por Vito Amalfitano
Enviado especial

BUENOS AIRES.-Este es el anuncio de uno de los dos partidos más importantes de la historia de clubes del fútbol mundial. Un anuncio que ya se publicó, que sirve para el domingo, y que por ahí hay que repetir el lunes o el sábado 17 o quién sabe cuando. La finalísima de Copa Libertadores Boca – River quedó enredada en un nuevo papelón.

En principio su partido de ida se disputará a las 16 de este sábado en la Bombonera, después de la suspensión por lluvia, pero a las 11 del domingo la Conmebol hará la evaluación final si persisten las precipitaciones con intensidad.

El partido se suspendió después de un diluvio que se inició cerca de las 7 de la mañana en Capital Federal y después de una recorrida por el campo de juego del árbitro chileno Roberto Tobar se anunció la decisión final a las 15.21, a poco más de hora y media del inicio establecido y ya con miles de hinchas bajo la lluvia en la Bombonera.

El pronóstico meteorológico también contempla lluvia para toda la jornada de domingo (como ya se preveía para el sábado), aunque para la hora del partido se espera que sean de menor intensidad.

El césped de La Bombonera presentaba espejos de agua sobre los costados, especialmente en la zona cercana a las plateas, durante la recorrida de Tobar.

Al mediodía el intendente de La Bombonera, Fernando Jáuregui, como el director de Competiciones de la Conmebol, el brasileño Fred Nantes, habían aprobado el sistema de drenado de la cancha y aseguraban que el encuentro se iba a disputar. “El partido está confirmado”, expresó el propio Nantes.

Se recuerda que a diferencia del resto de las series de la fase final, este encuentro definitivo no tendrá al gol de visitante como criterio de desempate, por lo que en caso de igualar en puntos y goles, el campeón se decidirá el próximo sábado 24 en el estadio Monumental en suplementario o penales.

Además del papelón del sábado, con miles de personas sufriendo una suspensión que pudo haberse programado antes al considerar que el pronóstico se conocía desde varios días atrás, hay que recordar que este gran “choque de planetas” del fútbol tuvo varios idas y vueltas en cuánto a la fecha de realización y otras tantas polémicas, como la del pedido insólito del presidente de la Nación de que se jueguen con visitante. Justamente el propio Mauricio Macri que había inaugurado en Boca el criterio de no asistencia del público de la otra divisa.

Entre la expectativa y los papelones, corrieron ayer también las especulaciones sobre los intereses de cada uno. Que a River le conviene que se juegue directamente el sábado que viene, para darle tiempo a la recuperación de su capitán Leonardo Ponzio, y del delantero Ignacio Scocco. Que a Boca prefiere lo contrario justamente por eso…

Boca pareció encontrar el mejor formato al eliminar de manera sucesiva a dos rivales brasileños, Cruzeiro y Palmeiras, en cuyas series el entrenador Guillermo Barros Schelotto armó un mediocampo más combativo, con el tridente Wilmar Barrios, Nahitan Nández y Pablo Pérez.

En cuanto a la ofensiva, Cristian Pavón y Sebastián Villa en los extremos garantizan preocupación y posible contención de los laterales Gonzalo Montiel y Milton Casco. Por la fuerte presencia de Ramón Abila en el centro del ataque se especulaba también el sábado con el posible ingreso del marplatense Lucas Martínez Quarta para refozar la tarea de Jonatan Maidana y Javier Pinola de contener a “Wanchope” y su línea previa de pase. Además los zagueros están condicionados por el límite de amonestaciones. Si entrara Martínez Quarta no jugaría finalmente Bruno Zuculini.

Gonzalo “Pity” Martínez, como enganche tirado hacia la izquierda, buscará volver a generarle problemas a Jara, como en el partido de la Superliga del 23 de septiembre en la Bombonera.

Siempre que llovió paró. El sábado se suspendieron hasta casamientos. Y al final hasta se suspendió el partido. Alguna vez la primera gran final se jugará. Puede ser el domingo. Se prolonga la vigilia y el “stand by” del país futbolero.
 

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