CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Policiales 10 de marzo de 2019

La historia de “Afrika”, la travesti que debía ser expulsada del país y volvió a caer detenida

Es una de las dos personas detenidas esta madrugada durante una serie de allanamientos. Su pasado y presente está vinculado a la venta de drogas en la "zona roja" de Mar del Plata

Se hizo llamar Afrika por esas cosas que tienen las elecciones radicales. O cambiaba o seguía llamándose Gilbert Guerra Tuanama, pero no era así como se autopercibía. No quería ser más un hombre peruano en Perú y se transformó en Afrika, una travesti emigrada a Argentina con deseos de progreso. Su suerte puede cambiar en pocas horas si se ejecuta la orden de expulsión del país por sus reiteradas causas por venta de drogas. Tan reiteradas que en la madrugada de este domingo volvió a ser detenida con una significativa cantidad de cocaína.

Pero el asombro no se agota allí en todo lo que concierne a la desordenada vida de Afrika. Hay un elemento que puede representar mejor que ningún otro este caso, que no es el único en Mar del Plata. Lo inverosímil que resta decir es que mañana lunes, Afrika debía asistir a Tribunales para iniciar un nuevo juicio oral en su contra por vender droga mientras debía estar afuera del país por orden judicial.

Para el mundo de la “zona roja” de Mar del Plata, Afrika es un nombre conocido. Es una de las personas trans más conocidas del ambiente y, tal lo acreditado en varias ocasiones por la Justicia, de quien se podía conseguir cocaína sin mayor problema.

Afincada mayormente en la esquina de Tierra del Fuego y Luro, Afrika optaba por sacarle más provecho a la venta de drogas que al servicio sexual, actividad dejada hoy en día en segundo plano por muchas de sus pares.

El 18 de diciembre de 2014, una denuncia anónima al 911 hizo movilizar personal policial hasta México entre Luro y San Martín. Se decía que los “pasamanos” eran obscenos entre adictos y travestis. Los policías llegaron al lugar y sorprendieron a Afrika con 19 envoltorios de cocaína. La Justicia le abrió un expediente y luego de algunos días detenida, Afrika regresó a las calles.

EL 13 de abril de 2016 un nuevo operativo policial, esta vez en Tierra del Fuego y Luro, acabó con Afrika adentro de un patrullero por tener en su cartera 21 envoltorios de cocaína.

Por esos dos hechos es que el fiscal Leandro Favaro la llevo a juicio y acordó una pena de 3 años de prisión en suspenso. La Dirección de Migraciones pidió autorización al juez de ejecución Ricardo Perdichizzi para la expulsión del país de Afrika y dicho permiso fue concedido. La medida nunca fue apelada, pero tampoco ejecutada y Afrika recuperó su libertad ya que la pena era en suspenso.

Pese a que estaba al tanto de que cualquier nuevo delito podía enviarla a la cárcel a cumplir la totalidad de la pena anterior, el 24 de enero de 2017, esto es a solo 40 días de haber recibido la condena, fue detenida a las 22.10 en Tierra del Fuego y Luro. Tenía 4 envoltorios de cocaína. Por razones que son propias de la ejecución de la pena anterior, no fue mantenida en detención ni renovada la intención de ser expulsada del país.

Y finalmente el 24 de junio de 2017 volvió a ser detenida con 18 envoltorios de cocaína. También en la “zona roja”.

Por esos dos hechos estaba previsto para mañana lunes el juicio oral que derivaría en una condena unificada, probablemente, y le habían otorgado la libertad para que llegara en esas condiciones al debate. Pero no llegó: en la madrugada de este domingo fue detenida luego de una extensa investigación en la que, una vez más, apareció en el centro de la escena del narcomenudeo trans de Mar del Plata.

Quien quiera seguir mirando para otro lado que lo haga. A las minorías o grupos sociales en vulnerabilidad –en este caso por la cuestión de género- hay que cuidar y proteger. Y uno de los modos de materializarlo es evitando generalizaciones porque el riesgo que se corre es descartar que, por tratarse de personas en desventaja de integración, son incapaces de cometer delitos. Y de ahí a encubrirlos hay una línea, mínima como toda línea.



Lo más visto hoy