Carlos Chaperouge, el agrimensor que delineó las calles, las avenidas y los paseos de Mar del Plata
La historia del hombre que en 1873 llega al Puerto Laguna de los Padres para demarcar el casco urbano y las chacras a solicitud de Patricio Peralta Ramos.
El agrimensor Carlos Chaperouge (a la izquierda).
por Carlos V. González Rivero
La calle que hoy nos ocupa, Carlos Chaperouge, nace en la Av. Félix U. Camet al 2600 y recorre de punta a punta el barrio José Manuel Zacagnini. Entre Marcos Sastre y Ortega y Gasset, donde concluye, delimita por el sudoeste a la Villa Marista.
El agrimensor Carlos Chaperouge en ocasión de venir a la ciudad para la inauguración del monumento a Patricio Peralta Ramos, el 10 de febrero de 1921, le contaba a un cronista las vicisitudes de aquellos años fundacionales en que conoció al homenajeado. Don Patricio, en 1872, le encargó la delineación de un pueblo dentro de sus propiedades en el sur de la provincia.
Decía Chaperouge en aquel reportaje: “Muchas veces, en la ‘casilla’ en que vivía don Patricio, ubicada en la parte alta de una barranca, más o menos donde hoy se inaugura esta estatua (frente al Bristol Hotel, casi sobre la prolongación de la calle Rivadavia), se hablaba de la grandeza de ésta, manifestándome su deseo de que al vender y hacer divisiones de los campos, tarea que también estuvo a mi cargo, dejara una legua para el trazado de la ciudad”.
Cuando el ingeniero-agrimensor es consultado sobre cómo se llegaba a estos remotos lugares contaba: “Primero en tren hasta Jeppener; luego hasta Dolores y desde esos puntos hasta aquí en coche, a caballo y una vez a pie, pero entendido que no hasta Mar del Plata, sino desde la estación Adela hasta Chascomús, donde esperaba la diligencia. Dormíamos en la misma diligencia; otras en los puestos de campaña, que no eran muy confortables. En fin, tardábamos seis días y ahora se salva la misma distancia en poco más de seis horas. Nuestro ideal era el trabajo y por ello se salvaban las mayores dificultades, llevados del propósito del engrandecimiento del país”.
Responde Chaperouge a la pregunta de si estas tierras eran aptas para un balneario: “Naturalmente. No había otra más apropiada y la playa era tan enorme que muchas veces hice un trayecto a pie, yendo por ella hasta Mar Chiquita. Dese Ud. cuenta de la distancia…”
Recordaba entre tantas cosas, “algo original”, como la fosforescencia del mar, que ante la obvia ausencia de iluminación, era la que les permitía leer cartas y diarios e incluso jugar grandes partidas de ajedrez. Y agregaba: La “población” más cercana era la hecha por la sociedad ‘La Proveedora’ y se componía de un saladero, de un molino y panadería peluquería y pasando el arroyo un tajamar. Una de las primeras construcciones fue la Capilla Santa Cecilia a la que contribuí en parte con mis conocimientos profesionales, aun cuando los planos no fueron míos”.
Apuntes biográficos
Nació en París el 18 de enero de 1846. Su padre se llamaba Carlos Chapeaurouge y había nacido en Ginebra (Suiza). Su madre de nombre Constance Esther Baudoin Dragvi, muere muy joven, cuando él tenía 11 años. Su padre fallece cuatro años después de haber terminado este agrimensor la mensura de Mar del Plata.
Obtuvo su título de Agrimensor en el año 1865 a los 19 años de edad otorgado por el Departamento Topográfico de Buenos Aires. Cabe destacar que durante el gobierno del General Bartolomé Mitre realizó numerosos trabajos de mensura, acreditando notables conocimientos profesionales.
Se casó en Santa Fe en febrero de 1868 con Agustina Coll. Tuvieron cuatro hijos: Henri, los gemelos Alejandro y Manuel y María Agustina.
Funda por entonces el diario favorable al gobierno, “El Fénix” periódico “político, literario y comercial”. Más tarde forma parte del Departamento Topográfico de la provincia y participa en el deslinde de tierras que el gobierno entrega a los combatientes de la Guerra de la Triple Alianza. Realiza el plano de Santo Tomé en 1871. Después de diez años regresa en 1872 a la Capital Federal.
Delineando las calles
En 1873 llega al Puerto Laguna de los Padres en el entonces Partido de Balcarce, para demarcar el casco urbano y las chacras de Balcarce (Puerto) a solicitud de Patricio Peralta Ramos y en terrenos de su propiedad.
