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Arte y Espectáculos 31 de agosto de 2021

“La gente necesita reírse como nunca y eso puede potenciar a Funcinema”

Mex Faliero adelantó novedades del Festival Internacional de Cine de Comedia que comenzará este sábado en el Museo MAR.

“Un festival que no tiene nexo con el lugar donde se realiza está fallando en algo”, aseguró a LA CAPITAL Mex Faliero, integrante del equipo organizador del Festival Internacional de Cine de Comedia Funcinema, que regresará al Museo MAR este sábado 4 de septiembre. Las dos novedades son varias: el encuentro volverá de manera presencial tras la ausencia en 2020 (a causa de la actual pandemia de Covid-19) y este año se realizará durante todos los fines de semana del mes de septiembre.

Además, la séptima edición de Funcinema llegará con otra noticia: entre las cincuenta y cuatro producciones previstas para las funciones de todo el mes, varias de ellas son películas realizadas en Mar del Plata.

En este link podrán conocerse las películas que llegarán al MAR.

 


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“Al no haber un apoyo desde el Estado municipal, la producción local se mueve en relación a las ganas o la necesidad de la comunidad; es muy inconstante. De repente afloran varios realizadores y surge una generación que filma; después eso se pierde”, indicó el organizador.

 

Y recordó que ahora, en 2021, “estamos atravesando una etapa en la que hay una nueva generación de gente que se dedica a lo audiovisual”. En ese sentido, recordó que en la nueva edición podrán verse “dos cortos marplatenses en exhibición, ‘Arriba la birra’ y ‘El rey del bagayo’“, mientras otros de factura local también llegaron a la convocatoria.

Faliero analizó cómo afectó la pandemia al cierre de los cines y reconoció que aumentó el interés de los realizadores y las realizadoras por mostrar sus obras en este festival local.

-Uno de los objetivos del Festival este año es revincular a los espectadores con las salas de cine. ¿Temen que las plataformas de streaming y el encierro que generó la pandemia terminen alejándonos de las pantallas grandes?

-Totalmente. En verdad creo que era un proceso que se iba dar, porque el cine es el arte que más sufre el impacto de la tecnología: no podés reemplazar desde el hogar la experiencia del teatro o del recital en vivo: pero el cine, con una buena pantalla, con estos televisores de increíble definición de audio y sonido, es fácilmente reemplazable para una generación que cada vez tiene menos aprehendido el ritual de ir al cine y compartir con una muchedumbre esa experiencia. Seguramente para nosotros ese objetivo es un poco gigante, pero en un conjunto los festivales de cine son la última defensa contra el consumo de cine en el hogar.

-¿Observan que el deseo de participar de Funcinema crece año a año, notan interés por parte de realizadores y realizadoras?

-Sí, afortunadamente, si no el Festival no tendría sentido. Cada año más distribuidoras ofrecen su material, de Argentina y del extranjero. Más realizadores se comunican y están pendientes con la fecha de convocatoria. Y comenzamos a abarcar otros territorios a los que nos era difícil acceder. Tal vez hable bien del festival, de su proyección y reconocimiento, pero en verdad creo que habla de la necesidad de un género como la comedia por encontrar un espacio de difusión que la respete.

-¿Por qué se van a poder ver más cortos que largos, se producen más cortos de comedia que largos en el mundo?

-Se da un poco que el cortometraje tiene a la comedia como uno de sus géneros favoritos, porque es más fácil ser efectivo con una idea que lo que exige el largometraje en su extensión. También notamos que nuestro público tiene mayor vínculo con los cortometrajes, pero especialmente este año, en el que no sabíamos finalmente qué iba a pasar, cuántas funciones y qué espacio íbamos a tener, preferimos el cortometraje por una cuestión de comodidad. Nos permite exhibir más material, acomodar las funciones según los tiempos.

-Nunca como este año se hizo tan necesaria la comedia, ¿suponen que el festival tendrá más éxito de público que en años anteriores?

-Por un lado se nos genera esa expectativa, que la gente necesita reírse como nunca y eso puede potenciar al festival. También nos pasa que no sabemos cuántas ganas la gente tiene de participar de una actividad en un espacio cerrado. Es todo una gran incógnita que iremos descubriendo en el camino, aprovechando que este año el festival se extenderá a lo largo de todo el mes.

-¿Habrá invitados, charlas, actividades paralelas?

-Por cuestiones organizativas y de producción, este año decidimos no traer invitados. Para una organización pequeña como la nuestra es muy complejo poder coordinar apoyos económicos (que son los que te permiten traer invitados) en tiempos normales, en época de pandemia todo se complejiza aún más. Por eso tampoco haremos competencia este año. La propuesta es pasar películas en la sala, con el espíritu único de pasarla bien y que la gente se reencuentre progresivamente con las actividades que antes eran habituales.

-¿Qué aporta la experiencia de estar en el cine?

-Es un poco problemático definir esto, porque cualquier experiencia que signifiquemos tendrá seguramente un trasfondo generacional. Para uno, que tiene más de 40, que se crió jugando en la calle, con vínculos y relaciones físicas, tal vez sea casi una cuestión de principios sostener el ritual de ir al cine y compartir la experiencia grupal. Pero alguien más joven, que posiblemente se haya criado con un grado mayor de virtualidad en sus vínculos y actividades, seguramente eso sea algo menor, y si el hogar le da aquello que necesita, la experiencia irá por ese lado. Claro que ver cine en el cine nos relaciona con las películas desde otro lugar, nos demanda más atención y nos resguarda de los estímulos externos. Somos nosotros y la pantalla. Ahora, posiblemente, para una audiencia cada vez mayor esto que digo sea una pavada. Posiblemente un sociólogo lo podría definir mejor.