CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
La Ciudad 10 de agosto de 2025

Martín Llaryora: “Grito Federal es el partido de la sensatez”

El gobernador de Córdoba concedió una extensa entrevista a LA CAPITAL. “El ajuste más grande no lo hizo la Nación, lo hicimos las provincias”, expresó, y detalló que “sin infraestructura, el interior está condenado. No hay desarrollo posible”.

"Acompañamos lo que está bien y ponemos límites a lo que está mal”, aseguró Llaryora en su diálogo con LA CAPITAL.

Por Marcelo Pasetti
@marcelopasetti

En su paso por Mar del Plata, tras participar de la Semana Social de la Iglesia, el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, habló sin medias tintas con LA CAPITAL sobre el momento político y económico del país. El mandatario reivindicó la necesidad de consensos, defendió la gestión cordobesa, cuestionó duramente el rumbo del Gobierno nacional y detalló la conformación de Grito Federal, la alianza de gobernadores que, asegura, será un actor decisivo en el Congreso. Además, reclamó “sensatez” en la política, defendió la inversión social y advirtió que “sin infraestructura, el interior está condenado”.

Para Llaryora, la crispación política y la pelea permanente están agotando a la sociedad. “En Córdoba venimos hace mucho tiempo trabajando sobre un modelo distinto: se puede pensar diferente y trabajar juntos. La actividad privada y la pública se complementan, generando políticas de Estado que dan certezas”, señaló. Esa estabilidad, afirmó, es la que permite atraer inversiones de largo plazo, algo que el país no logra porque “el mundo nos ve como una potencia con una inseguridad que espanta a quienes quieren invertir. Nos dicen que los argentinos ‘van y vienen, van y vienen’. Esa inestabilidad es lo que impide que lleguen inversiones duras, de las que generan fábricas y empleo por generaciones, no capitales especulativos que entran y salen”.

El gobernador insistió en que la Argentina “necesita dar señales de certidumbre” para que las empresas planifiquen a diez o quince años. Como ejemplo, mencionó el reciente congreso automotriz realizado en Córdoba, donde “las inversiones que se proyectan se piensan para una década, no para un trimestre. Pero para eso, el país tiene que sostener políticas más allá de los cambios de gobierno. Hoy, Córdoba lo hace; la Argentina, no”.

La idea de consensos no implica, aclaró, renunciar a marcar diferencias. “Acompañamos lo que creemos que está bien para el país y nos oponemos a lo que consideramos que está mal. Por eso hemos tenido tensiones tanto con este Gobierno como con el anterior. Me acuerdo que en la primera Ley Bases querían imponer una retención del 15 % sobre el valor de la industrialización para la exportación. Nos opusimos y lo sacamos. Lo mismo con la Ley de Discapacidad: es una barbaridad lo que están haciendo. Hay medidas que parecen más ideológicas que económicas. Y eso, en un momento de crisis, es peligroso”.

El nacimiento de Grito Federal

En ese espíritu surgió Grito Federal, un frente que reúne a cinco gobernadores de distintos signos políticos: “Provincias unidas, con dirigentes que se puedan ir sumando, van a ser la tercera fuerza nacional y una voz decisiva en el Congreso. Es el partido de la sensatez. No se trata de oponerse por sistema ni de alinearse por conveniencia: se trata de tener la valentía de decir ‘sí’ cuando hay que acompañar y ‘no’ cuando corresponde frenar. No tenemos miedo de hacerlo. El país no puede gobernarse a base de eslóganes ni de blanco y negro permanente”, sentenció.

MARTÍN LLARYORA 03

La proyección electoral, asegura, “está de por sí” y se ampliará si se suman más dirigentes. “Si en el Congreso hay una fuerza que pueda marcar la diferencia en Diputados y en el Senado, eso ordena. Obliga a que no se pueda imponer todo por mayoría circunstancial. Es un espacio que puede poner sobre la mesa temas que hoy están fuera de la agenda nacional”, consideró en otro tramo de la charla con este medio.

