innovación es algo requerido como un valor central en nuestro entramado social y productivo. La revolución tecnológica que vivimos hace ya más de tres décadas solo fue posible entendiendo al proceso innovativo como el motor del desarrollo. Podemos hacer una Mar del Plata tecnológica, con más valor agregado, en donde el conocimiento sea aplicado a una vida más justa, productiva e innovadora. Las siguientes líneas son un aporte a pensar esta nueva realidad.

Existen miedos que giran alrededor de la idea de que la tecnología puede acabar con muchos puestos de trabajo en el futuro. Sin embargo, el Banco Mundial ha salido a decir lo contrario. La implementación de nuevas tecnologías, en las condiciones adecuadas, podría generar más y mejores puestos de trabajo, inclusive para los trabajadores denominados “no calificados”. La entidad señala que con mayor tecnología viene mayor productividad.

Nuestro país debe dar incentivos económicos directos, indirectos y fiscales a los productos tecnológicos, así como nuevas reglamentaciones. Además, otro punto importante es la educación, ya que permite construir una fuerza de trabajo coherente con la demanda futura de habilidades. En América Latina y el Caribe, el 36% de las empresas identifican como inadecuado el nivel educativo de la fuerza laboral, duplicando los índices de los países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (15%), y superando el promedio mundial (21%).

En materia de innovación y desarrollo, en la región hay escasez de investigadores y personal dedicado a esta cuestión, consecuencia de las diferentes políticas y de las deficiencias del sistema educativo. Tampoco se cuenta con muchos laboratorios reconocidos internacionalmente, y cuando de producción científica se habla, la misma es pequeña y su calidad tiene dificultades para competir con la de los países avanzados.

Argentina es uno de los Estados con mejor balance de la región, aunque muy bajo en comparación a otros países del resto del mundo. La inversión estatal en investigación y desarrollo es baja, según la UNESCO. En datos recopilados desde el año 2017 a la actualidad, se calculó que se destinó alrededor del 0,6 del PBI promedio a este sector, mientras que los países más innovadores superan el 3% de su PBI.

Mar del Plata, ¿ciudad tecnológica?

Mar del Plata, como ciudad intermedia que encabeza la lista de urbes con altos niveles de desempleo, y al mismo tiempo, es catalogada como ciudad universitaria, se ve en la necesidad de estar atenta a las nuevas oportunidades para incrementar la productividad y la calidad académica.

En los últimos años se ha desarrollado el concepto de Mar del Plata como un HUB en industria del conocimiento, que incluye, pero no se limita, a las TICS.

Hay trabajos de la Asociación de tecnologías de la información y la comunicación de Mar del Plata y Zona (ATICMA), que sigo en profundidad dado lo esclarecedores que son respecto del tema. Los mismos datan desde el año 2016 al 2019 con datos actualizados a la fecha y afirman que el sector ocupa a unas 2.400 personas y se estima que hacen falta otras 350 por año. Existe una gran heterogeneidad de rubros a los que se dedican los integrantes del sector.

Mismos estudios enseñan que hay 76 empresas en el sector, 400 microempresas (emprendimientos y servicios profesionales independientes y que el sector genera facturación por $3154 millones (41% por ciento de las exportaciones locales).

Al año 2025 estimados de las propias cámaras, empresas y municipio marcan que existen más de 120 empresas y 10.000 personas empleadas en distintas áreas de la industria del conocimiento.

Sin duda, uno de los proyectos más importantes para impulsar el área de las TICs en Mar del Plata es el que está vinculado al Distrito Tecnológico, cuyo desarrollo incipiente será sin duda de gran valor futuro. Según encuestas de la Universidad Fasta, conducidas en distintos periodos desde el 2016 a la actualidad, más del 70% de los encuestados en la ciudad, desconocían el impulso del proyecto del Distrito tecnológico, mientras que cerca del 40% lo considera muy importante para el futuro de la ciudad.

Las encuestas mencionadas, también deja en evidencia el desconocimiento sobre las empresas, asociaciones de profesionales, carreras, entre otros, en materia de tecnología. La mitad de los encuestados no conocen acerca de la oferta universitaria vinculada a TICs, solo el 9% reconoce empresas del sector (aunque la nómina no incluye empresas de desarrollo) y cuando de asociación de profesionales se trata, únicamente el 2% conocía ATICMA.

Sin embargo, más del 80% sí estuvo de acuerdo con una premisa: “La formación en programas computacionales y actividades vinculadas a esta tecnología es muy importante desde la niñez”.

El esfuerzo del sector privado para potenciar esta área económica ha sido remarcable, tomo algunos ejemplos de muchos, solo a modo ilustrativo. Desde la Fundación 360 las capacitaciones en robótica, pensamiento computacional e Inteligencia Artificial han sido un importante acercamiento a sensibilizar sectores de la educación y la producción. Desde la propia ATICMA su listado de oferta TIC local y de carreras TIC son un esfuerzo informativo notable, como así también los diversos talleres de programación lo son desde lo formativo.

Empresas que ofrecen soluciones tecnologías en software como Maker e Infosis o desarrolladores de videojuegos como Bigfoot, como así también consultores en ciencia de datos como Big MDQ data, son solo algunas de las múltiples formas que asume la actividad TIC en la ciudad. El Estado Municipal debe tomar un rol activo para respaldar, acompañar y potenciar la iniciativa privada.

Datos de la propia ATICMA, en un relevamiento publicado en febrero de este año, indican que más de 30 empresas tecnológicas que están impulsando el uso de IA en áreas como salud, agro, comercio, educación, industria, logística y fintech. El potencial de la ciudad como HUB tecnológico es indudable.

Desde el estado municipal se puede hacer mucho, no solo en el trabajo coordinado con el sector privado, que ya ha visto la necesidad de incluir más y mejor tecnología en la vida diaria, social y productiva, sino también con acciones desde lo puramente público.

Debemos direccionar recursos a las áreas de desarrollo productivo, en específico a las de nuevas tecnologías. La oficina de empleo municipal debe ofrecer a los aspirantes a capacitaciones en TIC cuando sea necesario. Las escuelas municipales deben sensibilizar en TICs desde temprana edad y readecuar sus programas a una ciudadanía digital. Los Centros de Formación Profesional tienen que incluir en sus planificaciones anuales cada vez más cursos relacionados con las nuevas tecnologías, debiendo ser estas familias profesionales declaradas como favorecidas.

Desde lo económico-tributario podemos pensar en incentivos para empresas TIC, financiamiento para startups tecnológicas, menos tasas y contribuciones locales para el sector, incubadoras de empresas -con acceso a fondos reembolsables y no reembolsables- en conjunto con las universidades.

El 90% de los ciudadanos no confía en que los políticos actuales, tanto del poder ejecutivo como del Consejo Deliberante local, puedan resolver las problemáticas del vecino, incluidas las nuevas tecnologías. Tenemos que pensar con nuevas ideas, escuchar las demandas del ciudadano. Las tecnologías cambian, las ciudades cambian, quienes pensamos el tema debemos afrontar esta realidad.