“No voy a dejar que quede en la nada, no tengo nada que perder”, dijo Verónica Borelli, la madre de Lucía Bernaola al finalizar la segunda marcha realizada por las calles del Puerto en reclamo de justicia.

Su hija, atropellada por Federico Sasso en la madrugada del pasado 4 de junio, se transformó en otra víctima fatal de la imprudencia vial.

Familiares y amigos de la adoscente volvieron a recorrer para pedir “Justicia por Lucia”, partiendo desde el colegio Sagrada Familia -donde asistía la joven- hasta la Plaza Italia, dónde habian colgado numerosos carteles con la misma consigna.

Allí, la madre de la joven -Verónica- agradeció a todos “por el acompañamiento” y reconoció que “estoy cada vez peor, me arrebataron una hija y estoy cada vez peor. No puedo salir adelante, no sé si tengo ganas de seguir”.

Junto a su familia y al padre de Lucia, Eloy “Taca” Bernaola, la mujer solicitó que “no haya trabas en la Justicia” y reiteró el pedido de “luchemos por ella”, mientras aseguró que Federico Sasso “sabía lo que hacía”.
Visiblemente emocionada, la mujer reiteró que “no voy a dejar que quede en la nada, no tengo nada que perder”.

Asimismo, pidió un aplauso por “Alan (Guevara), que era amigo de Lucia, y también está grave por un accidente”, acaecido días atrás en Juan B. Justo y Lanzilotta.

Finalmente, los manifestantes soltaron los globos blancos que llevaron para recordar a la adolescente y se despidieron con un aplauso.

Federico Sasso circulaba durante la madrugada del domingo 4 de junio a bordo de su Renault Clío modificado mecánicamente y con alcoholemia por encima del permitido más de dos veces por Boulevard Marítimo. Así ingresó a la curva de la calle Alberti -avanzaba por la costa desde el centro hacia el sur- por el carril izquierdo, a una velocidad muy superior a la máxima permitida y a derrapó, se subió a la vereda y embistió a un grupo de peatones que se hallaba allí, impactando a Lucia Bernaola.