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Arte y Espectáculos 24 de enero de 2023

Gustavo Garzón: “Es en el fracaso donde el artista se fortalece”

Con su unipersonal "Bufón", una versión libre de dos textos de Chéjov, estará desde este jueves y hasta el domingo en la Sala Payró del Teatro Auditorium.

Gustavo Garzón interpreta textos de Chéjov que lo conmovieron.

 

 

 

Con la actuación de Gustavo Garzón, “Bufón” es la obra basada en monólogos cortos “El canto del cisne” y “Sobre el daño que hace el tabaco”, de Antón Chéjov,  que se presentará desde este jueves y hasta el domingo, a las 21, en en la Sala Payró del Teatro Auditorium.

Gustavo Garzón se conmovió con estos textos, los adaptó y protagoniza esta obra, bajo la dirección de Gustavo Pardi. En estas funciones en Mar del Plata, el actor estará acompañado en escena por el violinista marplatense Anton Sullivan, quien está a cargo de la transición musical entre ambas piezas.

“Es en el fracaso donde el artista se fortalece”, reflexionó el actor con LA CAPITAL, en referencia a uno de los temas que abordan los textos que seleccionó para esta puesta.

Entre la comedia y el drama, el artista que ha trabajado en numerosos ciclos televisivos, series, películas y también tiene una amplia experiencia en teatro, vuelve a Mar del Plata, tras su paso junto a Marina Otero con “200 golpes de jamón serrano”.

En los últimos años al actor que combina las cámaras con la docencia de teatro y las tablas, se lo pudo ver en El marginal, El Clan, Los Internacionales y Monzón.

-¿Cómo surgió “Bufón”?

-Bufón surgió sin querer. Sin buscarlo. En épocas de cuarentena, de encierro, de incertidumbre absoluta para los actores. Me pidieron del Ministerio de Cultura hacer un videíto leyendo algún texto que me gustara. Justo tenía un libro de Chéjov en mi mesa de luz. Buscando algún texto para leer me encontré con el Canto del Cisne. No lo conocía. Al leerlo, al pronunciar esas palabras, sentí un estremecimiento, una emoción profunda. Ahí empezó todo. Desde las tripas.

-¿Qué te resulta más desafiante en esto de pasar del drama a la comedia y en un unipersonal?

-Pasar del drama a la comedia casi sin pausa es altamente motivador para mí como actor. Ese desdoblamiento es la esencia misma del actor. Es fantástico poder abordarlo. El hecho de que sea en unipersonal le agrega más vértigo. Todo depende de uno. No hay compañere en el cual apoyarse. No hay otra energía en escena que la de uno mismo. El grado de concentración que exige es altísimo. Un gran desafío. Una gran motivación para trabajar.

-¿Qué es lo que más te gusta de hacer teatro que habla del teatro?

-El teatro es reflejo y espejo de las virtudes y las miserias del ser humano. Por lo tanto el teatro hablando del teatro no es más que el hombre hablando de la condición humana. El tema no se reduce a la actividad del actor. Lo trasciende y abarca a la existencia humana en general.

-Has dicho que “Los actores seguimos siendo bufones, aunque algunos se crean reyes”. ¿Podés contar de qué se trata, a qué te referís?

-El actor fue, es y será un bufón que cobra por hacer reflexionar, reír o llorar a quien pueda pagar una entrada. Y no hay mucho más que agregar. Lo demás es cartón pintado.

-¿Qué reflexiones te dispara haber profundizado en ‘El canto del cisne’?

-La obra habla de un viejo actor que, en la soledad de su vejez, se recrimina haber entregado su vida al teatro. Paradójicamente la frase que más me conmovió de la obra es cuando el viejo actor dice: “Donde hay arte no hay vejez, ni soledad, ni enfermedad”.

-También habla del éxito y del fracaso. ¿En cuánto de estos textos te sentís identificados?

-El terror al fracaso es algo común a todos los seres humanos. Los actores no estamos exentos a eso. La búsqueda del éxito trae aparejado ese miedo al fracaso. Pero es en el fracaso donde el artista se fortalece, aprende y vuelve a intentarlo. Personalmente, aprendí a convivir con el fracaso. No me gusta ni le temo. El único fracaso que duele es no haberlo intentado. Y yo siempre llevo a cabo mis deseos y trabajo por ello. Ese es mí gran triunfo.



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