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Interés general 27 de agosto de 2025

Sofitel, Armani, Aston Martin y el interés por Mar del Plata, más dolares y más turistas que se van y la abogada “picante”

Todos los entretelones de lo que es noticia en Mar del Plata

 

En los cafés de Güemes y en los privados de algunos restaurantes top de la ciudad se escuchó, en estos días, un murmullo distinto. No se trataba de la crisis, ni de las quejas de temporada baja: eran nombres en inglés y francés que empezaban a circular como promesas de otro tiempo. Armani, Aston Martin, Sofitel, SLS, Delano, Porsche. Nombres que hasta ahora sonaban lejanos, vinculados a Miami, Dubái o San Pablo, y que de repente, en voz baja, aparecen en los pasillos marplatenses. La excusa o el detonante fue la visita a la ciudad de Guilherme Cesari, el hombre que la hotelera francesa AccorHotels nombró como Head de Desarrollo de Nuevos Negocios en Latinoamérica para el segmento lujo. Cesari no es un improvisado: tiene trayectoria en inversiones hoteleras e inmobiliarias, y especialidad en cerrar contratos que suelen terminar en torres de cristal y nombres de marca grabados en la fachada. Accor, con enseñas como Sofitel, SLS o Delano, ya tiene experiencia en asociar lujo con ladrillo.

 

 

Pero Cesari no vino solo. Representantes de Armani y Aston Martin también recorrieron terrenos y mantuvieron encuentros discretos. Por ahora, son sondeos. Pero en el “mercado de rumores” se asegura que preguntaron por lotes estratégicos frente al mar. El espejo que se usa es Miami. Allí, Aston Martin levantó una torre de 66 pisos con la firma de Coto como desarrollador argentino, Armani tiene su rascacielos en Sunny Isles, Porsche construyó la torre donde vive Messi con ascensores que suben los autos hasta el living, y Fendi o Bentley hicieron lo propio en otros proyectos. En San Pablo, Armani repite la fórmula. Y en Buenos Aires, ya están en marcha Sofitel Towers y la primera torre Dolce & Gabbana en Puerto Madero. La pregunta que se hacen algunos desarrolladores en Mar del Plata es sencilla: ¿por qué no acá? La ciudad ya tiene el antecedente de Hard Rock, que decidió desembarcar con su local gastronómico a inaugurarse antes de la temporada. La lógica es que, si una gran cadena se animó, otras pueden seguir.

 

 

El contexto acompaña: terrenos bien ubicados, costos todavía competitivos frente a Miami o Buenos Aires, y una ciudad con marca propia, con historia, con mar y con aeropuerto. Eso sí: todo requiere lo que en política llaman “voluntad de gestión” y en el mercado, “seguridad jurídica”. En los pasillos de la política local, algunos se entusiasman con la idea de ver una Torre Armani en Playa Grande, un Sofitel Residences frente al mar, o incluso un Porsche Tower con vistas al Puerto. Otros bajan a tierra: recuerdan que son inversiones multimillonarias y que la macro argentina no ayuda. Pero todos coinciden en que el solo hecho de que estas marcas estén sondeando ya habla de un cambio de época. Por ahora, el diálogo es de pasillo, a media voz, como se habla de las cosas grandes cuando todavía son bocetos en una servilleta. Entre desarrolladores, inversores y funcionarios locales, se escuchan frases como:
—“Si Armani pregunta por terrenos, es porque la ciudad entró en el radar.”
—“Con una torre así, Mar del Plata se pone en la vidriera internacional.”
—“Después de Hard Rock, nadie puede decir que es imposible.”
El tiempo dirá si esas voces se transforman en grúas y cemento. Por ahora, Mar del Plata juega a soñar: que en un futuro no tan lejano, los apellidos del lujo global compartan esquina con el mar y el viento de la costa atlántica.

 

Quien también estuvo en la ciudad fue Damián Tabakman, presidente de la Cámara de Desarrolladores Inmobiliarios y figura fuerte del sector en toda Latinoamérica, quien expuso en la Expo Real Estate. Aseguró que la confianza de los desarrolladores no es puro discurso: hay nuevos proyectos en carpeta, venta de terrenos y hasta financiaciones más largas que antes eran impensadas. Pero ojo: la rentabilidad todavía no aparece y, según el propio Tabakman, la banca no es parte de la solución. “No esperamos nada de los bancos”, soltó sin anestesia, aunque enseguida aclaró que el financiamiento empieza a salir directamente de los desarrolladores hacia los compradores, un dato clave que marca hacia dónde se mueve el negocio. En Mar del Plata, el diagnóstico fue elogioso: “ciudad pujante, con proyectos arquitectónicos de gran calidad y hasta nombres internacionales”. En el pasillo inmobiliario, lo que se lee es claro: los desarrolladores creen más en sí mismos que en las políticas financieras, y la apuesta está puesta en sostener obras, ajustar costos y esperar que el mercado acompañe. Con un dato extra: Mar del Plata empieza a aparecer en el radar de proyectos nacionales de escala, algo que no siempre pasaba.

