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Policiales 5 de agosto de 2025

Femicidio de Rosario Domínguez: “Los hijos saben lo que pasó y no quieren ni ver al papá”

En la segunda jornada del juicio, en el Tribunal N° 3 se escucharon testimonios de testigos que hablaron del contexto en el que la víctima y el acusado, Jacinto Ríos, vivían. El campo, el trabajo en la plantación de kiwi, los celos y una supuesta violencia de género que nunca fue denunciada.

El imputado, Jacinto Ríos, podría recibir la pena de prisión perpetua.

La sala del Tribunal Oral N° 3 fue el escenario en el que diferentes testigos contaron detalles de la relación que tenían Rosario Domínguez  y el acusado de haberla matado, Jacinto Ríos, y si bien no hubo nunca una denuncia formal de violencia de género, una amiga de la víctima sí contó que la mujer sufría maltratos físicos y psicológicos.

Jacinto Ríos era el esposo de Domínguez y juntos tenían dos hijos, un varón y una nena. El hombre trabaja en la plantación de kiwi de un campo cercano a Miramar y en abril de 2023, la víctima había conseguido un trabajo en ese lugar, ya que era época de poda y hacía falta más personal.

Ríos, llega al juicio detenido, imputado por el delito de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”, que prevé la pena de prisión perpetua.

Los testigos que declararon en esta segunda jornada fueron ofrecidos por la fisca, Ana Caro, para poner en contexto cómo era la relación entre víctima y victimario. Uno de los que habló este martes fue el cuñado de Rosario Domínguez, O.G., un hombre que también trabaja en el campo, pero en la cosecha de frutilla. El testigo comentó que días previos al femicidio, la víctima le había dicho a su esposa que si algo le llegaba a pasar, ellos tenían que hacerse cargo de sus hijos.

No dio detalles, no dijo si sufría o no violencia de género. La víctima, a días de ir a trabajar al mismo campo que Ríos, solo le pidió a su hermana eso. Que se hiciera cargo de sus hijos. Y así sucedió, tras el femicidio, el testigo contó que junto a su esposa son quienes cuidan y crían a los hijos de Domínguez y Ríos. “Los chicos están muy bien. Saben todo lo que pasó y no lo quieren ver”, expresó el hombre y agregó: “Tienen miedo de que salga el papá y les haga lo mismo”.

Una amiga íntima de Rosario Domínguez, B.G., fue presentada como testigo en el juicio y dijo que la víctima sufría violencia física, sexual, psicológica y económica. Si bien aclaró que nunca presentó la denuncia ni le vio moretones o marcas de golpe, sí aseguró que su amiga le narraba habitualmente situaciones de violencia de género.

“Ríos le pegaba, la aisló de la familia, no le dejaba salir”, aseguró la testigo y agregó: “Ella no hacía la denuncia por los nenes, porque se autoconvencía con que no era grave y que iba a salir de ahí en algún momento”.

La mujer expresó que Domínguez tuvo que ir hasta el campo donde trabajaba Ríos porque no tenía dinero, ya que el hombre “no aportaba nada para sus hijos”. “El día anterior al femicidio ella se había mudado al campo para trabajar. Había vuelto ahí, a verlo por su economía, no para que pasara esto”, expresó finalmente.

Otros dos testigos definieron a Ríos como un “papá normal”, cariñoso con sus hijos y que no generaba problemas. Incluso la comunidad educativa del jardín rural donde iban los nenes, destacaban que la pareja participaba en la actividad de la institución. La muerte de Domínguez, para estos testigos, fue inesperada, ya que nunca habían percibido ningún tipo de conflicto profundo en la pareja.

El juicio por el femicidio de Domínguez tendrá una audiencia más con testigos el miércoles y se espera que el jueves sean los alegatos de la partes.

Rosario Domínguez (27) fue asesinada el 20 de abril de 2023 en un establecimiento rural en las afueras de Miramar de un disparo en la cabeza, su cuerpo, además, presentaba golpes que podrían haber sido provocados a culatazos.

El propio Ríos fue quien se comunicó con la policía para decir que había encontrado a su mujer sin vida. Los policías al llegar al lugar advirtieron alguna conducta contradictoria en el hombre y cuando la propia fiscal Caro asistió se hizo más notorio el nerviosismo y las incongruencias en el relato. Ante esto, la fiscal aprehendió de urgencia a Ríos y el Cuerpo Médico policial lo revisó: tenía rasguños en la espalda y otras partes del cuerpo.

Ríos fue detenido en el lugar y quedó imputado de “homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género”.

En el campo de 35 hectáreas ubicado en el kilómetro 15 de la ruta 77 y unos 2000 metros hacia el lado de Mar del Plata fueron secuestrados varias municiones y una soga a metros de donde estaba el cuerpo de Domínguez. Además, varios testimonios señalaron que en el campo tenía un arma de calibre similar al de la munición extraída de la cabeza de la mujer.