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Arte y Espectáculos 26 de septiembre de 2020

La vuelta de “El último”, de Yanícola, ahora adaptada a la nueva normalidad

La obra está escrita en coautoría con Olivia Diab, quien también actúa y decidió reponerla. Ahora con dirección de Federico Balderrama, se la verá por Youtube y Facebook. Es la historia de un vago, Cucaña

“Se me ocurrió que Cucaña, el personaje del unipersonal que interpreto en El último, podría revivir“, contó Olivia Diab sobre el reestreno de esa obra, que escribió junto a Guillermo Yanícola y que ambos llevaron a escena hace un par de años.

Convencida de su vigencia, Diab trabaja para reponerla, aunque lo hará en el actual contexto de encierro e imposibilidad de estrenos en salas convencionales. Y, además, el reestreno será ya sin Yanícola, quien falleció en septiembre de 2019.

Ahora con la dirección de Federico Balderrama, el espectáculo tiene fecha de reestreno: el próximo 11 de octubre a las 21 por Youtube y Facebook.

“Siempre fueron muy satisfactorias las presentaciones y funciones que hicimos de El último, tanto en Mar del Plata como en Tandil, en Necochea y en CABA fue muy bien recibida y con algunos galardones. Tenía ganas de seguir”, comentó la actriz, dramaturga y directora a LA CAPITAL. Tras ello, se puso en contacto con las hijas de Yanícola, a quienes “les pareció una buena idea”.

fede balderrama

Federico Balderrama, director de esta nueva versión.


Diab contó que en el texto original, el personaje de Cucaña “era un vago que se colaba en un teatro y copaba el escenario”. El inconveniente se presentó a partir del contexto acual, en el que “no hay teatro donde interrumpir, ni sala a la cual ingresar, ¿dónde se metía Cucaña, entonces? ¿a quién le hablaría? ¿desde dónde?”.

Ahí fue cuando apareció Balderrama, convocado por Diab, con ideas nuevas que refrescaron la pieza y la insertaron en un momento de aislamiento social como el actual.

“Hay una lectura absurda del texto en sí mismo. Me entusiasmó que fuera un vago feliz -contó Balderrama-. A partir de eso, comencé a pensar el gran desafío que es generar una posible relación entre un personaje y su público, entre este personaje particular y con ese público, para entablar esa relación posible. No es un loco, es un vago que quiere hablar con alguien, quiere compartir su historia, ‘todavía estás a tiempo’ le dice al que está detrás de la cámara, ‘de cambiar tu maldita jaula por mi bicicleta'”.

Y agregó: “Trabajamos con la idea de que Cucaña descubre y es descubierto por una cámara del hall de una casa. Comienza a jugar un juego en solitario, un juego de soledad considerando que hay alguien ahí detrás, que lo espía”.

A Diab le “encantó la idea”. Y recordó: “Nos pusimos a trabajar y seguimos en eso. La adaptación no fue cosa fácil para mí, hablarle a una cámara, suponer que hay alguien que te mira pero no verlo. De hecho, la premisa cambió: Cucaña rompía la cuarta pared en el teatro, tenía atrapado al espectador entre las paredes de la sala. Y aquí se trata de hablarle a alguien hipotético, es un ‘¿hay alguien ahí? ¿cuántos? ¿quiénes son?'”.

Esa idea les calzó perfecto para que la historia pudiera ser contada delante de una cámara, para que a su vez pueda ser vista desde los hogares por Youtube y Facebook (mediante la compra de entradas), plataformas a la que llegaron muchas propuestas teatrales en 2020.

Diab contó sus temores por permitir que Balderrama trabaje con un material que actuó con Guillermo, quien fue un dramaturgo dueño de un universo muy personal y, a su vez, su amigo. Pero, de a poco, empezó a sentir seguridad.

“Me resultó un alivio que Federico hiciera hincapié en los colores del vestuario y en el sobretodo (que usa Cucaña). Me acordé de que Guille me había dicho varias veces ‘tenemos que hacer un vestuario más teatral, podríamos agregarle un sobretodo que cubra todos los artificios que después va a ir sacando el vago de la galera, bah del sobretodo‘. Una coincidencia feliz, me dio confianza. Pareciera que estamos alineados”.

A su vez, la actriz indicó que “El último” es una obra basada en el cuento homónimo de Haroldo Conti. La obra “nació en un seminario intensivo de monólogos que dictó Guille y que se llamaba Solos como unos perros. Trabajé ahí un pequeño fragmento del cuento de Conti. Cuando terminó el taller, Guille se me acercó y me dijo: ‘¿Hacemos la obra?‘ Escribimos la dramaturgia mientras actuábamos. Bajo la dirección de Federico Balderrama sucedió algo similar. Pasar texto, explorar, improvisar, seguir generando material para este vago que ya tiene unos cuantos años más en la calle, que pasó por varietés, por bares y por festivales. Está casi listo para incursionar en la nueva normalidad”.