 

 

Julio dejó una postal que incomoda en más de un despacho oficial: 1.558.500 argentinos se fueron al exterior, un salto del 30 % respecto al año pasado. Al mismo tiempo, el turismo receptivo se desplomó un 26 %, con apenas 704 mil extranjeros entrando al país. La cuenta es sencilla: 854.500 visitantes de déficit. O, dicho en criollo, más dólares que se van y menos que entran. La comparación con junio muestra que no es un hecho aislado. El mes anterior ya se había registrado un fuerte desequilibrio: 643.800 salidas contra 318.800 ingresos, pero en julio todo se multiplicó. Más viajes al exterior, menos turismo en la Argentina. ¿Las razones? Hay varias, y todas suenan conocidas: la brecha cambiaria que sigue haciendo atractivos ciertos destinos afuera, la facilidad de cuotas para volar y comprar, el invierno argentino que empuja al Caribe o a Miami, y un país que, pese a su potencial, no logra seducir al turista extranjero con conectividad, precios y seguridad.

 


El problema no es solo macroeconómico. En lugares como Mar del Plata, donde el turismo no es un rubro más sino el corazón de la economía, la señal es preocupante. Porque mientras miles de argentinos se sacan selfies en Disney, acá los hoteles y restaurantes se preguntan cómo llenar las camas y las mesas fuera de temporada. Y ahí aparece la política. En Balcarce 50 algunos dicen que “es un fenómeno estacional”. Otros, que lo importante es que el consumo se reactive, aunque sea afuera. Pero los más realistas admiten que el drenaje de divisas por turismo empieza a ser una grieta silenciosa en la economía: no sale en la tapa de los diarios como la deuda o la inflación, pero erosiona la caja día a día. En definitiva, mientras el Presidente mira los números de la macro y celebra que “la inflación sigue bajando”, los aeropuertos cuentan otra historia: la de un país que exporta turistas e importa problemas. Y que, como siempre, termina preguntándose lo mismo: ¿quién paga la cuenta?

“¡Qué picante estuvo la Perelló¡”, disparó en la noche del domingo el exjuez presente en otro asado de cumpleaños, esta vez de abogado que volvió a su profesión tras haber incursionado en la política. Se referían a lo denunciado por la reconocida abogada penalista marplatense, Patricia Perelló, quien no dudó en afirmar que “hoy hay una mafia que fogonea falsas denuncias de abuso”. En Mesa Chica, el programa de streaming de LA CAPITAL y Canal 8, denunció que existe un entramado de psicólogos, ONG y abogados que promueven acusaciones falsas en causas de abuso sexual, muchas veces en contextos de separación de parejas. “Hoy hay más denuncias de abuso que de robo. Es un negocio montado sobre la tragedia de otros”, advirtió. Uno de los temas que acaparó la atención casi generalizada, a la hora del postre, fue el del fentanilo contaminado que generó casi un centenar de muertos en la Argentina. El empresario ligado al sector farmacéutico adelantó una información que no dejó de sorprender y que luego se hizo pública a través de una investigación de la agencia Noticias Argentinas, en el sentido de que la droguería de García Furfaro facturó millones al Gobierno días antes del estallido por el fentanilo, siendo una de las ventas más importantes la concretada ante el Inareps de Mar del Plata.

 

 

Sorprendieron los datos que aportó el economista en otro tramo de la cena. “¿Saben quién es el principal vendedor de hamburguesas y cafés en la Argentina?”, preguntó sin dar tiempo a las respuestas. “Aunque no lo parezca, las tiendas Full de YPF ya superaron en ventas a la principal cadena de hamburguesas del país un mes antes de lo previsto. Además, en el último mes -continuó diciendo, consciente de que acaparaba la atención de todos- se vendieron 3,1 millones de cafés, lo que representa más de dos tercios del mercado nacional”. Luego leyó datos desde el teléfono. YPF Full -dijo- vendió más de 20 millones de cafés en el primer semestre, un 15% más que en 2024. Entre enero y julio de 2025, registró un crecimiento de casi el 15% en sus ventas de café frente al mismo período del año anterior. En esos siete meses se vendieron 20.002.308 cafés, con un promedio diario de 97.700 unidades. En el mismo período, en las 1.114 tiendas de todo el país se vendieron 29.316.448 medialunas, 4.585.619 hamburguesas y 2.021.036 alfajores Full. “Queremos que nuestra oferta refleje la diversidad de la Argentina, y por eso vamos a comenzar a incorporar productos regionales que representen la identidad y los sabores de cada rincón del país”, señaló días atrás el presidente y CEO de YPF, Horacio Marín.