Llaryora cuestionó la visión del Gobierno nacional sobre el equilibrio fiscal: “Hay que tener superávit, claro, pero con un modelo de desarrollo productivo. Gobernar no es solo ordenar las cuentas, es llevar al progreso a una sociedad. Si el Estado no hace las obras que el privado no puede, quedamos paralizados. Y hoy el país está paralizado”, dijo.
La parálisis, a su entender, se nota especialmente en la obra pública. “Si el privado puede hacerla, perfecto; pero si no, el Estado tiene que estar. No podemos tener rutas destruidas y energía que no avanza mientras se guardan fondos específicos como el impuesto a los combustibles. No se está haciendo nada y eso frena cualquier plan de inversión seria”.

Frente a los recortes en áreas sensibles, defendió decisiones propias: “Aumentamos jubilaciones mínimas y dimos un bono de 100 mil pesos bimestral a quienes menos ganan. Sostuvimos el boleto educativo gratuito, cubrimos el incentivo docente y garantizamos medicamentos. Eso no es gasto: es inversión social para garantizar la paz. Si no lo hacíamos, el costo social iba a ser altísimo. Y el Estado provincial tiene que estar para evitar que la crisis rompa la cohesión social”.

Para el gobernador, “el ajuste más grande no lo hizo la Nación: las provincias hemos hecho un esfuerzo mucho mayor. Córdoba pone más a la Nación de lo que recibe. Y mientras tanto, los ATN no se reparten, los fondos para obras se guardan y se pretende mostrar equilibrio fiscal sobre la base de transferir funciones y costos al interior”.

Federalismo y producción

El mandatario advirtió que sin infraestructura no hay desarrollo real. “Somos uno de los 10 países más grandes del mundo y no tenemos resuelto el tema logístico. Sin trenes, con rutas rotas y sin conexión fluvial eficiente, el interior está condenado a producir con costos altísimos. Kennedy decía: ‘No somos ricos y por eso hicimos infraestructura; hicimos infraestructura y por eso somos ricos’. Nosotros seguimos al revés. Y eso es una condena para el interior profundo”, subrayó.

A su vez, alertó sobre el riesgo de abandonar la industria y la producción regional. “No hay plan económico que dure sin un plan productivo que genere trabajo. La energía, la minería y el agro son motores claves, pero no crean suficiente empleo. La industria y los servicios sí lo hacen, y eso requiere políticas activas: parques industriales, capacitación, acceso al crédito, logística eficiente”.

Más adelante, defendió con firmeza el sistema científico y educativo frente a los recortes. “No podemos destruir por ideología nuestro esquema científico-tecnológico. El INTA, las universidades, los hospitales como el Garrahan son pilares. Si hay pensiones mal otorgadas, corríjanse, pero no se deje a los discapacitados sin ayuda. Y lo mismo con la universidad: habrá que mejorarla, vincularla al sector productivo, auditarla si hace falta, pero no desfinanciarla. La educación y la ciencia son inversiones que nos permiten competir en el mundo”.

Sobre el rol del Estado, insistió en que “fracasó el modelo de Estado que asfixia la actividad privada y también el libre mercado absoluto. Los países que triunfan generan una actividad privada fuerte con condiciones macroeconómicas, infraestructura y educación de calidad. Sin eso, no existe progreso. Y no lo digo desde la teoría: en Córdoba lo estamos aplicando y funciona”, concluyó.

 

Entre los tres gobernadores mejor valorados

Un reciente informe de una consultora nacional ubicó a Martín Llaryora entre los tres gobernadores con mayor imagen positiva del país, con un 59% de aprobación. El cordobés relativizó el dato: “Las encuestas son termómetros, van y vienen. Es importante que valoren la gestión, pero moverse por encuestas es un gran error. A veces hay que tomar medidas difíciles que no se entienden en el momento, pero que en el futuro muestran sus resultados”, explicó.
Sin vínculo con Diana Mondino

En los últimos días circularon versiones que vinculaban a Llaryora con la excanciller Diana Mondino, tras fuertes críticas de la economista al presidente. El gobernador fue tajante: “No estoy en conversaciones con Diana. Es una excelente empresaria y académica, pero no tengo ningún vínculo político con ella. Me enteré por las redes de todo este debate”, explicó.