Los vecinos del barrio Parque Luro exhiben su estupor ante la presencia de los efectivos de la Policía Federal y la prensa, apostados este martes a la tarde frente a la casa de Padre Cardiel 4152. Aún no pueden creer que aquella vecina que tan amable parecía cuando la cruzaban al pasear sus perros sea la heredera de un financista nazi.

La noticia salió a la luz hace menos de 24 horas, al conocerse por medio de la investigación de un diario neerlandés que la pintura “Retrato de una dama”, del artista italiano Giuseppe Ghislandi (1655-1743), estaba en Mar del Plata. Entonces, el nombre de Friedrich Kadgien comenzó a repetirse en los portales de noticias nacionales e internacionales.

“No puedo creer que sea esta la casa donde estaba el cuadro. Vi la nota en LA CAPITAL, y a ella la conozco desde siempre. Creo que es profesora de yoga y antes hasta tenía un gimnasio en el garaje, es una mujer amorosa“, dice una vecina que prefiere no ser identificada en diálogo con este medio. Y agrega: “También la he visto a su hermana, que era muy linda… Fue modelo inclusive”.

El cuadro estuvo colgado en el living de la casa de una de las hijas de Friedrich Kadgien.

La entrevistada se refiere a Patricia, su vecina, y a su hermana Alicia Kadgien. La primera es profesora de yoga y en sus redes sociales, donde se colocó su segundo nombre y otro apellido luego de que la noticia del hallazgo del cuadro fuera publicada en los medios, se presenta también como biodecodificadora. Esto es, una persona que lleva a cabo una propuesta de la medicina alternativa que intenta encontrar el origen metafísico de las enfermedades, o su significado emocional, para buscar a partir de allí la forma de sanar. Incluso, suele bucear en el árbol genealógico y en la historia de los antepasados de quienes se someten a ellas.

Por su parte, Alicia Kadgien fue modelo y en el ámbito local tuvo trascendencia en una gran cantidad de eventos y reuniones sociales.

Uno de los nietos de Friedrich Kadgien, en tanto, es Lucas Oberst Kadgien, quien vivió en Mar del Plata y actualmente reside en Chile, donde tiene una banda de heavy metal y es representante de Harley-Davidson, sin vínculos públicos con el pasado de su abuelo.

Friedrich Kadgien.

“Esto es como en la película de Netflix”

Otros habitantes de la cuadra de inmediato aportan más información. “Nosotros nos mudamos acá hace 20 años y ellos ya estaban en la casa. Siempre nos saludamos cuando nos cruzamos paseando los perros”, dice el hombre. Por su parte, su pareja manifiesta que al tomar conocimiento del caso, se le vino a la mente una película que había visto hace poco tiempo en Netflix.

“Esto es igual a lo que pasa en la película ‘La Dama de Oro’, si no la vieron mírenla. No puedo creer que la vi, me encantó y ahora es un hecho real que pasa enfrente de mi casa”, revela, todavía asombrada, la mujer.

En rigor, el filme protagonizado por Helen Mirren, Ryan Reynolds, Katie Holmes y Jonathan Pryce, entre otros, narra la historia verídica de Maria Altmann, una anciana austríaca de origen judío refugiada que vive en Cheviot Hills, Los Ángeles, que junto con un joven abogado, Randy Schoenberg, lucharon contra el gobierno de Austria durante casi una década para reclamar el icónico retrato de su tía Adele Bloch-Bauer, pintado por Gustav Klimt, robado a sus familiares por el régimen nazi en Viena antes de la Segunda Guerra Mundial, en el periodo conocido como Anschluss.

Altmann llevó la batalla legal hasta la Corte Suprema de los Estados Unidos, que se pronunció en el caso de la República de Austria vs. Altmann (2004). Al igual que ocurre con el cuadro “Retrato de una Dama”, la pintura de Klimt también exhibe a una mujer y fue llamado “Retrato de Adele Bloch-Bauer I”, aunque es más conocido como “La Dama de Oro”.