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Opinión 10 de mayo de 2018

El asesino de Golden State

por Matías De Carli

El perfil genético obtenido a través de decenas de muestras de ADN del “asesino de Golden State” esperó en la oscuridad de un freezer durante más de 30 años la oportunidad de revelar el misterio. Cómo se gestó la investigación y el posterior arresto de Joseph DeAngelo, el acusado de ser el asesino y violador que hace 40 años aterrorizó gran parte del estado de California, en Estados Unidos, es digno de una producción cinematográfica de Hollywood.

Al comienzo, una hipótesis. Si bien la idea de encontrar el perfil de un asesino en una base de datos pública puede parecer (y muy probablemente ser) imposible, la posibilidad de encontrar patrones de ADN similares que pudieran llegar a trazar una descendencia es cada vez más real. Gracias a la accesibilidad de kits para extraer nuestro perfil genético a través de una muestra de saliva, podemos acceder a la información de nuestro ADN para ser usado y analizado posteriormente con diversas herramientas disponibles en la web. La confidencialidad de estos datos, muchas veces, es cercana a nula.

Luego de varios intentos en diversas bases de datos públicamente accesibles, y de por fin encontrar perfiles relacionados, los investigadores del condado de Sacramento se vieron ante la difícil tarea de acotar la búsqueda a familiares con las características físicas y con un perfil psicológico de la persona descrita 40 años atrás como el autor de los crímenes.

La confirmación. El nombre de Joseph James DeAngelo empezó a sonar con tal fuerza que se convirtió casi en una obsesión para el agente Paul Holes. Si bien aún era un posible sospechoso, el perfil psicológico y las ubicaciones al momento de los crímenes lo hacían coincidir casi de manera exacta con el asesino. Solo restaba comparar el ADN del sospechoso con el del asesino. Para esta tarea la investigación se demoró ya que se optó por reconectar material genético desechado en la vía pública por el sospechoso. Habiendo recolectado suficiente información y confrontada con la del asesino, los resultados del laboratorio confirmaron lo que los investigadores sospechaban: DeAngelo era el asesino de Golden Gate

ADN. Lo que comúnmente se denomina ADN (ácido desoxirribonucleico), es un ácido que transporta instrucciones genéticas. La principal función de la molécula de ADN es almacenar a largo plazo la información que construirá otros componentes de las células, como por ejemplo las proteínas y las moléculas de ARN. Los genes son los encargados de cargar esta información que, en su totalidad, constituye el genoma humano.

Este genoma es heredado de nuestros antepasados y a su vez, en cada generación se vuelve a mezclar con el determinante genético de los padres. Aún así, suelen darse mutaciones. Todos los descendientes de una misma línea heredan estas mutaciones. Si la misma mutación aparece generaciones después en el ADN de dos personas, resulta evidente que estas tengan un antepasado en común. Las mutaciones conforman así el fundamento para la confección de un árbol familiar genético.

En un futuro cada vez más complejo y con un volumen de información biométrica nunca antes visto, resulta clave poder entender el valor de los datos y transformarlos en información accionable para así salvar vidas, o como en este caso, llevar alivio a los familiares de las víctimas, luego de casi medio siglo de sufrimiento.