CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 16 de julio de 2019

Las sanatas del intendente Arroyo con encuestas a la vista son más ridículas

por Gerardo Gómez Muñoz

Había empezado, apenas asumido, con un gesto de gaucho, hizo su presentación, corajudo abriéndose el saco para mostrar a los manifestantes de organizaciones sociales en la plaza San Martín, que los enfrentaba sin tenerles miedo. En la misma oportunidad y para confirmar que la cobardía es más fácil que la valentía, descerrajó un insulto digno de una mala persona, contra el ex intendente Gustavo Pulti porque había dejado muchas deudas.
Este fue acusado por su delirante sucesor de haber abonado deudas -pagos de salarios con cheques sin fondos del banco oficial-, pero con respaldo legal y obligación cumplida en términos pactados. Luego tanto el ex “Zorro Uno” como su ya desaparecido secretario de Hacienda, hicieron lo mismo, pero con algunas fallas que motivaron acusaciones legales, no de gaucho alzado en las calles, sino del propio gobierno de la provincia.

Fue el comienzo, pero marcó el rumbo. Desde entonces Carlos Arroyo y sus ínfulas de político ejemplar y de docente singular, se fueron desparramando, a lo Pulgarcito, marcando un derrotero que, sin permanente asistencia desde lo económico, financiero, político e institucional de parte del gobierno de María Eugenia Vidal, hubiera terminado en el abismo.

El hombre nunca entendió que la democracia es la convivencia. Tanto convivir, desde su inicio en épocas de la dictadura cívico-militar, luego en las filas de “los carapintadas” fracasados en sus abortados intentos alcistas contra don Raúl Alfonsín, se creyó otra cosa.

La historia enseña que no siempre el que llega por los votos tiene toda la razón. El devenir va enseñando cómo son las cosas del vivir diario de los hombres y la necesidad de entenderse, convivir y acordar derechos y obligaciones.

Sólo la democracia aguanta tanto

Inclusive a veces y para demostrar su fortaleza, exagera su tolerancia, pero su paciencia cosecha resultados invalorables. Arroyo lo está confirmando en el apabullante resultado que recogen, unánimemente, las más diversas mediciones de opinión que se conocen. Ahora y aún sin el tiro premonitorio y casi siempre ratificado preaviso de las PASO, el intendente con su enfermiza autoestima rodará descabezado el 11 de agosto. Ninguna compulsa le otorga la posibilidad de un 10 por ciento de los votos, tanto que algunos de los paniaguados de hoy, andan buscando a posible ganadores de mañana. Sobre todo algunas damas agrandadas de estos tiempos del “papito” generoso…

Claro, el pueblo se puede equivocar, pero la persistencia en el error sería necedad. Mucha maestría en la capacidad de engañar podrían arrastrar a las mayorías a incomprensibles equivocaciones.

A veces las propias instituciones de la democracia pueden aportar elementos para el engaño. No hay intento de cargar la roldana, pero sí y para prevenir futuros errores, hay que recordarles a diversos concejales y tal vez a algunos periodistas las socarronerías en el comentario sobre aquel edil que, a estilo, de los jóvenes estudiantes pícaros, luego de estampar ‘el presente’, se rajaban del recinto, tramposamente. Operativo que se repetía, aún con pullas pero sin sanciones, cuando se iba a tratar un tema -sobre todo ideológico- y no se atrevía a plantear públicamente su discrepancia, etc., o cuando no asistía -suplido por algún amanuense- a las obligatorias, para los presidentes de comisión…

Hoy se sabe mucho

Lanzada ya la campaña electoral y merced a las propuestas y aspiraciones que vierten los principales candidatos, se advierte, con bronca y ojalá con la comprensión de la responsabilidad que les cabe a los votantes, todo lo que falta y cuánto se podía haber hecho. Arroyo, hasta ayer, cuando le sonó los cachetes el impostergable sopapo de la gobernadora y el consiguiente portazo. Ni siquiera que se lo considera, tenga los votos que tenga, dentro de “Cambiemos”. Nada de pertenencia y a lo sumo que “nos vote desde afuera”. El baldón público ameritaría que se retire, pero el personaje, tan infatuado, se cree que el pueblo le debe algo y que podría reelegirlo.

No lo hizo en cuatro años, ni comprendió que clama al cielo en esta inmensa e inigualable ciudad la necesidad de una avenida de circunvalación como promete el candidato oficialista Guillermo Montenegro. Si en tiempos propicios el Rommel de utilería hubiera gestionado ante los gobiernos provincial y nacional, la obra, es casi seguro que estaría en marcha. Prefirió con sospechosa afición a apoderarse de méritos ajenos a usar como banderas propias los emprendimientos que con decisión y guita venían de La Plata. El orondo lord mayor solía pasearse, con piloto nuevo -le pagan casi 400 mil pesos mensuales-, pero todo se terminó, para alegría de los marplatenses. Fue cuando inflado por el “pirinchaje”, le sopló, quizás en una parrillada “mirá que los votos de acá son tuyos”. Fue cuando con aire de capo y tal vez con un traguito de ginebra, “inauguró” las obras del Centro de Salud de la calle Colón, alegando ante la consulta que él no la invitó a la gobernadora, que usó “la tarasca”, porque “soy el jefe político de la ciudad”. Mariú es muy femenina, seguro no fue ella, pero el pantalón de marca, no uno de los desflecados de antes, tiene todavía estampado en la retaguardia un calce “del 44 por lo menos” de algún amigo de la mandataria… Marplatenses, en legión, agradecidos.

