“No hay caso resonante en el cual, de forma directa o indirecta, no aparezca Mar del Plata”, señalaba hace algunos años un viejo maestro de periodistas cuando en las redacciones se fumaba y sonaban los teléfonos en forma incesante. En estas horas se sonreiría. Por un lado, se estableció que uno de los tantos vuelos del ahora excandidato a diputado nacional José Luis Espert en el avión privado de “Fred” Machado, empresario ligado al narcotráfico que será extraditado a Estados Unidos, llegó oportunamente hasta el aeropuerto de Camet. Por otra parte, Mar del Plata, este martes, fue el escenario escogido por el presidente Javier Milei y La Libertad Avanza para relanzar la campaña en la provincia, con Diego Santilli encabezando –al menos por algunas horas– la boleta. El presidente asistió a la inauguración de la nueva planta de Lamb Weston –la inversión privada más destacada de los últimos años en la ciudad– en el Parque Industrial, el mismo lugar que visitó el viernes pasado el gobernador Axel Kicillof junto a quien será el principal contendiente de Santilli, tal el caso de Jorge Taiana. Juntos también, Milei y Santilli tuvieron su primera foto de la “nueva campaña” en Mar del Plata, en la zona de Güemes y Avellaneda, donde supo mostrar la motosierra en la campaña que antecedió a su elección como presidente.

Los registros de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la ANAC reflejaron que José Luis Espert realizó en total 36 vuelos en 2019, utilizando aviones asociados a “Fred” Machado, actualmente preso por narcotráfico. El 29 de julio de 2019, Espert arribó al aeropuerto de Camet a bordo del Bombardier Challenger (patente N28FM), en plena campaña electoral, para, entre otras actividades, ofrecer una conferencia de prensa en un café céntrico junto al marplatense Guillermo Castello, actual diputado provincial. ¿Quien llegó en ese avión de Machado con Espert y se quedó un día más para mantener una serie de encuentros con empresarios locales? Por ahora, una pregunta sin respuestas. En cuanto al diputado nacional acusado de recibir un pago de 200 mil dólares de Machado, en aquella conferencia de prensa en Mar del Plata había pedido “terminar con un sistema de empresarios corruptos”, al tiempo que criticaba al entonces presidente Mauricio Macri –el mismo que en la reunión del viernes con Milei le sugería que se desprendiera rápidamente de Espert cuando el escándalo escalaba–, señalando que “está dejando un país con menos actividad económica, más inflación y más pobreza que la que dejó Cristina”. Y añadió: “El gobierno de Macri es parte del problema y no de la solución de los argentinos”. Paradojas de la política, seis años después de aquellos dichos, uno de los hombres del riñón de Macri como lo es Diego Santilli, lo reemplazará como principal candidato de La Libertad Avanza en los comicios del 26 de octubre próximo.

Llamados telefónicos entre el presidente Javier Milei y el ministro de Economía, Luis Caputo, quien se encuentra en Estados Unidos negociando el programa de rescate económico; charlas entre el jefe de Gabinete, Guillermo Franco, el ministro del Interior, Lisandro Catalán, y el intendente Guillermo Montenegro en un salón; Diego Santilli y Karen Reichardt en otra mesa monitoreando lo que a 400 kilómetros decidía la Junta Electoral sobre la lista de La Libertad Avanza tras la renuncia del primer candidato, José Luis Espert, en el medio de un escándalo; los candidatos a diputados nacionales Santiago Pareja y el marplatense Alejandro Carrancio analizando los resultados de la reunión que acababan de mantener con referentes de LLA de la quinta sección electoral; los especialistas en redes del gobierno con Iñaki Gutiérrez a la cabeza definiendo la tarea a desarrollar en la caminata que se realizaría horas más tarde… Todo ello sucedía en la tarde del lunes en el Hermitage Hotel de Mar del Plata, en “las horas muertas” entre la inauguración de la planta de Lamb Weston en el Parque Industrial y la caminata del presidente Javier Milei por la calle Güemes. En los teléfonos celulares se revisaban las imágenes y videos de lo que ya sucedía en la zona donde se concretaría la recorrida, con protestas y ya algunos incidentes menores, pero la decisión de no suspender esa actividad –finalmente se acortó– estaba tomada.

Quien también estuvo en Mar del Plata, en su primera visita tras el resonante triunfo de los comicios en la provincia, fue el gobernador bonaerense Axel Kicillof, acompañado por el primer candidato a diputado nacional por Fuerza Patria, Jorge Taiana. Ambos realizaron una recorrida por el Parque Industrial, donde visitaron las plantas de producción de las empresas de papas congeladas Lamb Weston, de helados Lucciano’s y de productos farmacéuticos Norgreen, donde fueron recibidos por su titular, Luis Terry Artusa, a la vez presidente del Parque. “Cada vez está más difícil producir en la Argentina. Con este plan económico, la industria está condenada y hay una sola actividad a la que le está yendo bien: la especulación financiera”, reflexionó el mandatario bonaerense horas antes durante la extensa entrevista que concedió al programa “Mesa Chica”, el streaming de Canal 8 y LA CAPITAL.

