La excelente predisposición de Francisco Comesaña y Luciano Darderi generó un excelente clima distendido y ameno para una entrevista de casi una hora de duración a través de Ten, el canal de streaming del Club Náutico en YouTube, en la cual también participó LA CAPITAL.

La amistad y complicidad entre ambos permitió conocer más en detalle a dos personajes muy queribles que se brindaron tanto en la charla como lo hicieron en la cancha.

“Es muy lindo ambiente que hubo en el club a la espera del partido. Miro para el mar y vienen cientos de recuerdos, por ejemplo, que jugamos un partido la cancha 8, hace un montón. Yo tendría 10 años y él, 8. Me acordé el otro día”, confesó Comesaña.

“Estoy muy contento de estar acá con Fran, nos vemos todo el año pero este partido era un poco diferente, con mucha gente de la costa que no puede ver este nivel de tenis durante el año. Es una gran oportunidad. No tenemos la misma presión y el objetivo era que la gente se divirtiera y vea un buen espectáculo”, señaló Darderi.

Con respecto a Horacio Zeballos (padre e hijo), Comesaña indicó: “Los dos Horacio son grandes personas. El padre me ha enseñado mucho en el tenis, y con Horacito, siempre que puedo, es la persona con la que trato de compartir semanas. Es un tipazo afuera y adentro de la cancha. Un luchador y un profesional fuera de serie”, aseguró.

Y también tuvo conceptos elogiosos hacia el capitán de Copa Davis, Javier Frana. “Es muy divertido. Me gusta la forma en cómo explica las cosas, nos mantiene a todos nosotros unidos como un equipo. Eso es importantísimo en la Copa Davis. En el grupo todos me han tratado muy bien, hay un gran clima y eso nos hace dar lo máximo”, aseguró.

Con respecto a las dificultades que los tenistas tienen que afrontar en el comienzo de sus carreras, Darderi explicó:

“Para cualquier argentino es todavía más difícil. Como mi abuelo es italiano, yo a los 10 u 11 años empecé a jugar para Italia. Fue una oportunidad porque era y es muy difícil bancar una carrera tenística profesional. Fue una gran ayuda para mí en lo personal. Después la luchamos con Fran. Hemos viajado solos, durmiendo en trenes o en cualquier lado, comiendo lo que se podía. Todo lo que se ve ahora, tiene grn un sacrificio atrás. Tiene mucho mérito lo que hicimos. Ahora es mas fácil. Vamos a buenos hoteles, tenemos lugares para entrenar. Nos lo hemos ganado con sacrificio, es cierto, pero somos privilegiados y lo disfrutamos mucho”.

Al respecto, Comesaña sostuvo: “En Europa, si te toca perder un lunes en primera ronda y no volvés a jugar hasta el próximo lunes, estás a una hora y media de tu casa. A nosotros nos queda un poco más lejos. Entonces, si perdés un lunes, hay que agachar la cabeza, levantarse al otro día, entrenar, acomodarse y tener la menta tranquila para preparar el siguiente torneo. Lo bueno es que hay mucha competencia y enseguida tenés revancha”.

A la hora de reconocer las virtudes de cada uno, Darderi resaltó que “Come es muy rápido y para la altura que tiene, es un gran sacador. Esas son sus dos grandes virtudes. Y siempre que está abajo, sigue luchando. Esa actitud es muy importante en el tenis. No entregar el partido”.

A su turno, Comesaña admitió que “admiro su potencia. Me gusta verlo jugar. Tiene un saque y una derecha muy fuertes. Pelea todos los partidos, se planta ante cualquier rival. Y es un poco terco, algo muy importante en este deporte, además de ser una gran persona”.

Por último, con respecto a las relaciones personales durante el circuito, ambos prefieren vincularse entre tenistas argentinos.

“El tenis es muy solitario. Uno está mucho con su equipo de trabajo. A mí personalmente me gusta estar mucho con los argentinos. Con Fran, con Tommy (Etcheverry), con Fran Cerúndolo. En los torneos nos vemos mucho. Es muy importante poder compartir tiempo porque las giras son muy largas. Me llevo mucho mejor con ellos. El resto del tiempo estás con tu equipo, todos los días, preparando el partido, entrenando, enfocado” (Darderi).

“Es un deporte muy individual y hay mucha rivalidad. Uno siempre le quiere ganar al otro. Me tocó jugar con Luli que venía lesionado y me preocupé porque no quería verlo mal adentro de la cancha. Me pasa con él, con Sebastián Báez, con quien comparto muchos entrenamientos y anécdotas. Cuando podemos arreglamos para estar todos juntos en grupo y está bueno, porque se arman charlas divertidas”.