Por Carlos V. González Rivero

La avenida que hoy nos convoca es una de las más importantes de la ciudad, pródiga en comercios textiles en las cercanías de su nacimiento, que la convirtieron en la “Avenida del pulóver”, en escenarios deportivos como los links del Golf, los internacionales estadios del Parque Municipal de Deportes, el complejo deportivo de River Plate, templos católicos, empresas de transportes, supermercados y comercios de innumerables rubros.
Supo tener varias denominaciones, desde el informal “Camino al Puerto” pasando por Boulevard Mar del Plata que cambió a Boulevard Cincuentenario por ordenanza del 1/2/1924 en conmemoración del aniversario número 50 de nuestra ciudad.
En 1933 se denominó Fortunato de La Plaza al segmento desde Independencia hasta la costa y por fin, por la ordenanza 384 del 19/10/1948 fue denominada con su actual nombre en toda su extensión.

“El fondo de la legua”

Nace en la familiarmente conocida “avenida costanera” que hacia el sur se denomina Av. De Los Trabajadores (ex Martínez de Hoz) y hacia el norte Bv. Marítimo Peralta Ramos.
Describe un trayecto diagonal, formando un ángulo de 10° aproximadamente con el trazado fundacional de la ciudad. Ello hace que en “El Gaucho” la próxima calle “paralela” sea Matheu (altura 3800) mientras que a la altura de Leandro Alem sea Ameghino (5000).
Esto fue algo que siempre me “molestó”, me preguntaba por qué llevaba esa inclinación, por qué no la habían trazado paralela al resto de las calles iniciales. Fue al arquitecto Roberto Cova, en una reciente charla telefónica, a quien le hice la pregunta. El, no sin emoción, me dijo: “Eso viene desde Juan de Garay, los mancebos de la tierra, el fondo de la legua….”.
Fui a buscar los términos citados por Cova. Supe entonces que los mancebos de la tierra eran aquellos primeros pobladores del Río de la Plata, mestizos, por lo general de padre hispano y madre guaraní o querandí, como también solía llamarse así a los blancos nacidos en estas latitudes. Recordemos que Garay “venía desde arriba”, desde Asunción, fundando, antes que Buenos Aires a Santa Fe de la Veracruz.
En junio de 1580 funda la Trinidad (segunda fundación de Buenos Aires). El 24 de octubre realiza el reparto de tierras entre sus expedicionarios como se acostumbraba en ese entonces a quienes acompañaban en la aventura.
A las tierras repartidas se las llamaba “suertes” (tierras con límites) y éstas fueron cincuenta y seis en la zona que hoy ocupan los partidos del norte del conurbano. Cada “suerte” tenía de 350 a 400 varas de ancho por una legua de fondo (6.000 varas) contando desde la barranca del río; por el fondo las “suertes” estaban unidas por un camino que con el tiempo se lo conoció como Camino del Fondo de la Legua.

Garay marcó el rumbo

Las líneas divisorias largas, las de una legua de longitud, de esos predios llamados “suertes”, tenían una orientación Sudeste-Noroeste. Con el tiempo, todos los aparcelamientos serían paralelos a estos y así fueron formándose las divisorias de los futuros partidos y dentro de ellos los cuarteles y por ende los distintos campos, chacras, quintas, etc.
Si observan un mapa político de la provincia de Buenos Aires van a percibir a simple vista que la mayoría de los partidos tiene uno o dos lados con rumbo Noroeste-Sudeste y eso no es otra cosa que el “transporte” de aquellos aparcelamientos primeros de fines del siglo XVI.
Nuestro partido no está exento, y la Av. Juan B. Justo se hizo exactamente sobre la línea divisoria del Lote XIII adquirido por Patricio Peralta Ramos. Noten que el trazado al sudeste de Juan B. Justo (antiguamente loteado por Jacinto Peralta Ramos como Pueblo Peralta Ramos) es paralelo a esta avenida, por lo tanto, podríamos decir que el que altera el lógico rumbo que deberían haber tenido nuestras calles fue Chaperouge, que se basó en la línea frontal del único edificio formal de aquellos años que era la Capilla Santa Cecilia. Si la capilla hubiese sido construida paralela a las líneas divisorias de los lotes originales, nuestra avenida no generaría esas incómodas manzanas irregulares.

Atravesando barrios

Como es de imaginar la Av. Juan B. Justo es divisoria de barrios en toda su extensión, y a partir de ella hacia el sudoeste las calles cambian no solamente su orientación sino también su nombre.
Los barrios que la avenida limita hacia el noreste: desde Alem hasta Tucumán, “San Carlos”; entre Tucumán y Córdoba, “Primera Junta”; de Córdoba a Dorrego, “San José”; entre Dorrego y San Juan, “Funes y San Lorenzo”. De San Juan a Italia corta al medio al barrio “Santa Mónica” que es el único que se extiende a ambos lados de la avenida. Desde Italia a Champagnat delimita el barrio “Bernardino Rivadavia”, de Champagnat a Arturo Alió el barrio “Regional”, entre Alió y Czetz el barrio “Belisario Roldán”, entre Czetz y Fermín Errea el barrio “Caribe” y entre Fermín Errea y la calle 250 el barrio “Santa Rosa de Lima”.
Hacia el sudoeste la avenida Juan B. Justo limita desde la Av. de Los Trabajadores hasta Cerrito el barrio “Del Puerto”, desde Cerrito hasta Talcahuano “Las Avenidas”, entre Talcahuano y las vías del ferrocarril “Peralta Ramos Oeste”, a partir de las vías y hasta la Av. Polonia el barrio “Santa Mónica, de Polonia a Heguilor limita al barrio “Bosque Alegre”, entre Heguilor y Champagnat el barrio “El Gaucho”, de Champagnat a la Av. Carlos Gardel bordea el barrio “Las Américas”, y desde Gardel hasta la calle 236 el barrio “José Hernández”