CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Salud 20 de junio de 2016

Cáncer: cuándo interrumpir un tratamiento y optar por el alivio de los síntomas

Los cuidados paliativos se integraron a la medicina como especialidad y se ofrecen en etapas más tempranas para el "manejo integral del paciente".

por Lisa Cargnelutti

Interrumpir un tratamiento contra el cáncer es una de las decisiones más difíciles tanto para el paciente como para el médico, dado que existe la idea de que optar por aliviar los síntomas significa rendirse, cuando en realidad comienza el trabajo para mejorar la calidad de vida en vez de extenderla con más sufrimiento.

“En la etapa más avanzada de la enfermedad se plantean dos opciones: indicar un tratamiento para el cual ya no es el momento o apuntar a la calidad de vida y no a su prolongación con sufrimiento”, dijo a Télam Isabel Pincemín, coordinadora de cuidados paliativos del Hospital de Clínicas.

Al respecto, director médico de Fundaleu, Miguel Pavlovsky, comentó: “a los médicos nos resulta más fácil hablar de un nuevo tratamiento, aunque haya ínfimas posibilidades de respuesta, que del último tramo de la vida. Tenemos que aprender a introducir en la charla con el paciente la idea de que los tratamientos ya no funcionan y erradicar la mentira de que ya no hay nada más que hacer”.

Si bien los cuidados paliativos están asociados a la última etapa de enfermedades incurables, éstos pueden aliviar los síntomas físicos y emocionales desde que se recibe el diagnóstico, y ayudar a tolerar el impacto emocional que éste genera.

Históricamente, los cuidados paliativos surgieron para dar continuidad a los tratamientos cuando éstos ya no funcionaban, pero en los últimos años se integraron a la medicina como especialidad y se ofrecen en etapas más tempranas para el “manejo integral del paciente”.

“La tarea es aliviar el sufrimiento en todas las formas: físicas y emocionales, ser un soporte y organizar los cuidados junto con la familia, así como ocuparse de cuestiones de orden espiritual”, apuntó Pincemín.

Si ofrecer un tratamiento significa dar mayor expectativa de vida pero con sufrimiento, “la ecuación no es válida”, comentó Pavlovsky, y añadió que es mentira que suspenderlo signifique rendirse, ya que “hay mucho por hacer para mejorar la vida del paciente”.

“Cuando se toma una decisión terapéutica hay que hacer un balance costo-beneficio, si se está seguro de que determinada práctica aportará un cambio en el paciente debe indicarse, pero si el costo es mayor que el beneficio, no debe indicarse ni mencionarse”, dijo por su parte Roberto Wenk, director del Programa Argentino de Medicina Paliativa de la Fundación Femeba.

En Argentina, menos del cinco por ciento de las personas que necesitan cuidados paliativos acceden a ellos, dijo Wenk, y agregó que ese porcentaje corresponde a aquellos que viven en las grandes ciudades donde hay centros de atención de segundo y tercer nivel, donde hay profesionales y equipos especializados en patologías complejas.

“Lo aconsejable es comenzar con los cuidados paliativos en el momento del diagnóstico, pero la realidad es que esto no se hace y que comienzan cuando el paciente se transforma en sedentario, cuando ya no puede ir al consultorio”, remarcó Wenk.

Los especialistas consultados coincidieron en que falta formación técnica y filosófica en la carrera médica de grado sobre cuidados paliativos, disciplina que requiere de equipos conformados por médicos, enfermeros, trabajadores sociales y psicólogos, entre otros profesionales.

“Los fines de la medicina son prevenir y curar, pero también aliviar el sufrimiento y ayudar a morir en paz, hay habilidades que un médico debe desarrollar en su formación, como la de comunicar. Los enfermos tienen derecho a ser informados, pero hay que ser cuidadosos de qué información puede tolerar, y para esto es importante la habilidad de la escucha”, dijo Pincemín.

Wenk, por su parte, apuntó que si bien cuidados paliativos “es todavía una disciplina satélite que no está en el centro de la medicina, comenzó un cambio: hace seis meses fue reconocida como especialidad médica en Argentina y hace más dos años como especialidad de enfermería”.

Los médicos también afirmaron que brindar oportuna y adecuadamente estos cuidados contribuye a disminuir los gastos del sistema de salud: “se suele decir que en el último tramo se gasta mucho mas en el sistema de salud que en todo el resto de la vida, y que se hacen cosas que no tienen sentido y no le hacen bien al paciente”, comentó Pincemín.

Distintas organizaciones médicas argentinas impulsan actualmente la ley de cuidados paliativos, para que todos los hospitales y centros de salud del país tengan personal formado para brindarlos. El proyecto de ley ha sido presentado varias veces por la Asociación Argentina de Medicina y Cuidados Paliativos en el Congreso Nacional pero perdió estado parlamentario por no ser tratado a tiempo.

Télam.