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La Ciudad 10 de octubre de 2021

Lo que puede cambiar, lo irreversible y lo que miran Montenegro y Raverta

Las primarias cambiaron las expectativas que Juntos y el Frente de Todos tenían sobre el reparto de bancas. En qué coinciden y por qué, más allá de lo estrictamente legislativo, las elecciones son importantes para el intendente y la jefa del Frente de Todos.

El recinto del Concejo Deliberante.

Por Ramiro Melucci

El resultado de las PASO trastocó todas las expectativas. En la mesa chica del intendente veían las elecciones de medio término como una posibilidad de revalidar el rumbo de la gestión y ganar siete bancas en el Concejo Deliberante. Las justas y necesarias para mantener el número de ediles afines. Después de lo que sucedió el 12 de septiembre, el primer objetivo estaría garantizado y el segundo podría ser superado: si en las generales se repite el tanteador, Juntos obtendrá ocho escaños.

Al despuntar el año el Frente de Todos aventuraba una elección pareja que le permitiera robustecer su bloque. Soñaba con que esa paridad se reflejara en el reparto de bancas: seis para cada uno de las doce que se pondrán en juego el 14 de noviembre. Pero desde que las urnas hablaron sabe que puede aspirar, como máximo y con viento a favor, a renovar las cinco que pone en disputa.

Las dos grandes fuerzas políticas, que rivalizan en casi todo, coinciden tácitamente en la lectura previa de las legislativas: el primer puesto y el segundo son inamovibles y el tercero no superará el piso (8,33%) que se necesita para incorporar ediles.

Relanzada la campaña, cerca del intendente creen que el resultado no tendrá grandes variantes. Piensan que el oficialismo logrará ocho bancas y las otras cuatro se las quedará el kirchnerismo. Trabajan para eso. El Frente de Todos, en cambio, retomó la senda proselitista con la esperanza de llegar al quinto concejal. Debería crecer del 27 al 35%. Algunos al interior del espacio lo consideran viable. No todos.

La hipótesis de los optimistas se afinca en una lectura que se hace en los gobiernos nacional y provincial y suscribe el kirchnerismo vernáculo: los que no fueron a votar en las PASO eran en su gran mayoría votantes peronistas desencantados que, antes que ir a sufragar por Juntos por el Cambio, prefirieron quedarse en sus casas. El principal objetivo de la nueva campaña es reconquistarlos. “Solo en un barrio nos pasaron una lista de 3300 marplatenses que no fueron a votar. Eran votos nuestros”, cuenta un hombre del comando del Frente de Todos.

Los movimientos sociales saldrán a buscar a esos votantes, en el marco de un andamiaje que depende de un sostén: el impacto que logren las medidas de los gobiernos nacional y provincial para aliviar los padecimientos económicos que se acumularon en la pandemia.

 

Para Guillermo Montenegro y Fernanda Raverta las elecciones legislativas no son un mero reparto de bancas. Cada escrutinio dispara un sinfín de lecturas políticas. 

 

En contrapartida, en la vereda de enfrente hubo quienes hicieron rodar la versión de que es posible en noviembre una victoria tan arrasadora de Juntos que mejoraría el hipotético reparto de las PASO. Hablan de un 9-3. Pero más que de un mejor desempeño de la lista de Fernando Muro depende de un retroceso de la de Virginia Sívori. Hoy no se avizora y los antecedentes tampoco lo avalan: si ocurre como en 2019, las dos grandes coaliciones aumentarán su caudal de votos en las generales.

Pero para Guillermo Montenegro y Fernanda Raverta las elecciones legislativas no son un mero reparto de bancas. Cada escrutinio dispara un sinfín de lecturas políticas. El intendente y la líder del Frente de Todos local miran los votos que Mar del Plata y la quinta sección electoral aportarán en la batalla que librarán Diego Santilli y Victoria Tolosa Paz en la provincia de Buenos Aires. Son los que observan en Buenos Aires los principales referentes nacionales de sus espacios políticos. Forman parte de la evaluación de liderazgos que se realiza al cabo de cada elección.

La quinta sección es vital porque Mar del Plata aporta más del 45% de los votos. Se descuenta que tanto Montenegro como Raverta sumarán nombres de confianza a la Legislatura bonaerense. Lo mismo que Maximiliano Abad, el otro gran protagonista de la elección. Aquí también el reparto de las cinco bancas de senadores provinciales parece escrito en piedra: Juntos obtendría las tres por la mayoría y el Frente de Todos las dos por la minoría.

 

Si el jefe comunal repite la elección de septiembre plebiscitará su gestión y empezará a pavimentar su camino a la reelección.

 

La estrategia de la oposición vernácula tiene otra arista en el Concejo. Se aprecia en las últimas intervenciones de sus principales exponentes. El jefe del bloque, Marcos Gutiérrez, pidió un detalle de cómo fueron distribuidos los aportes del Fondo para la Reactivación Cultural y Turística de la Provincia. Sívori preguntó por la utilización de los $ 60 millones que otorgó la Nación para el Parque Industrial. Lo que se asemeja a un acto de fiscalización de fondos tiene en rigor el objetivo de mostrar un municipio indolente. Lo ratificó Ariel Ciano con su efeméride sobre las ciclovías, que se votaron hace un año en el Concejo y solo existen en los papeles.

El gobierno municipal podrá tener respuestas más o menos convincentes para todo aquello, pero eso no parece modificar otra de las conclusiones que dejaron las PASO: el romance de Mar del Plata con Montenegro sigue intacto. Si el jefe comunal repite la elección de septiembre plebiscitará su gestión y empezará a pavimentar su camino a la reelección. 

En el intento de reflejar las campañas acopladas del PRO y el radicalismo bonaerense, el oficialismo doméstico promete mostrar, además del de Muro, una mayor variedad de rostros cerca del intendente. Eso sí: las peleas las librará solo en el Concejo. El jefe del bloque, Agustín Neme, es uno de los encargados de afrontarlas. Fue el que anunció en respuesta a Sívori que las obras en el Parque Industrial con los fondos de Nación ya comenzaron. También uno de los que defendió el proyecto que más controversia generó la semana pasada: un pedido de informes de Guillermo Volponi al Gobierno nacional para saber cuántos marplatenses no pueden ingresar al país.

La oposición lo frenó en la comisión de Legislación. Con el argumento de que los nuevos decretos nacionales ya no permiten hablar de “varados”. “Se ve que hay intención de seguir asentando un imaginario colectivo de que no se permite el ingreso al país”, interpretó Marina Santoro. “A los concejales del Frente de Todos no les preocupa la gente”, disparó más tarde Volponi. Y dejó en claro que en esta campaña, mientras algunos tienen prohibido ensuciarse, otros no dudarán en meterse en el barro.