Nora Alicia Vega es oficial de atletas de la delegación de Argentina para los Juegos Olímpicos. La múltiple campeona del mundo y panamericana de patín carrera, una de las grandes deportistas marplatenses de la historia, charló con LA CAPITAL sobre su rol antes de la partida hacia Río de Janeiro.

-¿Que significa participar de los Juegos Olímpicos como oficial de atletas, después de todo lo que hiciste como deportista de Argentina y todo lo que luchaste para que el patín fuera deporte olímpico?
-Es una satisfacción grande estar con ellos. Uno siente que está en lo suyo, que sigue compitiendo, que puede seguir haciendo cosas para los atletas. Siempre digo que lo que me hubiera gustado que hicieran por mí cuando competía ahora lo hace Juan, lo hago yo. Me hubiese gustado a mí que alguien se preocupara por los deportistas de esa época, por nosotros, como ahora lo hace la comisión de deportistas del Comité Olímpico. Permamentemente están y estamos en contacto, preguntando que necesitan, si tienen todo, si les falta algo…

-¿Es para vos como saldar una cuenta pendiente, cuando lo único que te faltó fue estar en unos Juegos Olímpicos después de haber sido múltiple campeona del mundo y panamericana?
-Sí, sí, digamos que no es lo mismo… Pero se trabaja mucho dentro de la villa para los chicos y uno se siente uno más. Lamentablemente el patín sigue sin ser deporte olímpico. Y se trata de un salto muy grande. Yo lo noto ahora al estar en el Comité, dónde se está atento a todo…El patinador sigue siendo aquel del que se acuerdan cada cuatro años, después de sacar una medalla en un panamericano…Pero todavía el nivel panamericano no tiene ni punto de comparación con ser olímpico. Pero yo estoy muy feliz de estar ahora junto a los deportistas olímpicos. Trabajo para todos por igual, obviamente tratando de que los demas se den cuenta y que alguna vez se concrete lo que siempre reclamamos. El deportista que lamentablemente su federación no logra que sea deporte olímpico es tan deportista como aquel que va a un Juego Olímpico.

-Decís que no es lo mismo que competir directamente. Pero vos para ellos, para los atletas que compiten, sos muy impotante…
-Sí claro, es verdad, ellos me ven a mí como la que encendió el pebetero, aquella que consiguió tantas medallas en Panamericanos. Tienen un espejo. Aparte me ven como un referente de lucha, saben que uno fue abriendo las puertas para que hoy se les faciliten más las cosas a otros. Te miran con admiración, no solo los deportistas de Mar del Plata, con quienes nos conocemos de hace muchos años y somos amigos. Del resto del país también está el respeto de todos. Ahora estuve el lunes cuando se le entregó la bandera a Luis Scola y se te acercan los chicos, te saludan, te dicen “mi mamá es fanática de vos…” Me llena de orgullo. Pero lo improtante es que todos se dieron cuenta que esta comisión de atletas del Comité está para ayudarlos y que ellos también pueden ser parte después cuando dejen…

-Con Marita Peralta tenés un afecto especial, más allá de la dedicación a todos los atletas?
-Con Marita nos llevamos muy bien. La fui a ver cuando corrió en Londres. Valoro su esfuerzo, su sacrificio. Se de la lucha de todos, pero principalmente cuando uno es mamá y deja la familia es muy fuerte para entrenar y seguir con esas metas. Uno se identifica porque recuerda haber vivido luchas parecidas. En su caso, tenés que tener un marido al lado de fierro para acompañarla y toda la familia detrás.