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Policiales 31 de octubre de 2018

“Lucía llegó muerta”, dijo el médico de la sala de salud de Playa Serena

El subsecretario de Salud municipal, Pablo De La Colina, declaró que intentó reanimar a la adolescente durante media hora pero fue en vano porque no presentaba signos vitales. Y agregó que llevaba fallecida "un tiempo prudencial".

Pablo De La Colina, el médico que atendió a Lucía Pérez en la sala de primeros auxilios de Playa Serena, dijo este miércoles en la segunda audiencia del juicio oral que la adolescente llegó al lugar muerta.

El profesional, que además es subsecretario de Salud de la comuna, explicó que el 8 de octubre de 2016 se encontraba en la dependencia municipal porque se había enfermado el médico que tenía que cumplir el turno de la guardia.

En su declaración, el testigo recordó que escuchó la frenada de un vehículo en la puerta de la sala y gritos de gente que pedían la atención urgente de una joven que sufría una descompensación. Tras cruzar pocas palabras con dos hombres, a los que reconoció como Matías Farías y Juan Pablo Offidani, comenzó a hacerle tareas de reanimación a Lucía Pérez.

Fueron, según dijo, entre 30 y 40 minutos de trabajo en vano porque se dio cuenta desde un principio que la adolescente estaba muerta. En ese momento, se le preguntó qué indicadores tenía entonces para confirmar el deceso.
De La Colina respondió que, a juzgar por rigideces cadavéricas por ejemplo en las manos, y por las pupilas dilatadas, Lucía Pérez llevaba fallecida un “tiempo prudencial”. También mencionó que le llamó la atención no ver ningún signo externo o lesión. Explicó que no había visto rasguños ni lastimaduras que implicaran un posible reflejo defensivo ante un ataque, y que llevaba el cabello seco.

En ese pasaje del debate que se desarrolla en la sala del Tribunal Oral Nº 1 que integran Facundo Gómez Urso, Pablo Viñas y Aldo Carnevale, el fiscal Daniel Vicente le consultó por el color que tenía la nariz de la joven y le mostró una fotografía de la autopsia, realizada al día siguiente, en la que aparecía visiblemente colorada.

El fiscal Daniel Vicente presentó formalmente la ampliación de la acusación de Matías Farías y Juan Pablo Offidani que en uno de los hechos deberán responder por “tenencia de estupefacientes con fines de comercialización agravado por el suministro a menores de edad” y por “hacerlo en las inmediaciones de establecimientos educativos”.

Cabe destacar que, en su declaración del martes, Marta Montero y Matías Pérez -madre y hermano de la víctima- habían dicho que cuando vieron el cadáver de la adolescente en la comisaría (es decir, en horas posteriores al momento narrado por De La Colina) les llamó la atención que tenía “la nariz roja, casi bordó”. Sin embargo, el médico indicó que no recordaba ese detalle, por lo que podía haber ocurrido que tomara ese color con el paso del tiempo.

Ese detalle estaría vinculado al consumo de estupefacientes, que también fue uno de los ejes de la declaración de los testigos del martes, y seguro vuelva a ser tratado en el juicio cuando el lunes se presenten a dar testimonio los peritos médicos que intervinieron en el caso.

Otro dato importante que dio De La Colina fue que, junto al enfermero Diego Radivaniuk -que también se presentó como testigo y ratificó los dichos de su superior-, desvistieron a Lucía Pérez para intentar detectar la o las lesiones que le habían producido el deceso. Le sorprendía que una joven hubiera llegado a la sala con una especie de muerte súbita. Al no encontrar ninguna marca visible, volvieron a colocarle la ropa que llevaba puesta.

En ese aspecto, aclaró que a la menor le faltaba una zapatilla. Cuando se le preguntó qué le habían dicho los hombres que llegaron al lugar con Lucía Pérez en brazos sobre el motivo por el cual se hallaba descompensada, contestó que la charla fue muy corta. Conforme añadió, existen situaciones en las que se habla mucho con los acompañantes de los pacientes y otras en los que no se comentan más que los datos primordiales y en esta ocasión Farías y Offidani casi no hablaban. Debido a eso, optaron por no preguntar demasiado y momentos más tarde, una vez cumplido el protocolo legal y confirmado el fallecimiento, denunciaron lo ocurrido en la comisaría decimotercera, situada al lado de la sala.

