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La Ciudad 20 de noviembre de 2016

Playa Chica, una mancha negra en medio de la postal de Mar del Plata

Por segunda temporada consecutiva, la unidad turística no tendrá concesionario. El lugar está abandonado desde 2015. Preocupan las condiciones de seguridad de las instalaciones destruidas y en desuso.

La inigualable vista del paseo costero de Mar del Plata puede arruinarse de repente con solo descender las escaleras de Playa Chica. Con unos pasos basta para ver que las instalaciones de la unidad turística se asemejan a las ruinas de una guerra: vidrios rotos, montículos de tierra, materiales de construcción, paredes pintadas, fierros, chapas y botellas le otorgan al lugar la imagen de una tierra arrasada.

“Es una lástima”, comenta un joven que se asoma a una de las barandas semidestruidas de la edificación y comprueba el contraste entre la belleza del mar en un día de primavera y el sitio en el que está parado. Se lo dice a un amigo con el que ingresó a mirar las ruinas sin ningún tipo de restricción. El otro, también perplejo por el estrago, se limita a asentir.

La destrucción empezó hace tiempo. En mayo de 2015, el municipio, entonces a cargo del intendente Gustavo Pulti, tomó posesión de la Unidad Turística Fiscal Playa Chica: acusó al ex concesionario de dejarla “en estado de abandono”.

Según la información oficial del momento, el empresario no respetó el pliego de bases y condiciones. “Es un largo proceso que se inició cuando se le otorgó la concesión a Gerardo Fernández en el 2006 con la obligatoriedad de realizar un espigón en cinco años. Durante todo ese tiempo, no se concluyó, pero tuvo años de gracia sin pagar canon. Por eso se inició un proceso en el cual, haciendo uso de las facultades que el pliego de bases y condiciones aprobados por el Concejo Deliberante nos habilitaba, se iniciaron las actas de infracción y el establecimiento de distintas multas”, explicaron las autoridades.

“Lamentablemente, encontramos la Unidad Turística Fiscal Playa Chica en un estado deplorable, tanto en su estado estructural como de limpieza en general. El ex concesionario había hecho abandono de esta unidad, la cual fue también vandalizada, hasta que se produjo la decisión judicial a favor del municipio para recuperar estas instalaciones”, agregaron.

La caducidad del contrato de concesión fue decretada el 19 de marzo de 2015. Como contrapartida, Fernández presentó una serie de denuncias penales contra las autoridades municipales por presuntos “delitos de abuso de autoridad, incumplimiento de los deberes de funcionario público, extorsión y desbaratamiento de los derechos acordados”.

El empresario aducía que era objeto de “una actitud de hostigamiento y persecución” por parte del Emtur. De acuerdo con una nota presentada en el Concejo Deliberante por el concesionario antes del desalojo, las obras pendientes eran la construcción de un espigón de defensa costera (culpaba de la demora en el inicio de obra a que el Emtur había “retenido” el expediente, que había sido solicitado por la Dirección de Hidráulica de la provincia) y la construcción de una batería de baños públicos, “por el cual se produjo un plan de trabajo”.

Más allá de la acusación de “abandono” por parte del municipio, la de “persecución” realizada por el concesionario y todas las consecuencias judiciales y legales, lo cierto es que en aquel entonces el gobierno prometió un nuevo proceso licitatorio para “recuperar” el lugar.

“A partir de ahora se abre un proceso licitatorio en donde el municipio en los próximos días está elevando un nuevo pliego de bases y condiciones para hacer un llamado abierto y público para otorgar la unidad a un nuevo concesionario. Esto se realizará a partir de los parámetros que esta gestión ha llevado adelante desde 2007 relacionados con la sustentabilidad, accesibilidad y con los espacios para usos públicos, además de otorgarle la calidad que el sector merece”, sostuvieron las autoridades.

Pero “los próximos días” se demoraron más de la cuenta. Ex autoridades del Emtur contaron a LA CAPITAL que al finalizar la gestión de Pulti se realizaba “el proceso de armado de pliegos” para la licitación, que debería haber estado concluido “para el verano pasado”. Y culparon por la demora a la administración de Carlos Arroyo: “No avanzaron en nada”.

El cuestionamiento es difícil de individualizar. Desde que el intendente asumió el 10 de diciembre del año pasado, por el Emtur pasaron tres presidentes. Lo concreto es que este verano será el segundo consecutivo en que Playa Chica será una mancha negra en la postal de Mar del Plata.

La directora de Unidades Turísticas Fiscales, Mónica Rábano, aseguró a LA CAPITAL que pese al cambio de gestión y a las modificaciones internas en el Emtur se empezó “a hacer la evaluación para hacer el nuevo pliego” de bases y condiciones, que está “en producción” para que sea aprobado “una vez que termine la temporada”.

Según la funcionaria, que forma parte del elenco estable del Emtur desde 1993 y fue una de las que elaboró el pliego de la última licitación de Playa Chica, “la idea es tratar de ingresar” el pliego al Concejo “antes del verano” y que en abril ya esté “aprobado” para luego abrir el proceso.

Tanto como el retraso de la puesta en valor del lugar preocupa la seguridad. Hoy por hoy, se puede ingresar sin el menor esfuerzo, y si no se toman urgentes medidas de prevención no debería sorprender que sea escenario de algún accidente provocado por el precario estado de las instalaciones.

“Hubo un tiempo seguridad privada, después se tapió y ahora las autoridades estaban en tratativas con la Policía Local para que cuide el lugar hasta la licitación”, comentó Rábano. La intención, agregó, es que haya “más seguridad en la temporada”.