Tato salvó la ropa

Su amigo Maxi Abad lo recomendó como delegado regional del Ministerio de Trabajo de la Provincia, algunos creían que era un reconocimiento político. Pero Tato Serebrinsky sabía que iba hacia un sitio de conflictos.

Tal vez acaba de superar uno de los más bravos. Fue el viernes cuando medio centenar de delegados del SOIP fueron a reclamar a la sede de Luro y España porque desde marzo, 2.000 fileteros no cobran el Repro, una “friolera” de menos de 3 mil pesos por cabeza. Los bancó sentaditos en uno de los salones de la repartición mientras se conectaba con los ministros de Trabajo y de la Producción de la Provincia. Tal como suele suceder cuando los problemas son encarados por experimentados políticos que no parten de prejuicios sobre los trabajadores y sus delegados, en la mañana que pintaba brava se constituyó una comisión mixta entre el Ministerio y los trabajadores, comprometida a una urgente solución.

Este firmante logró algunas aproximaciones al tema, porque se sabía que los fondos están comprometidos por un sector de la pesca que proviene de un aporte de los empresarios de la pesca del calamar. La culpa central entonces no es del Gobierno y de sus funcionarios. Para los neófitos en el tema es difícil entender, hay que “bucear” y por ahí algo se vislumbra.

Unas 120 embarcaciones de marplatenses van a la pesca del langostino que así como se pesca, sin el mínimo costo, es reembarcado para otros destinos. Consecuentemente, dedicarse al calamar no es tan rentable y por tanto su aporte comprometido oficialmente para auxiliar a golpeados y empobrecidos fileteros.

Un somero acercamiento a un tema doloroso, desde lo laboral y social para un sector vital de la economía de Mar del Plata que, a todas luces, merece desde hace tiempo un más profundo tratamiento no sólo oficial sino de toda Mar del Plata, también de nosotros los periodistas.

Monseñor Lugones, titular de la Pastoral Social, narró un episodio mucho menos divulgado de lo necesario. La noche previa al día de comienzo de las jornadas organizadas por la Iglesia, acertó a pasar por las inmediaciones del campamento de las organizaciones sociales, a la media cuadra del lugar, aparece “una vecina” que lo aborda, pidiéndole que la Iglesia intervenga “porque esta gente está pagada para acampar acá”… Queda claro, los creadores de “la grieta”, son los muertos de hambre que reclaman muchas veces que el estado les abone los aportes acordados y atrasados meses y meses, ante las necesidades y el hambre que avanzan.

La campaña lanzada a pleno

El Frente de Todos, Guillermo Montenegro, Gustavo Pulti, Vilma Baragiola y ahora Santiago Bonifatti, ocupan casi todos los espacios. Fernanda Raverta no necesitaba del “manijazo” del candidato presidencial Alberto Fernández que desde todos los ángulos posibles levantó la bandera de la candidata a intendente y sus méritos y posibilidades, cuyo crecimiento está siendo destacado en diversas consultas de opinión. Un nuevo y categórico respaldo tendrá el viernes, día en que la visitante será Cristina que presentará su ya consagrado “Sinceramente”.

Pulti arremetió con la cartelería mural y en las vidrieras de las paradas de micros, además de su impresionante agenda de encuentros, varios por día, con sectores vecinales y representantes sociales, entidades profesionales y empresarias. Un dato significativo fue la dimensión y el entusiasmo reinante e la comida del Club River.
Ayer inauguró, según se pudo ver, en las esquinas y avenidas, las tradicionales mesitas donde dos jóvenes aportan material propagandístico y la información sobre la ubicación, dirección mesa donde vota cada interesado y otros datos.

Montenegro, se mueve casi en procesión, porque sus múltiples incursiones políticas son acompañadas por un notable grupo de sus equipos de trabajo, con notable cantidad de jóvenes y no quedan dudas de que la cartelería, la más numerosa y costosa viene de su campamento.

Su adversaria en las PASO de Cambiemos, también ha recibido en los últimos días un visible incremento al igual que su visita a diversos barrios e instituciones. La curiosidad de algunos radicales es “¿y, dónde está Maxi Abad?” Para aventar toda duda, el dirigente de la UCR, repitió en estos días una tajante declaración “apoyo en todo la candidatura de nuestra dirigente radical Vilma Baragiola y ella lo sabe y lo hago sentir”. Y a esta página aportó numerosa información acerca de las visitas efectuadas a numerosas localidades de la 5a. sección, en su carácter de primer candidato a diputado”. Y en Mar del Plata acompañó a Vilma en la presentación del proyecto educativo.