Más adelante, al ser consultado por la opinión que formó entonces acerca de la causa de la muerte de la joven, dijo que para él se había tratado de una sobredosis de droga. Cuando la defensora oficial de los imputados, María Laura Solari, le consultó sobre posibles lesiones sexuales, De La Colina respondió que no había revisado la zona genital de la menor.

Por último, el médico dejó constancia de que la joven estaba vestida prolijamente pero que su cuerpo no tenía signos de haber sido lavado. “El pelo estaba seco”, manifestó, lo cual fue repetido luego por el enfermero, que también se presentó a declarar como testigo ante el tribunal.

Policías

Además del médico y del enfermero, este miércoles declararon cuatro policías: Cristian Gari -al momento del hecho subcomisario de la seccional mencionada antes- Cielo Rivelli, José Luis Gérez y Jesús Olivera.

Se trata de los uniformados que tomaron intervención en el inicio del caso y le tomaron la primera declaración -entonces, testimonial- a Farías y hasta fueron con él a su casa del barrio Alfar para recolectar las primeras pistas que permitieran reconstruir el hecho. En ese aspecto, remarcaron que el imputado se encontraba tranquilo, aunque algo asustado. Y también ratificaron que la víctima -en ese momento no sabían que era menor porque los hombres que la habían llevado a la sala no conocían ni su apellido- tenía el pelo seco.

En otro orden, el fiscal Vicente les preguntó a los uniformados si las averiguaciones que hacían en el inicio del caso habían sido instruidas por la fiscal María Isabel Sánchez -de turno ese día y luego separada del cargo por su polémica actuación en este caso-, a lo cual contestaron afirmativamente. De todas formas, aclararon que la investigadora nunca se presentó personalmente ante ellos sino que todas las comunicaciones que mantuvieron con ella fueron telefónicas.

Vecino

La finalización de la audiencia llegó tras la declaración del último testigo, un vecino de la sala de primeros auxilios de Playa Serena identificado como Mauricio Stambulsky.

El hombre relató que vio cómo llegaron al lugar tres hombres en una camioneta y dos descendieron de ella. Uno del lugar del conductor y el otro de la caja, que llevaba “como a upa” a una joven. El primero era Offidani y el segundo Farías.

Más tarde, explicó, del vehículo se bajó Alejandro Maciel -el tercer acusado en el juicio, que se encuentra imputado por “encubrimiento”. Según describió, “a la chica le faltaba una zapatilla”, por lo que lo primero que creyó fue que había sufrido un accidente por eso la trasladaban a la sala.

En su relato dijo que, minutos después, Farías, Offidani y Maciel salieron del establecimiento sanitario y estuvieron “un rato” en la vereda. Luego, los últimos dos volvieron a la camioneta y se fueron, mientras que el primero se quedó en el lugar.

Acto seguido, y en el afán de configurar su estrategia exculpatoria de Farías, Solari le preguntó a Stambulsky si creía que en ese momento el imputado podría haberse ido con los otros dos hombres, con una supuesta intención de escaparse, y el testigo contestó que sí, porque no había nadie que se lo pudiera impedir entonces.

Para cerrar su testimonio, Stambulsky mencionó que escuchó a Farías dialogar con Offidani en medio de un estado de preocupación. El vecino de la sala preguntó que “el más joven” le preguntó al “más grande” qué iban a hacer y decir. De acuerdo a su versión, el mayor le contestó que se quedara “tranquilo” porque “no había pasado nada”.

Durante la jornada de este jueves continuarán las declaraciones de testigos. En esta oportunidad, la audiencia se centrará en las horas posteriores a la confirmación de la muerte de Lucía Pérez, en las que se hicieron los allanamientos a las casas de Farías y Offidani y se consumaron sus detenciones. Por eso, darán su testimonio los policías que intervinieron en dichos operativos, y los vecinos de las viviendas mencionadas.