Por Hernán Kloosterman

Mientras espera la definición del rumbo político que tomará María Eugenia Vidal, Joaquín de la Torre empezó a avanzar en el armado de un espacio peronista opositor para disputar las elecciones legislativas de 2021.

El ex ministro de gobierno bonaerense de Cambiemos aseguró que la alianza debe reformularse y consideró que la provincia de Buenos Aires debería ser conducida por un peronista. “Lo dice la historia: las dos veces que se le ganó al kirchnerismo con dos boletas fueron con candidatos peronistas como Massa y De Narváez”, argumentó.

De paso por Mar del Plata, el ex intendente de San Miguel expresó duras críticas a la gestión de Alberto Fernández: “Es el tercer gobierno de Cristina, no es el primero de Alberto”, le dijo a LA CAPITAL.

Además, en medio de los anuncios sobre las restricciones nocturnas por la pandemia afirmó que “el gobierno va a tener que salir a respaldar una medida cuando no ha sido el mejor ejemplo”. Y, enseguida, agregó: “Organizó un velorio que fue una catástrofe, organizó actos en el Congreso en la discusión del aborto y ahora les dice a 200 jóvenes que no se pueden juntar cuando ellos juntaron de a miles”.

-¿Cómo está la conformación de la alianza opositora?

-Hoy hay un desorden propio de haber perdido, también por algunas señales de María Eugenia que no sabe si va a estar en provincia o CABA. Eso ha desordenado bastante. Y también hay que discutir roles y aquellos que tenemos un origen peronista tenemos derecho a plantear algunas cuestiones y que no nos dejen solo como juntadores de votos en el conurbano. Queremos tener la oportunidad de opinar y de ser conductores.

-¿Y cómo cree que se puede se lograr?

-Parte del proceso de autocrítica es poner en discusión quiénes son los conductores. Si está María Eugenia es una cosa y si no hay que barajar y dar de nuevo. Y después hay un montón de compañeros que han sido maltratados y hoy no miran a Cambiemos con simpatía. A ellos también hay que juntarlos y hablar sobre eso. Yo no veo que el proceso hoy tenga un final claro. Lo que sí digo es que hay dos peronismos en la provincia. Uno es el que conduce Máximo (Kirchner) y el otro es el que estamos armando nosotros. La gente deberá optar.

-Dentro de ese desorden que menciona, ¿la proyección de Larreta como candidato presidencial es una de las certezas?

-Creo que no le conviene a él ser tanto tiempo antes candidato a presidente. No lo voy a cargar de esa mochila. Falta mucho tiempo y la gente no está mirando la política sino su realidad que es difícil. Hay que ver cómo se rearma el proceso de acá a unos años. María Eugenia se está tomando su tiempo, tiene el derecho a hacerlo. Pero mientras ella toma sus decisiones nosotros tenemos que seguir armando un espacio en la provincia que tenga una mirada claramente distinta a la del kirchnerismo.

-¿Ese armado será dentro de Juntos por el Cambio o no necesariamente?

-No creo que sea una cosa a definir hoy. Si las condiciones están dadas, cuanto más grande sea el frente, mejor es. Y si las condiciones no están dadas serán los que conducen los responsables de que eso no suceda. Lo que está claro es que al dedo que ha signado el proceso anterior hay que dejarlo de lado.

-¿En lo personal, aspira a ser gobernador?

-Tengo vocación de gobernar la provincia. No porque soy un loco sino porque claramente tengo la experiencia que me ha dado gobernar tres períodos en San Miguel, ser ministro de María Eugenia y conocer todos los municipios. Conozco las realidades.

-¿Se puede hacer una evaluación de la gestión de gobierno en marco de la pandemia?

-No ha sido el año para juzgar gestiones pero sí miradas. Desgraciadamente y con cierta tristeza lo digo, está claro que Alberto Fernández no gobierna, gobierna Cristina. Toma las decisiones ella y su mirada está condicionando. O sea que este es el tercer gobierno de Cristina no es el primero de Alberto. He sido crítico en su momento y lo sigo siendo. Es una señora que hace muy bien política pero estamos en veredas distintas ideológicamente.

-¿Cuál es su visión de la provincia?

-La provincia no es inviable. Lo que es inviable es que la sigan gobernando personas que son ajenas. Kicillof es de la ciudad de Buenos Aires. No conoce Mar del Pata ni los problemas de los marplatenses. Y el que no conoce no ama y el que no ama no puede gobernar. Hace mucho tiempo, desde Ruckauf en adelante, que hemos tenido gobernadores que han vivido la mayor parte del tiempo en la ciudad de Buenos Aires. Y eso claramente pone a la provincia en una situación de debilidad.