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Opinión 6 de enero de 2023

Los secretos del liderazgo de Scaloni

Por Virginia Borrajo

Mucho se viene analizando desde el 20 de noviembre sobre tácticas de fútbol, el funcionamiento del equipo capitaneado por Messi y toda la mística que generó esta selección campeona del mundo. Pero ¿Qué vemos si analizamos el fenómeno del liderazgo del DT de la Selección Argentina, Lionel Scaloni? ¿Qué encontramos en sus rasgos como líder?

Sin entrar en cuestiones relacionadas al juego, debemos reconocer una innegable actitud del DT como líder; un liderazgo que ejerce y no tiembla en asumirlo. Independientemente de los resultados, Lionel Scaloni es un líder porque, como sucede habitualmente detrás del fenómeno del liderazgo, nos encontramos con algunos factores determinantes como estos:

QUIERE liderar: lo primero que caracteriza a un líder es que tiene un propósito real de liderar, no puede sentirse como obligación. El mismo Scaloni cuenta cómo empezó su proceso como DT, sólo eran dos partidos como entrenador interino.

Tiene claridad de METAS: los líderes son conscientes de lo que tienen que alcanzar y buscan los medios para hacerlo.

Logra IDENTIFICAR a otros: Convocan vínculos de influencia positiva. En este caso, “La Scaloneta” es una clara representación de identificación colectiva que generó una marca y un mito, con un poder motivacional muy positivo.

Toma DECISIONES DIFÍCILES: identifican talentos, pero también personas que aún “no están listas para salir la cancha”. Cuando el contexto es decisivo, es una forma de cuidar al equipo, aunque el mismo equipo sienta que la ausencia de ese colaborador, jugador o integrante pueda atentar contra el resultado.

MOTIVAN Y RECONOCEN: Saben que la única forma de construir es a través de un ecosistema de bienestar, algo que se viene notando hace tiempo a través de la construcción de un grupo fuerte, un valor indudable de esta generación.

Afrontan ADVERSIDADES y soportan la INCERTIDUMBRE: El rol del líder se construye en acción aun cuando no se sabe cómo hacerlo. Esta frase de Scaloni lo define con claridad: “Mucha gente cercana me dice ‘tenés que estar preparado para el momento’. ¿Y cuándo es el momento? Nunca lo sabés. No sabés si estar preparado es haber visto 150 entrenamientos de los mejores técnicos del mundo o haber dirigido 100 partidos, o tal vez no haber hablado con nadie”.

Estas características propias del líder que vimos en Scaloni se combinan con otros dos atributos muy codiciados en la alta dirección de cualquier empresa: la capacidad para armar equipos con diversidad generacional y la capacidad de gestión ante situaciones de crisis. En el primer punto el DT nos demostró tener un diez. Sólo basta con analizar las edades del equipo: cuando Messi y Di María debutaban la selección nacional, Mac Allister, Julián Álvarez y Enzo Fernández, que se convirtieron en referentes de la Scaloneta, no superaban los 10 años de vida.

En cuanto a afrontar situaciones de crisis, la primera fecha del mundial fue una prueba crucial en esta materia. Un líder puede reaccionar de diferentes maneras ante la crisis: algunos niegan la situación; otros se quedan como simples espectadores mirando que las cosas sucedan; y hay personas que toman una posición activa y empiezan a buscar alternativas creativas para sortear la crisis.

El desafío para nuestro DT al iniciar el Mundial fue no quedar atrapado con la imagen que la crisis ocasionó luego del primer resultado. Scaloni confió en su equipo y volvió a sacar chapa de conductor en una situación crítica, metiendo mano en la formación y trabajando con un equipo que estaba atravesando una situación extrema que nunca había vivido, al menos en esta generación: llevaba 36 partidos sin perder y dos copas conseguidas tras una sequía de 28 años sin títulos.

En el partido contra México Scaloni reconfirmó su liderazgo, tomando decisiones difíciles antes y durante los 90 minutos, algo que se fue consolidando con el pasar de las fechas, ya que cada contienda tuvo una impronta particular según el caso.

Aunque el técnico es un novato en la función, algo que le valió una buena cantidad de críticas en sus inicios en el puesto y cuenta con una juventud (44 años) que no es muy común en técnicos de seleccionados nacionales, una radiografía de sus características como líder nos confirma que al DT le sobran condiciones.

Un buen líder siempre elige confiar (tal como nos pidió Lio que no por nada es el capitán) y tiene sus secretos para lograr lo que se propone, aunque a veces ni el mismo líder es consciente de que cuenta con esas preciadas herramientas. Como diría la canción: “no te lo puedo explicar”.

Argentina es campeón del mundo y sin entrar en las explicaciones futbolísticas, en el liderazgo de Scaloni sobran las razones para entender por qué este equipo consiguió algo que hace 37 años no se lograba.

(*): Psicóloga, directora de talento organizacional en Estudio Locht.