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Interés general 16 de mayo de 2017

Juguetes sustentables estimulan la creatividad de los más chicos

La idea surgió luego de que dos madres, Lara y Luli, buscaran alternativas de entretenimiento "amigables" y que escaparan de la vorágine tecnológica.

Lara Cragnaz y Luli García Blaya son dos amigas emprendedoras que comenzaron a pensar un proyecto que se encargue de ofrecer en el mercado juegos en los que sus hijos puedan ser los verdaderos protagonistas y los juguetes, un puente para potenciar su imaginación y creatividad.

Lejos de lo que tenían pensado para sus vidas, Luli, licenciada en Marketing y Lara, marplatense y licenciada en Ciencias Químicas, lanzaron, en noviembre de 2016, “Compañía Feliz“, tienda on line de juguetes sustentables, pensados para niños de entre 0 y 6 años.

“Nuestra investigación y selección nos llevó a investigar distintos puntos del proceso de creación de los juguetes: desde el diseño hasta las herramientas pedagógicas que consideran. Si bien la estética y la calidad de los juguetes son claves al momento de decidir cuáles incluir o desarrollar para que sean parte de la tienda, que sean sencillos y poco estructurados nos parece aún más importante, porque es lo que permite que los chicos desarrollen su creatividad, su ingenio y el juego simbólico”, indicaron.

Preocupadas también por los posibles riesgos a los que se podrían exponer los más chicos, señalaron como otra de las claves del proceso de selección los materiales con que se crea cada parte del elemento que se constituirá en juguete.

“Queremos que cada material, pintura, pegamento y envoltorio sean amigables con el ambiente, que los juguetes sean remendables y reciclables, son criterios que tenemos en cuenta”, señala Luli.

Por su parte, Lara agregó: “Compañía Feliz es un emprendimiento que busca potenciar el trabajo de emprendedores argentinos. Y cuando nos referimos a emprendedores, estamos hablando de un carpintero que tiene un taller en el garaje de su casa, de un ama de casa que teje muñecos de lana, o de una diseñadora de muebles part-time… O sea, nos proponemos ayudar a difundir el trabajo de otros creadores, que tienen valores alineados a los nuestros. No es solo un emprendimiento, es una red de emprendimientos, o de emprendedores más bien”, aclara, al tiempo que enumera el esfuerzo que cada uno de sus proveedores le pone al trabajo finalizado.

A su vez, esta preocupación propia que vino con la dicha de convertirse en madres, las adentró en un un mundo hasta el momento desconocido.

“En este camino nos enteramos por ejemplo de que unos papás de Vicente López montaron un pequeño taller y, después de la oficina, hacen juguetes de madera; de que existen diseñadores que no trabajan en publicidad sino en cartón y papel, y costureras que no arreglan pantalones sino que prefieren crear diseños en tela para cocineritos”, contó.

Hoy la iniciativa ya cuenta con una amplia variedad de productos, entre los que se encuentran instrumentos musicales, láminas para pintar, el arcoíris Waldorf y un kit de pesca de madera, entre muchos otros, creados por emprendedores de todo el país, que se pueden adquirir online (http://www.companiafeliz.com.ar) y son distribuidos en todo el territorio nacional. En Mar del Plata, los envíos son inmediatos.

Ambas mujeres se mostraron muy positivas por el ida y vuelta que tienen en las redes sociales, y aseguran que, a juzgar por los comentarios y mensajes, era una demanda que había la ciudad.

Además, destacaron, contentas, que varias instituciones educativas y profesionales que interactúan de manera directa con menores se contactaron con ellas para acceder a los juegos.

“Varios jardínes y especialistas como fonoaudiólogos y kinesiólogos nos llamaron. La verdad es que no lo esperábamos y nos puso muy felices”, señalaron, al tiempo que aseguraron que el “boom” son los arcoíris de madera.

A la hora de justificar las principales razones que motivan a recuperar “los juegos de antes” por sobre las alternativas virtuales de la actualidad, Lara responde con una anécdota.

“El otro día, una fonoaudióloga que nos compró varios juguetes nos dijo que hay muchos chicos que llegan sin diagnóstico y que después terminan descubriendo que el exceso en la utilización de pantallas es una de las causas por las que muchos demoran para hablar o establecer contacto visual”, señaló.

En este sentido, aseguró que “somos, nosotros, los padres los que podemos elegir ayudarlos. Tenemos que saber que, a veces, las pantallas pueden tranquilizarlos, pero también ser un arma de doble filo”.