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Policiales 12 de octubre de 2025

Pidieron elevar a juicio una causa por una millonaria defraudación informática

El fiscal Javier Pizzo acusó a un joven de 26 años por haber recibido en su cuenta bancaria una transferencia fraudulenta por 17 millones de pesos, presuntamente obtenida mediante una maniobra informática.

Imagen generada con IA.

El fiscal Javier Pizzo, de la Unidad Fiscal de Instrucción N°17, pidió elevar a juicio una causa en la que se acusa a un joven de 26 años por haber recibido en su cuenta bancaria una transferencia fraudulenta por 17 millones de pesos, presuntamente obtenida mediante una maniobra informática.

El expediente fue remitido a uno de los Juzgados Correccionales del Departamento Judicial de Mar del Plata, donde se definirá la fecha del debate oral. El acusado fue considerado partícipe necesario de una defraudación informática o, en forma alternativa, autor del delito de encubrimiento por recepción sospechosa agravado por ánimo de lucro.

De acuerdo con la requisitoria de elevación a juicio, el 15 de enero de 2025 se ejecutó un débito inmediato (DEBIN) desde una cuenta del Banco Galicia, por la suma de $17.000.000, sin que el titular hubiera autorizado la operación ni tomado conocimiento de ella.

Ese dinero fue transferido a una cuenta del Banco Hipotecario a nombre del imputado, quien había abierto esa cuenta apenas cinco días antes desde una conexión domiciliaria en La Matanza, provincia de Buenos Aires.

El Banco Galicia informó que la transacción se realizó desde una dirección IP ajena al uso habitual del cliente, vinculada a un sistema de red compartida (Carrier Grade NAT), lo que dificulta individualizar al responsable técnico del acceso. Para el fiscal, la maniobra fue ejecutada por al menos dos personas que actuaron de manera coordinada y con distintos roles, con el fin de apoderarse del dinero.

Indicios y pruebas que llevaron a la acusación

Las pericias digitales, los informes bancarios y los datos aportados por las entidades financieras permitieron establecer que el joven acusado abrió y operó personalmente la cuenta utilizada para el ingreso de los fondos.
Según el legajo, la apertura fue validada mediante reconocimiento facial y DNI digital, por lo que no hubo suplantación de identidad.

En los días previos al hecho, esa misma cuenta recibió otras transferencias desde diferentes bancos, algunas de las cuales fueron luego objeto de reclamos por movimientos sospechosos. Para la fiscalía, ese patrón refuerza la hipótesis de que se trataba de una cuenta “puente” usada para canalizar dinero de origen ilícito.

El fiscal Pizzo remarcó además que el imputado declaró trabajar en un lavadero de autos, algo incompatible con el volumen de dinero recibido y con el número de cuentas que mantenía activas en Banco Provincia, Hipotecario, Brubank, Mercado Pago, Personal Pay, Naranja Digital y Digipayments, entre otras.

Posibles delitos y alternativas de resolución

La conducta fue calificada como defraudación informática (artículo 173, inciso 16, del Código Penal) o, en forma alternativa, encubrimiento agravado por ánimo de lucro (artículo 277, incisos 2 y 3).

Debido a que el acusado no posee antecedentes penales y, en caso de condena, la pena podría ser de ejecución condicional, la fiscalía dejó abierta la posibilidad de ofrecer una suspensión de juicio a prueba (probation), siempre que el imputado repare económicamente a la víctima o restituya el dinero transferido.

Cómo evitar caer en estafas digitales

El caso refleja una modalidad de fraude que se ha vuelto cada vez más frecuente: las defraudaciones informáticas mediante transferencias o débitos inmediatos (DEBIN). En estos hechos, los delincuentes manipulan accesos o engañan a las víctimas para autorizar operaciones que terminan drenando sus cuentas.

Especialistas en seguridad bancaria recomiendan seguir algunas medidas clave para evitar este tipo de delitos:

  • Nunca aceptar solicitudes de DEBIN que no hayan sido iniciadas por uno mismo.
    Si el banco pide aprobar una operación no reconocida, rechazarla de inmediato.

  • No compartir claves ni datos personales.
    Los bancos y organismos oficiales nunca piden usuarios, contraseñas ni códigos por teléfono o mensaje.

  • Activar alertas de operaciones en tiempo real.
    Configurar notificaciones por SMS o e-mail permite detectar movimientos sospechosos al instante.

  • Verificar siempre la dirección web o aplicación.
    Usar únicamente canales oficiales y evitar enlaces enviados por WhatsApp, redes sociales o correo electrónico.

  • Denunciar rápidamente.
    Ante cualquier movimiento irregular, comunicarse con el banco y hacer la denuncia penal para frenar la operatoria.

Según fuentes judiciales, el avance de las estafas electrónicas se ha convertido en una preocupación creciente en todo el país. En muchos casos, los delincuentes utilizan cuentas “mulas” —como la atribuida a Monges Sandoval— para recibir el dinero robado y disimular su origen antes de transferirlo nuevamente.