 

marcelo

 

Hubo tiempo para hablar de series y películas. Y la charla se puso más interesante cuando se refirieron a “Angi: crimen y mentira”, el documental de Netflix que cuenta la historia de María Ángeles Molina, la mujer que se hizo pasar por su mejor amiga, le sacó seguros millonarios… y cuando estaba a punto de ser descubierta, la asesinó. El caso hizo ruido porque la serie estuvo frenada por la justicia. Angi, desde la cárcel, se quejó por el uso de imágenes privadas, y un juez le dio la razón. Netflix levantó todo. Recién ahora, semanas después, se estrenó editada y recortada. Pero lo más fuerte para Mar del Plata es otro capítulo: el marido de Angi era marplatense. En 1996 apareció muerto en su casa, un supuesto suicidio que nunca cerró del todo. Y en el documental hablan de eso: aparecen la hermana y los amigos del marplatense, que ponen voz y memoria a esa sospecha. Así, el true crime que parecía lejano también tiene un pedazo de historia nuestra. Un crimen internacional… con raíz marplatense.

 

 

 

 

Mar del Plata fue noticia a nivel internacional. Un cuadro robado por los nazis reaparece en Mar del Plata tras 80 años. La obra Retrato de una dama, saqueada de la colección del marchante judío Jacques Goudstikker durante la Segunda Guerra Mundial, fue hallada en el living de un chalet de Parque Luro. En realidad, se ve el cuadro en una foto de la vivienda difundida por la inmobiliaria. El cuadro no está. La vivienda pertenece a los herederos de Friedrich Kadgien, funcionario de confianza de Hermann Göring. El hallazgo revela cómo piezas históricas pueden permanecer ocultas durante décadas y cómo Mar del Plata, sin saberlo, se cruza con la historia global del saqueo nazi de arte. En los pasillos más inesperados de Mar del Plata, a veces la historia, aquella que parecía enterrada bajo los escombros de la Segunda Guerra Mundial, golpea con fuerza. Un cuadro robado por los nazis en Holanda en 1940 acaba de reaparecer, ochenta años después, colgado en la pared de un chalet de Parque Luro. La obra, Retrato de una dama, pintada por Giuseppe Ghislandi en el siglo XVII, había sido saqueada de la colección del marchante judío Jacques Goudstikker. Los expertos holandeses confirmaron que no es una copia: es el cuadro original.

La casa pertenece a una de las hijas de Friedrich Kadgien, conocido como “el mago de las finanzas nazis”. Kadgien fue funcionario de confianza de Hermann Göring, miembro de las SS y especialista en ocultar fortunas y obras de arte en bancos suizos mientras Europa ardía. Al final de la guerra, Kadgien escapó a Suiza, luego a Brasil y finalmente a Argentina. Vivió en Buenos Aires hasta su muerte en 1978, protegido por redes de negocios y amistades poderosas. Nadie le pidió cuentas y, como se ve, hasta pudo colgar en su casa el botín de guerra más incómodo. El hallazgo abrió un proceso de restitución: los herederos de Goudstikker ya iniciaron acciones legales para recuperar la obra. Mientras tanto, la ciudad vuelve a quedar bajo los reflectores internacionales, aunque no por turismo ni teatro, sino por un capítulo oscuro del siglo XX que acaba de salir a la luz. Lo inquietante de este hallazgo no es sólo la historia del cuadro, sino lo que nos dice sobre la ciudad. Mar del Plata siempre fue un puerto de llegada: de inmigrantes, de turistas, de soñadores… y también de sombras. Los nazis encontraron refugio en estas costas y, con ellos, sus secretos y tesoros. “No se trata solo de un cuadro colgado en un living: se trata de una memoria que insiste en recordarnos que el pasado nunca se va del todo, apenas cambia de dirección en el GPS”, refería colega de medio capitalino, más que interesado en esta historia.