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La Ciudad 1 de junio de 2022

Audiencia pública: discrepancias sobre la mitigación y el impacto ambiental

Investigadores pusieron el foco en las consecuencias que podría tener la actividad en la vida marina. Ingenieros y empresas subrayaron el cumplimiento de los "más altos estándares" de seguridad.

El impacto ambiental y su mitigación se convirtió este miércoles en uno de los ejes de la tercera jornada de la audiencia pública consultiva que se realiza en el Concejo Deliberante sobre el proyecto de exploración y explotación petrolera a 300 kilómetros de la costa de Mar del Plata.

Sofia Wohler, de la consultora Resilience, asesora de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores (Capeca), aseguró que si bien en este período se han logrado “varias mejoras” respecto al procedimiento de evaluación de impacto ambiental de los proyectos de prospección sísmica, “todavía se observa falta de información primaria”.

Wohler refirió a las “estimaciones directas y campañas de investigación para poder obtener datos confiables y conocer la biomasa y la biodiversidad existente en el área antes del comienzo de la experiencia”, así como “los procesos biológicos claves en el ciclo de vida de los organismos”.

Sostuvo que “la adecuada identificación del estado en el que se encuentra el área en cuestión es fundamental para poder determinar todos los factores ambientales que entran en juego y los distintos impactos a los cuales pueden estar sujetos”.

“Se observa generalmente que se proponen las mismas medidas para todos los factores ambientales bióticos identificados. Parece ser un corte y pegue sin analizar demasiado qué medidas son las más adecuadas para cada factor. Por ejemplo: dentro de los peces no se considera como medida llevar adelante el proyecto en la ventana temporal que menos afecta a los procesos biológicos de las especies encontradas”, cuestionó.

“En estos casos, una de las principales medidas de mitigación es evitar los procesos biológicos de importancia, es decir, momentos de reproducción y cría, entre otros”, agregó, y exigió “que se revean las medidas” para que “reflejen una adecuada relación con el objetivo de protección de los distintos componentes del ecosistema”.

José Teutónico, ingeniero mecánico de la consultora Gie, dedicada a la gestión de activos, afirmó que “la seguridad es primordial en la industria petrolera”, que “ha aprendido y aprende día a día de cada una de las operaciones y los incidentes que ocurren”. En ese plano, comentó que “cada incidente es convenientemente analizado mediante procesos prescriptivos que permiten determinar él o las causas que derivaron en él” y “gracias a este conocimiento se mejoran las normas, códigos y regulaciones que se aplican en la industria”.

En esa línea, puntualizó que “la industria tiene altos estándares en el desarrollo de las actividades, que se encuentran normadas o codificadas por instituciones técnicas y gubernamentales que bregan por una operación con un impacto acotado en los entornos de riesgo”.

Julio Moreno, de HD Química, mencionó que la empresa hace casi dos décadas abastece de productos químicos para las etapas de estimulación y producción de petróleo y gas. “Conocemos las exigencias del sector en materia de prevención, seguridad y sistemas de prevención de calidad. Eso hace que estemos a favor del proyecto”, señaló.

Gustavo Bispo, ingeniero mecánico que se desempeña en la consultora de ingeniería y desarrollo de software MedeaTec, destacó su experiencia de más de 15 años en análisis de riesgo en la industria petrolera en diferentes países: Argentina, Chile, Perú, Uruguay y Ecuador.

“Cualquier actividad humana tiene un riesgo asociado. La probabilidad de que ocurra un evento (en la actividad petrolera) es muy baja, cuestión que los ambientalistas están exagerando considerablemente y sin sustento técnico científico alguno”, lamentó. Y agregó que “las empresas que desarrollarán el proyecto tienen medidas de contingencia para minimizar cualquier tipos de impacto”.

Bispo apuntó que “esta industria está fuertemente regulada y cumple con normativas muy estrictas”. “Está a la vista que, ante los cientos de miles de pozos de producción en el mundo, la estadística es totalmente favorable”, añadió.

Sin embargo, Luciano Valenzuela, doctor en biología, investigador del Conicet y del Instituto de Conservación de Ballenas, advirtió sobre “la peligrosidad de este proyecto para el ambiente del Mar Argentino y su biodiversidad”.

Contó que hace más de 20 años trabaja con ballenas francas, y que su área de estudio es la alimentación y las vías migratorias. También participó en los análisis químicos de las muestras de cientos de delfines muertos en el Golfo de México “producto del desastre de la British Petroleum en 2010”.

“En ese caso, y a pesar de contar con la más alta tecnología y los mejores controles, se produjo un verdadero desastre ambiental, social y económico, y esto ocurrió en un pozo ultraprofundo, tal cual se plantea en la Argentina por primera vez”, indicó.

Valenzuela subrayó que la zona de prospección sísmica que es materia de discusión “coincide con un área crítica de alimentación para las ballenas francas australes”. “Esta región no es una simple área de paso, como dicen las empresas Equinor e YPF en sus informes y repite el Ministerio de Ambiente. Por tanto, las medidas de contingencia en los planes de gestión ambiental que se discuten están mal planteadas desde su base, porque no toman en cuenta este aspecto fundamental de la biología de esta especie clave del Mar Argentino”, lanzó.

Según indicó, “ya existen evidencias de que el aumento de la temperatura del mar y su acidificación, producto del uso y la liberación de combustibles fósiles, reduce la abundancia de su alimento, provocando hoy en día una reducción del número de nacimientos y un aumento de la mortalidad de esta especie en nuestro país”.

Desde otra perspectiva, Mónica Navarro, capitana de ultramar y CEO de Zapor, que brinda distintos tipo de servicios a los buques en general –también a los de prospección sísmica–, detalló que entre 2017 y 2020 se llevaron a cabo siete proyectos de adquisición sísmica.

“Durante todo este tiempo, hemos navegado con los buques sísmicos extranjeros, y nosotros con nuestra propia flota. Realizamos 466.366 kilómetros de navegación para adquirir 90.099 kilómetros de sísmica 2D y 17.807 kilómetros cuadrados de sísmica 3D sin incidentes ni accidente alguno”, ponderó.

Navarro buscó llevar “tranquilidad” en cuanto “a la seguridad de las personas y el medio ambiente”. “Toda la operación petrolera sigue los más altos estándares internacionales, más aún la de prospección sísmica, que es el paso anterior para que esto se lleve a cabo”, apuntó.