José María Muscari escribió junto a Bernardo Cappa “Derechas“, espectáculo que, además, dirige y produce junto a Paola Luttini y Roni Isola.

Esta particular puesta estrena hoy en el Teatro Provincial de Mar del Plata, donde hará funciones de martes a domingo a las 21 en La Nona I, durante toda la temporada. “Derechas tiene la alquimia para dialogar con distintos estilos de público”, dijo el cerebro de esta original propuesta en una nota con LA CAPITAL.

La obra que combina comedia, comida y actualidad, llega precedida por el gran éxito en Buenos Aires, con un gran elenco conformado por Cristina Alberó, Luisa Albinoni, Katja Alemann, Edda Bustamante, María Carámbula, Edda Díaz, Zulma Faiad, Emilia Mazer, Paula Morales, Juana Repetto y Barbie Vélez.

“Derechas” es la historia de 5 madres, sus 5 hijas y 1 nieta con sus complejos vínculos familiares a la vista de los espectadores que, en este encuentro, además serán comensales. 11 mujeres que organizan un evento de beneficencia para juntar fondos para una causa que mantienen oculta, será el pretexto para destapar secretos, envidias y rivalidades acalladas durante años como en toda familia.

– Derechas es una obra que va mutando ¿Cómo es ese trabajo permanente de incorporación y cambios en el texto?
– Es mucho de percepción. Siento que soy, en primer lugar, una persona que está bastante alerta a lo que va sucediendo y voy absorbiendo como una esponja y eso, trato que se vuelque en mi artista. Como la obra plantea el vínculo de cinco madres, cinco hijas y una nieta, que están juntando dinero para una causa que mantienen oculta, por la que quieren ser reconocidas -dicen ser familiares de Eva Perón- me parece que está bueno que aparezca la coyuntura política y lo político desde el humor. Entonces se genera una especie de big bang humorístico en donde la realidad social forma parte de esta familia que discute por diferentes cosas y en medio de todo eso, también la opinión sobre las diferentes situaciones de la realidad.

– ¿Cuál es la repercusión del público ante eso?
– Al público le genera una identificación muy grande y una catarsis grande, eso es bueno, el público ríe básicamente en Derechas porque la obra logra poner en palabras y de manifiesto, algo que está latente.

– Además de las palabras, tiene mucha preponderancia lo no dicho, los secretos…
– En el teatro, pero sobre todo en las familias -porque la obra trata de una familia- siempre lo más atractivo, lo más jugoso es lo que no se dice. Lo que se dice es una especie de fachada, pero lo importante es lo que no dicen y los personajes de Derechas son muy verborrágicos, las 11 son mujeres que dicen muy de frente lo que piensan, pero también están muy atravesadas por lo que no dicen y ahí aparece la rivalidad, el secreto, lo guardado, lo misterioso y el espectáculo va construyendo una especie de red, de telaraña alrededor del humor, alrededor de la comida, alrededor de lo familiar, que destapa una olla que termina emocionando al público a la par de la diversión.

– ¿En esta puesta el espectador es activo?
– La idea es que sea, no interactivo pero sí activo, el espectador se sienta, toma algo, come, son las actrices las que les convidan cuando entran a la sala, es una especie de kermesse, fiesta familiar, feria del plato, todo junto.

– Llevás el concepto de romper la cuarta pared a otro nivel.
– Acá la cuarta pared está totalmente destruida, pero igual, no hay que confundir con la idea de que todo el tiempo las actrices están con el público. El público es partícipe, es una especie de voyeur de lo que va sucediendo en la obra, es parte de la escenografía activa, pero no es que tienen que participar, hacer cosas. No me gusta que tengan que participar, para mí el espectador paga una entrada para recibir algo, no para hacer.

– Escribiste Derechas originalmente hace 17 años. Al retomarla, ¿la revisaste mucho, tuvo muchos cambios?
– La reescribí. De hecho agregamos el personaje de Barbie (Vélez) que es una tercera generación, porque estaban las madres, las hijas y me parecía que faltaba algo más por lo cual agregamos a la nieta y, además, por supuesto, la obra más allá de lo que cuenta, la anécdota, los personajes, está totalmente imbuida en la realidad y eso requirió una reescritura y tiene reescrituras continuas, que tienen que ver con agregados, con cosas que sumo, que saco, de alguna manera vamos minando el material y eclosionándolo.

– Además de la actualidad ¿los cambios tienen que ver con lo que percibís en las funciones?
– Voy muy seguido a las funciones, soy muy perceptivo de lo que sucedes. Ahora venir acá, a Mar del Plata y al Provincial implica hacer casi todo de nuevo, porque es otra puesta. No es una obra convencional que se presenta en un escenario. Hay algunos espectadores que pueden comprar la entrada y compartir esa mesa con las actrices, la puesta es interactiva, ellas actúan arriba del escenario, abajo, toman el hall, con lo cual, todo eso lo tenemos que reproducir en un nuevo lugar. Por otro lado hay tres actrices nuevas, Luisa Albinoni, Zulma Faiad y María Carámbula y eso también, reinaugura un material.

– ¿Trabajas el personaje para la actriz, no con la actriz para el personaje?
– Exactamente, me gusta que eso suceda porque también le da una especie de cocción diferente a lo que hacen. Para mí cuando ves Derechas y ves lo que hace cada una de ellas, no es algo que podría hacer cualquiera, lo están haciendo ellas de esa manera. Es posible que una actriz se vaya y entre otra, como pasa ahora, pero estas tres van a ser nuevas creaciones, esos personajes van a ser fuente de inspiración para crear algo nuevo.

– Como propuesta tiene distintos “ganchos”, cada espectador puede quedarse con distintas experiencias o mensajes.
– Lo fundamental para mí es que no es una obra de mujeres, ni que habla sobre las mujeres o las problemáticas de las mujeres. Habla de la familia, de la gente en general y es un accidente que actúen 11 mujeres.
Creo que el atractivo es que Derechas tiene la alquimia para dialogar con distintos estilos de público que buscan diferentes cosas, como capas de cebolla. Quizás el público más convencional tiene ganas de ir a ver una comedia y divertirse y Derechas es una comedia. Hay un público más rupturista que quizás quiere vivir la experiencia de lo que significa ir a una obra de teatro y que esa obra de teatro no sea convencional y que además de verla pueda comer y disfrutar de algo que es más parecido a un happening y ese público encuentra algo en Derechas. Hay un público que quizás busca una historia o la parte más conceptual o lo más intelectual y también el espectáculo tiene un contenido político y filosófico sobre el valor de la palabra y lo que pasa en la familia y lo que nos pasa a los argentinos con nuestra realidad política. Ahí hay tres capas, después hay otras, que tienen que ver con el público de teatro comercial que quiere ver un espectáculo con figuras y en derechas hay 11 figuras.