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La Ciudad 8 de enero de 2019

Dictan la conciliación obligatoria y los municipales deben volver a trabajar

Lo determinó el Ministerio de Trabajo de la provincia para "resguardar la integridad de los vecinos de Mar del Plata y los turistas".

El Ministerio de Trabajo de la provincia de Buenos Aires, que conduce Marcelo Villegas, anunció que para resguardar la integridad general de los vecinos de Mar del Plata y la de los 230.000 turistas que eligieron la ciudad para descansar y pasar sus vacaciones en paz dictó la conciliación obligatoria en el conflicto entre el municipio y el Sindicato de Trabajadores Municipales (STM).

La falta de un acuerdo entre las partes, durante los últimos 29 días, ha erosionando la paz social de la ciudad y ha puesto en jaque los servicios básicos e indispensables de salud, seguridad vial, control urbano, higiene en la vía pública y mantenimiento de los espacios verdes.

Además, ha perjudicado la actividad comercial tanto en el sector gastronómico como en los pequeños y grandes comercios que han visto proliferar la venta callejera y la competencia desleal en la vía pública.

La imposibilidad del municipio y el gremio de resolver sus diferencias generó graves inconvenientes en el sistema de sanitario local. Fue así que más de 15.000 marplatenses no pudieron vacunarse en los centros de salud que dependen de la comuna, más de 400 mujeres no pudieron hacer sus mamografías y se perdieron unos 100.000 turnos que habían sido otorgados en las salas de salud municipal.

La ausencia de controles viales generó caos en el tránsito y el incumplimiento de normas básicas en el estacionamiento en la vía pública, contribuyendo así al descontrol generalizado en materia vial.

La falta de operativos de alcoholemia, en la magnitud y frecuencia habitual que se llevan adelante cada verano, puso en riesgo a los conductores que circulan por las calles de la ciudad.

Un capitulo aparte se merece la situación en el cementerio local: ninguno de los actores que interviene en el conflicto pudo garantizar que varias familias que habían perdido un ser querido pudieran realizar su despedida y la exhumación de los cuerpos con respeto y en paz, tal como se merece esa ceremonia.