Especial para ambos por donde se lo mire, la exhibición que enfrentó este sábado a Francisco Comesaña y a Luciano Darderi superó las expectativas de todos.

Del público, de los organizadores, de la prensa especializada y, acaso, también de los propios jugadores.
En el court central Guillermo Vilas, el partido de tenis del Centenario del Club Náutico Mar del Plata entregó una magnífica fiesta para los amantes del otrora “deporte blanco”. El marplatense Comesaña venció al geselino Darderi, por 6-3, 3-6 y 10-7, aunque el resultado fue lo menos trascendente.

Un verdadero lujo tenerlos a ambos y poder disfrutar del mejor nivel del circuito internacional en el patio de casa.

Sin la presión de un partido por los puntos -y el dinero- en juego durante la competencia anual, pero con la premisa de jugar a ganar, tal como lo reconocieron ambos en la previa, el “Tiburón” y “Luli” intercalaron pinceladas de un tenis extraordinario con algunos pasos de comedia, bromas e interacción con el público.

Un público que colmó las gradas y es muy conocedor del tenis, valoró tanto la calidad de las jugadas “en serio” como los risueños diálogos entre los jugadores y algunas acciones premeditadas “para la foto”.

La diferencia en el set inicial estuvo en un quiebre de servicio. Comesaña había empezado errático, pero levantó un 15-40 para ganar el primer game y conseguir el “break” en el siguiente. Al cabo, ese rompimiento resultó la diferencia para que el de Punta Mogotes se quedara con el primer capítulo.

“¡Eso no se hace, eh!”, le gritó Darderi a Comesaña de un lado a otro de la cancha luego de que el marplatense se tomara desquite con un drop-shot magnífico, igual o mejor al que en el game anterior le había conectado el nacionalizado italiano.

Buen tenis, una velocidad de pelota por momentos escalofriante, en el saque del marplatense y en el drive del geselino. Y también intercambios dialécticos con “chicanas” imperdibles de uno y otro lado.

Después de un “out” cantado por el umpire, la ocurrencia de Darderi no se hizo esperar: “¡No me la robés!”. Y de inmediato llegó la réplica de Comesaña: “¡Acá, cerca de la línea, es mala para vos”!

Y más tarde, luego de un genial intercambio de reveses con slice bien rasantes, Darderi sorprendió con un drop-shot y ganó el punto. “¡No te animaste a seguir, eh!”, le recriminó Comesaña. “Ni loco. Estoy de vacaciones”, respondió Darderi ante la carcajada general.

En el segundo set, Comesaña perdió algo de sensibilidad con sus toques y tomó la iniciativa Darderi, quien estuvo muy preciso, logró el quiebre en el cuarto game (3-1) y con esa ventaja se adjudicó el segundo capítulo.

Claro que antes hubo espacio para que dos ball boys jugaran un par de puntos y se ganaran una ovación. En el juego, ambos demostraron tener picardía y destreza, con saques de abajo para sorprender y amagues insólitos. Y también para entender que el show tenía tanta importancia como el tenis.

En el match tie-break, “Come” estuvo casi siempre al frente, y con el 9-7 a favor, Darderi le entregó la raqueta a otro ball boy para devolver el saque. Si alguien esperaba clemencia, el marplatense no la tuvo. Con un furibundo ace a la “T” sentenció el partido, amplió aún más su permanente sonrisa y alzó las brazos al cielo, antes de ser levantado por Darderi, quien cruzó la red para alzarlo y pasearlo por la cancha. Grandes amigos y grandes tenistas para redondear un gran espectáculo.