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La Ciudad 11 de septiembre de 2017

Cayeron 44 milímetros de agua el fin de semana y los barrios volvieron a tener calles intransitables

Los vecinos del norte y sur de la ciudad tuvieron fuertes inconvenientes por la lluvia. Obras de cloacas y asfalto no terminadas agravaron el problema. Esta vez, no hubo evacuados.

Todavía no se habían recuperado de la fuerte tormenta vivida hace poco menos de una semana, que los barrios del norte y sur de Mar del Plata volvieron a tener varias de sus calles completamente intransitables durante el fin de semana. Algunas obras de cloacas y engranzado a medio terminar, la instalación de microbasurales a cielo abierto y jornadas de lluvia sin cese conforman un combo que no da descanso a la ciudad. Entre el sábado y ayer, cayeron 45 milímetros de agua, según informó el titular de Defensa Civil, Rodrigo Gonçálvez.
Pese a las malas condiciones climáticas vividas durante el fin de semana, Gonçálvez señaló que no hubo evacuados y que si bien, cayeron 40 milímetros de agua, “no se recibieron al 103 reclamo extraordinarios, sólo algunas cuestiones menores que incluso no tienen relación directa con el temporal”.
“De todas maneras seguimos en alerta por posibles tormentas y vientos, por lo que estamos trabajando preparados ante cualquier eventualidad”, garantizó.
En este sentido, señaló: “No descartamos que la situación empeore en las próximas horas porque la zona de cobertura es muy amplia, lo que no llueve en Mar del Plata, está lloviendo en otros puntos de la provincia”.
Al igual que días atrás, el especialista puso el acento en “las cifras extraordinarias en la acumulación anual”, situación que, aseguró, “genera complicaciones mayores en barrios que ya contaban con alguna adversidad”.
Además, advirtió sobre la “torpeza de algunas tareas operativas” que podrían haber generado mayores inconvenientes, sobre todo en barrios de la periferia.

Una postal que se repite

Es que a los fenómenos climáticos sufridos estos meses, se les suman tareas de mantenimiento sin terminar que agravan la situación y generan el escenario propicio para anegar aún más las zonas. “Ya estamos acostumbrados. Sabemos que cada vez que llueve, pasa esto”, indicó Juan, un vecino del barrio Las Dalias, que había aprovechado que el día no había amanecido tormentoso para hacer las compras para el almuerzo.
Al igual que el resto de los vecinos que deambulaban por el lugar, Juan esquiva los pozos y montículos de barro casi por instinto, los conoce de memoria. “Las veredas o los caminos del medio de la calle están destrozados porque los autos se suben para evitar los baches, que algunos se llenan de agua y parecen llanos, pero tienen mucha profundidad”, aseguró, señalando unas de las principales arterias de la zona, la calle Godoy Cruz, desde Gandhi hasta Martínez.
Por zonas, la acumulación de agua es incluso aún mayor y, según señalaron varios vecinos del lugar, esto se debe a las obras de cloacas que se vienen realizando en el barrio. “Mis papás viven acá hace 30 años y si bien siempre se complicó, ahora todo empeoró porque están haciendo las cloacas y quedan las obras a medio terminar”, aseguró Sandra, mientras esperaba el 563 para retomar sus actividades en el centro de la ciudad.
Lo mismo señaló Heidi, quien vive en el límite con el barrio Camet y, hace algunas semanas, debió rellenar algunos sectores del terreno frente a su vivienda porque la tierra había cedido tras los arreglos y se tornaba peligroso pasar. “Se me hundió un poco la tierra, porque pusieron los caños pero quizás no aprisionaron bien”, señaló al tiempo que agregó, con el mismo tono de resignación que muchos vecinos: “Esto siempre fue así, no tiene que llover por varias semanas para que baje el agua”.
Si bien el anegamiento se replica en toda la zona de los barrios del norte, el panorama se complica aún más al llegar a la intersección de Scaglia y Primavera. Allí directamente el camino se torna visible recién cincuenta metros por delante, el resto se encuentra completamente sumergido.
En la esquina, Graciela y Juan se encuentran construyendo su casa y, debido a las inundaciones que se sufren tras cada temporal, tomaron la decisión de sumar un sobre nivel en la entrada y colocar escombros en las veredas, para que la gente pueda pasar sin embarrarse.
“Esto es terrible, siempre ocurre esto cada vez que llueve. Ya fueron varias las veces que los invité al intendente Arroyo a que venga a la Fiesta del Pejerrey, porque acá ya se puede pescar”, señaló José, entre la broma y la indignación.
Graciela, se apresura y saca el celular: “Tengo muchos videos para que vean que siempre es igual. El otro día una mamá tuvo que ir con el carrito de su bebé por el medio de la calle porque no tenía otra alternativa. Justo venía el colectivo de frente y por suerte la dejó pasar”, señaló, aún no dando crédito del nivel que había adquirido el agua en solo un día.

Hacer correr el agua

La situación se repite en el otro extremo de la ciudad. En el barrio Parque Independencia, donde los vecinos cobraron notoriedad pública al tomar la determinación de arreglar las calles con fondos propios, las complicaciones persisten, pese a los trabajos realizados por personal del Emvial en la zona.
Así se observa y así lo señala Isidro, quien vive sobre la calle Fragata Sarmiento y se encontraba al momento de la nota, trabajando la tierra para generar un canal por el cual el agua pudiera correr.
“Esto siempre fue así, pero por lo menos antes pasaban la máquina, ahora siento que estamos abandonados”, indicó al tiempo que agregó que “sí, desde la Municipalidad vinieron a arreglar las calles dos días y después se fueron”.