“¿Lula a Mar del Plata?” Mientras Milei y Taiana respondían a las consultas de los periodistas en el estudio de Canal 8, en los pasillos dialogaban colaboradores del gobernador, asesores del candidato y otros ministros provinciales que formaron parte de la comitiva. En unos de esos corrillos se hablaba de lo que fue la reunión política más importante de la historia de Mar del Plata, a propósito de la V Cumbre de las Américas desarrollada en noviembre de 2005, con la presencia de Néstor Kirchner, George Bush, Lula Da Silva, y Hugo Chávez, entre las figuras más destacadas, cuando finalmente se sepultó el ALCA. El canciller argentino y máximo organizador de la Cumbre fue precisamente Taiana. El 4 de noviembre próximo se cumplirán 20 años de aquel acontecimiento político. “Seguramente, se hará algún acto recordatorio y sé que hay quienes están pensando en invitar al presidente de Brasil, Lula Da Silva, para que vuelva a Mar del Plata 20 años después. Ojo, es una idea nada más, difícil de concretar porque nos agarra con todo el quilombo electoral y se complica. Queda poco tiempo entre el día de las elecciones y el 4 de noviembre. Pero… ¿quién te dice?”, disparó uno de los visitantes sin saber que a pocos metros había un periodista escuchando.

El gobernador volverá a Mar del Plata la semana próxima, cuando se desarrollarán en la ciudad las finales de los Juveniles Bonaerenses, con la presencia de miles de participantes. Lo confirmaba el viernes Kicillof, el mismo día en que en Mar del Plata concluían los Juegos Evita, que también convocaron a jovenes deportistas de todo el país. Dos acontecimientos que generan una valiosa inyección económica al alicaído sector turístico, dinamizando a la hotelería, el transporte, la gastronomía, el comercio y la recreación, entre otros rubros. En tanto, las expectativas principales se centran en el próximo fin de semana largo que históricamente atrajo a miles de visitantes a la ciudad. Será un termómetro, se señala, de lo que pueda llegar a suceder en la temporada.

En los pasillos del Ministerio de Infraestructura bonaerense juran que esta vez no se trata de un simple piloto para la foto. En la escollera norte del puerto de Mar del Plata está por empezar a moverse un proyecto que promete ser pionero: el primer dispositivo de energía undimotriz a escala real de la Argentina. Traducido al criollo: un sistema que convierte el movimiento de las olas en electricidad. El anuncio llegó con bajo perfil, pero los que siguen de cerca la agenda energética bonaerense dicen que es una jugada más ambiciosa de lo que parece. Detrás están el Ministerio de Infraestructura, la UTN y el Foro Regional Eléctrico de Buenos Aires (Freba), con financiamiento del Proinged, un fondo que se alimenta del pequeño agregado tarifario que pagan los usuarios en cada factura. La apuesta es clara: aprovechar lo que ya existe para probar una tecnología que, si da resultados, puede abrir un nuevo capítulo en la matriz energética provincial.

El argumento oficial suena convincente: diversificar fuentes, apostar por la innovación local y posicionar a Mar del Plata como un polo de desarrollo tecnológico costero. La utopía es seductora: una ciudad que combine turismo, conocimiento y energía limpia. Pero en los pasillos técnicos hay más preguntas que certezas. La energía undimotriz –pese a su atractivo– todavía es terreno experimental incluso en países con trayectoria. Portugal fue pionero hace más de una década con el proyecto Pelamis, en el Atlántico Norte, pero la iniciativa naufragó por problemas financieros y técnicos. Escocia y Australia siguieron con pruebas a menor escala, y España mantiene ensayos en el País Vasco. En todos los casos, la moraleja es la misma: la tecnología funciona, pero los costos de instalación y mantenimiento, más la corrosión y la logística marina, siguen siendo desafíos de peso. En la Provincia aseguran que lo saben, y que por eso la primera etapa será experimental y medible, con equipos diseñados para resistir el oleaje atlántico y generar datos reales. Lo ven como una inversión en conocimiento más que en producción inmediata.

Políticamente, la movida también tiene lectura. En tiempos de ajuste y recorte nacional, Kicillof busca mostrar músculo propio en áreas donde la gestión puede dejar huella sin depender del Tesoro. Y en materia energética, el Gobierno bonaerense viene insistiendo en una agenda autónoma, con programas como el Proinged y alianzas con universidades y cooperativas eléctricas, que lo posicionan como un actor innovador en el mapa federal. Claro, hay quienes dentro del propio ecosistema oficial murmuran que la foto del prototipo puede llegar antes que los resultados concretos. Que el experimento puede quedar varado si no se logra escalarlo. Pero otros recuerdan que toda transición energética arranca con apuestas que parecen riesgosas. Por ahora, lo cierto es que Mar del Plata se prepara para convertirse en un laboratorio de olas. Un espacio donde la política, la ciencia y el mar se cruzan en busca de una fórmula energética propia. Si la ola pega fuerte, podría ser el inicio de un nuevo frente de innovación provincial. Si no, quedará como otra postal del Atlántico que prometió más de lo que entregó. En los pasillos del puerto ya circula una frase que resume el espíritu del experimento: “Si el mar no nos da energía, al menos nos va a dar experiencia”.