Según los últimos datos nacionales, seis de cada diez argentinos mayores de 18 años viven con sobrepeso u obesidad, una condición que la Organización Mundial de la Salud considera uno de los principales desafíos para la salud pública global. Actualmente, uno de cada ocho habitantes del planeta padece obesidad, lo que equivale a unos 890 millones de personas.

La obesidad está asociada a más de 200 complicaciones médicas, entre ellas la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hepáticas, hipertensión arterial, colesterol elevado y ciertos tipos de cáncer. Además, el estigma y la discriminación que enfrentan quienes viven con obesidad impactan directamente en su salud mental.

En el plano cardiovascular, las cifras son alarmantes: cerca de 1,95 millones de muertes en el mundo por enfermedades cardíacas se atribuyen al exceso de peso. El 19% de las muertes cardiovasculares están relacionadas con un índice de masa corporal elevado, y el 70% de los fallecimientos en personas con sobrepeso u obesidad se deben a estas patologías.

En Argentina, especialistas advierten que perder peso no depende únicamente de la fuerza de voluntad. “Implica una interacción compleja de factores socioculturales, económicos, genéticos, ambientales y psicológicos”, explicó la médica nutricionista Dra. Mónica Katz, expresidenta de la Sociedad Argentina de Nutrición. Según la especialista, el abordaje debe ser integral, incluyendo educación alimentaria, actividad física, descanso adecuado y gestión emocional.

En este contexto, la farmacéutica Novo Nordisk anunció la llegada a la Argentina de Wegovy® (semaglutida), un tratamiento biológico que actúa imitando la hormona GLP-1 humana, responsable de regular el apetito y la sensación de saciedad. La semaglutida demostró en estudios clínicos una reducción promedio del 17% del peso corporal, alcanzando hasta un 20% en un tercio de los pacientes.

El medicamento fue aprobado por la ANMAT como complemento de una alimentación saludable y actividad física, y está indicado para adultos con obesidad o sobrepeso con comorbilidades asociadas, así como para adolescentes mayores de 12 años con obesidad. También cuenta con la aprobación de organismos regulatorios internacionales como la FDA (Estados Unidos) y la EMA (Europa).

“El uso de la semaglutida marca una bisagra en el tratamiento del sobrepeso y la obesidad”, afirmó Katz, aunque aclaró que “no reemplaza los cambios de hábitos, sino que los potencia dentro de un tratamiento médico supervisado”.

Por su parte, el Dr. Ernesto Duronto, cardiólogo de la Fundación Favaloro, destacó que los beneficios del tratamiento “van más allá del descenso de peso”. En el estudio SELECT, la semaglutida 2.4 mg redujo un 20% el riesgo de infarto, ACV y muerte cardiovascular, y un 19% la mortalidad total, mejorando además indicadores metabólicos y renales.

La Dra. Daniela Conterjnic, directora médica de Novo Nordisk Argentina, remarcó la importancia del control profesional: “La semaglutida debe ser indicada y supervisada por un médico, y su venta se realiza únicamente en farmacias con receta”.

Con la llegada de este nuevo fármaco, la ciencia médica suma una herramienta prometedora para combatir una de las epidemias silenciosas más extendidas del siglo XXI.