Dentro de una semana se van a cumplir cuatro meses de uno de los asaltos más audaces e impresionante que se recuerden en Mar del Plata en los últimos años y que recién se conoce por estos días. Una anciana de 87 años fue despojada de 500 mil dólares o 600 millones de pesos al cambio actual por una banda que logró desaparacer prácticamente sin dejar rastros, ya que, pese a que hubo un hombre detenido, la Justicia ignora por el momento quiénes fueron los autores.

El robo tuvo la precisión de esos hechos que son planificados a partir del conocimiento previo de información sensible y se asemeja a otros en los que estuvieron involucrados vendedores de moneda extranjera o financistas.

Eran las 15.24 del 4 de marzo pasado cuando un Citroën Cactus ingresó a la cochera de un edificio ubicado en la zona de Alsina y la Costa. Los tres ocupantes no despertaron sospechas porque utilizaron un control remoto para abrir el portón como cualquier propietario o inquilino de aquel lugar.

La reconstrucción posterior hecha por los investigadores reveló que los tres hombres esperaron en la cochera cuatro minutos hasta que a las 15.28 una mujer les avisó que “el objetivo” estaba en su lugar. Es que segundos antes esa joven había tocado el portero eléctrico de uno de los departamentos del segundo piso y hablado con la única moradora, una mujer de 87 años.

Los delincuentes no se apresuraron a consumar el robo. Permanecieron un tiempo prolongado en el garage y cuando entendieron que estaban dadas las condiciones subieron. Es evidente que esta banda sacaba así provecho de información previa: sabían que la víctima era una anciana, que vivía en un departamento del segundo piso, tenían llave para entrar y, fundamentalmente, que tenía ahorros.

Ya dentro del departamento los tres hombres ataron a la víctima de pies y manos, y también le cubrieron la boca para evitar que gritara. Recién entonces le empezaron a exigir la entrega de objetos de valor y dinero, al mismo tiempo que revisaban los distintos ambientes del departamento. Lo que por el momento se ignora es si los asaltantes tenían la precisión de que allí había semejante cifra, porque en uno de los muebles dieron con 100.000 pesos y 500.000 dólares.

Averiguaciones practicadas por LA CAPITAL señalan que ese monto correspondería a la venta de campos y que por alguna razón la mujer prefería mantenerlos allí que a resguardo en una entidad bancaria.

Lo cierto es que con tal botín, los ladrones se dieron por demás satisfechos y emprendieron la huida. Dos de ellos se dirigieron hacia la cochera y escaparon en el Citroën al que le habían colocado una chapa patente de otro vehículo. El restante, con absoluta tranquilidad, descendió por las escaleras y salió por la puerta principal del edificio empleando para ello la llave.

Una vez que la policía tomó conocimiento de lo ocurrido a través de la denuncia realizada por la víctima se le dio comunicación al fiscal Mariano Moyano, quien dispuso distintas medidas para identificar a los ladrones.

Las primeras líneas de trabajo de lo investigadores llevaron al fiscal a pedir el allanamiento de una casa y la detención de un hombre, por considerar que era uno de los autores. El sospechoso estuvo detenido pero la Justicia de Garantías dictó semanas después la falta de mérito por entender que la acusación solo estaba basada en indicios y que carecía de prueba sólida.

“De lo hasta aquí expuesto, considero que el cumulo de indicios reunidos, hasta el momento no resultan suficientes para demostrar con el grado necesario la participación del imputado en el injusto investigado, y por lo tanto no existe, mérito suficiente para mantener la medida de coerción que le fuera impuesta, correspondiendo no hacer lugar a la petición Fiscal y disponer la inmediata libertad. (art. 320 del CPP). Claro está que el temperamento puede variar en la medida que la investigación fiscal reune la contundencia necesaria para hacer lugar al encierro cauterlar del imputado”.

Es decir que, aunque quedó en libertad, este individuo continúa procesado y el fiscal Moyano profundizó la investigación para buscar a quienes cometieron el hecho, a la mujer que también participó y a quienes dieron la información previa.