El Departamento Topográfico se expidió favorablemente sobre la iniciativa con la firma de los técnicos Saturnino Salas, Germán Kuhr y Pedro Benoit el 5 de diciembre de 1873 y poco después lo hacía el Juez de Paz del Partido de Balcarce, don Pedro Bouchez.
El 10 de febrero de 1874 se acordaba esa autorización y el fundador solicitó, diez días después que fuese aprobado por el Superior Gobierno de la Provincia, el nombramiento que hacía en la persona del agrimensor don Carlos de Chapeaurouge para proceder a la mensura oficial del nuevo pueblo.
Nos dice Roberto T. Barili en su obra “Génesis de Mar del Plata” (1962): “El agrimensor Carlos de Chaperouge, secundado por el propio don Patricio Peralta Ramos, delineó las calles, avenidas y paseos de la ciudad. Solo tres nombres propuso el fundador para avenidas o plazas: Colón, América y España, sosteniendo que: “Debía perpetuarse el glorioso nombre del gran genovés que dio al mundo viejo un mundo nuevo: Colón descubrió América por España…”
El 2 de junio de 1874 el Departamento Topográfico de la Provincia examinó la operación de mensura y traza del pueblo de Balcarce (así se llamó hasta la imposición del nombre actual: Mar del Plata) practicada por el agrimensor Don Carlos de Chapeaurouge aceptándola y solicitando la aprobación oficial, que dio lugar al decreto del 18 de junio de 1874, aprobando esa mensura y el trazado de la ciudad. Surge de estos antecedentes oficiales que el ingeniero don Carlos de Chapeaurouge realizó su labor a conciencia, partiendo desde la capilla fundadora Santa Cecilia.
La tradición y las fuentes documentales, dicen que el agrimensor “toma como referencia fundamental de este trazado la ubicación de la Capilla Santa Cecilia, la que a partir de la línea de su frente, define el arrumbamiento general del pueblo. ”
Otros trabajos
Hacia 1875 hace la demarcación de Campana, y en 1889 la de Marcos Paz, Arrecifes y el Partido de Gral. Sarmiento y otros de menor importancia en el oeste de la Provincia de Buenos Aires. También publicó el plano catastral de la Provincia de Santa Fe.
En 1885 obtiene el título de ingeniero civil, y confecciona, en 1886, el primer plano de la Pcia. de Buenos Aires, con su nuevo deslinde asignado como Capital Federal.
En 1896 realizó el primer plano catastral de la República Argentina que fuera publicado por Eigendorf y Lesser como Atlas del Plano Catastral de la República.
Fue presidente de la sección agrimensura en el Primer Congreso Nacional de Ingeniería en 1916 y luego en el Segundo Congreso Nacional de Ingeniería caso único entre los congresales, en esos dos certámenes de la ciencia; presentando a ellos trabajos que merecieron la aprobación unánime de los mismos.
El Coronel Ruiz Moreno habló en nombre de la Junta Ejecutiva del 2º Congreso Nacional de Ingeniería. En emotiva pieza oratoria destacó las excepcionales condiciones del “pionero” de la ciencia, desaparecido, sosteniendo: “Fue tan fecunda la actuación del ingeniero Chapeaurouge que tienen ya un sitio de honor sus memorias y sus hechos en la historia moderna de la patria, contándole la ciencia entre sus cultores y maestros de verdad”.
Carlos de Chapearouge murió en Buenos Aires el 7 de octubre de 1922. En el sepelio de sus restos, sostuvo entre otras cosas José Barrau, gerente general del Banco Hipotecario Nacional los siguientes conceptos: “Pensamiento claro, inteligencia precoz y robusta, tan persistente y prolongada como su vida misma, constructor de ciudades y destructor de latifundios en el campo y en el libro, autor y actor de las primeras e importantes obras públicas de progreso nacional, cartógrafo insuperable, escritor y artista; pensamiento aventajado, acción múltiple, constante y eficaz, hombre bueno que fue para los suyos, la sociedad y la patria; todo esto y mucho más… se ha perdido con la muerte del ingeniero Carlos de Chapeaurouge, historia viviente de los últimos 60 años de organización nacional que, como una reliquia, guardábamos con orgullo en la persona del funcionario querido, compañero y amigo hasta ayer… despojos hoy, virtuoso recuerdo del mañana”.
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