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Arte y Espectáculos 30 de enero de 2017

“Yo le presté el cuerpo a Gilda y ella me prestó parte de su alma”

Natalia Oreiro canta esta noche en Acercarte.

El ciclo Acercarte que se desarrolla en Parque Camet la tendrá esta noche a Natalia Oreiro. La cantante y actriz realizará un homenaje a Gilda, a quien interpretó en la pantalla grande. Y también dedicará tiempo a sus propios hits. Entrevistada por LA CAPITAL, habla de la lucha de Gilda y de su gran vínculo con Rusia.

Por Paola Galano

Después de varios años de estar abocada exclusivamente al cine, Natalia Oreiro regresa a la música, esta vez bajo el halo musical de Gilda. Un respetuoso homenaje a la cantante tropical y un set de canciones propias serán parte del recital que ofrecerá hoy a las 20.30 en Parque Camet, donde se lleva a cabo el ciclo Acercarte.
“El show se divide en dos partes bien marcadas”, le anticipa a LA CAPITAL la actriz y vocalista, que durante 2016 interpretó a Gilda en la película que dirigió la cineasta Lorena Muñoz.
“En la primera parte voy a hacer un tributo a Gilda, con las canciones que están en la película y que están en el CD de la banda de sonido. Son ocho canciones en homenaje a ella, y la puesta en escena si bien tiene una reminiscencia, es un homenaje, claramente yo no hago de Gilda en el show. Toco con mi banda, que es con la que vengo tocando desde hace muchísimos años. Las canciones suenan igual, hago un par de versiones libres. Soy yo homenajeándola a ella. Y en las visuales se va a poder ver un pedacito pequeño de la peli”.
En la segunda parte del show, en tanto, Natalia dedicará tiempo a su propia música, cantará las canciones que formaron parte de novelas y otras que están contenidas en sus discos. “La banda que me acompaña es la de siempre pero tiene dos músicas nuevas, las dos provienen más del rock y lo alternativo, con lo cual vienen súper bien para cantar Que digan lo que quieran, Tu veneno y la versión de Todos me miran de Gloria Trevi”, sigue.
-¿La interpretación de Gilda que hiciste en la película, su música, su historia reavivaron tus ganas de volver a cantar?
-Yo creo que se fue generando naturalmente. El hecho de presentarme en vivo aquí en Argentina tiene que ver básicamente con esa vuelta al cine y a la música. Yo me considero una actriz que canta y en mis proyectos se terminó dando que cantara. En la película “Infancia clandestina”el director me pidió que cante, después “Miss Tacuarembó” es un musical y la música para mi siempre estuvo cercana. Tuve la posibilidad de cantar en Europa del Este y dedicarme al cine en Argentina y quizá para mi púbico de acá, hace muchos años que no me ve tocar en vivo. Y de la mano de Gilda se tornó natural en mí esta posibilidad.
-¿Quedaste satisfecha con todo lo que pasó con Gilda, la repercusión que alcanzó, tu interpretación?
-Contenta y agradecida con Gilda, desde su familia, sus amigas, los músicos de su banda. La película tiene una carga emocional muy fuerte para los que la hicimos, su historia y su fuerza y lo que tuvo que luchar contra ese prejuicio social claramente movilizó a contarla. Luego, que participen personas reales, los sobrevivientes, sus hijos, los músicos, sus mismos fans como parte de la película. Todo eso hace que se construya para nosotros con una carga energética muy particular. Y ver que fue tan bien recibida, no solo de público sino de crítica, algo que no suele pasar. Esos son dos mundos que se terminen justando en un hecho artístico. Y para mi es una película que tuvo desafíos y responsabilidad y fue un sueño que hice con todo el corazón. Yo llamo el sueño de tres mujeres: el de Gilda en sí misma, el de Lorena Muñoz y el mío.
-¿El respeto a Gilda llega al punto de no querer emularla en un escenario?
-Para mí es en la película donde la interpreto. En algún punto, actoralmente, yo le presté el cuerpo y ella me prestó parte de su alma. Hay algo allí en la peli que sería muy difícil de lograr en un escenario en vivo con mi banda, cantando mis propias canciones, con otro vestuario. No es mi intención imitarla sobre un escenario, sería difícil porque la película está para contar eso. Es que Gilda no es solamente cuando se sube al escenario sino cuando era Miriam, cuando era mamá, cuando era maestra jardinera, hay un sinfín de patrones que tienen que suceder como para que vos la veas a ella y en el show claramente con una pantalla detrás, con otra banda? es un homenaje, no es una obra de teatro musical.
-¿La lucha de Gilda contra los prejuicios es en algún punto la historia de las mujeres?
-La lucha femenina es de hace mucho tiempo y tendrá que pasar casi un siglo para que estemos en igualdad de condiciones. También debo reconocer que no es lo mismo que una mujer se dedique a la música tropical en los ?90 que ahora, a ella le costó mucho más. Hoy es más natural, ella tuvo mucho prejuicio profesional porque la veían distinta, porque componía sus propias canciones, hasta estéticamente y familiarmente, mucho prejuicio tuvo que enfrentar para poder proyectarse y encontrarse en un ámbito en el cual se sentía muy cómoda. Tenía algo especial porque a tantos años de su partida seguimos recordándola y emocionándonos con su historia de vida e identificándonos como mujeres. Los prejuicios no solo se limitan a las mujeres, creo que la sociedad tiene muchos prejuicios en general, a todo nivel pero las mujeres venimos dando una batalla larga y nos queda mucho trabajo por adelante.
-El año pasado estuviste en Rusia, un país al que te une una larga relación ¿Cómo explicás ese vínculo?
-A esta altura tiene que ver con un lazo muy profundo, y sentimental. Viajo desde que tengo 20, la mitad de mi vida casi, y siempre fue un recibimiento muy cálido, desde mis comienzos siguieron mis proyectos en televisión, luego obviamente toda la música. He tenido una constancia casi anual desde ese momento, no solo en Rusia sino en gran parte de Europa del Este, pero Rusia ha sido como mi otra casa, un lugar que para el resto puede sonar como lejano pero para mí es realmente muy cercano. Incluso este año que pasó fui tres veces por distintos motivos. Primero por un festival de música, después por un festival de cine en Moscú, en el que nos invitaron a participar con un documental que filmamos con Martin Sastre, el director uruguayo (la dirigió en Miss Tacuarembó). Es un documental que se llama Natasha Natasha que resume esa relación con Rusia, cómo crecimos juntos. Se basa en una gira que dice en 2015 en el que atravesamos dieciséis ciudades e hicimos el Tren Transiberiano, llegamos a ciudades y pueblos que nunca había imaginado. Si bien conozco bastante el interior de Rusia, ese tren atraviesa toda Rusia. Y el año pasado también fui para hacer los shows musicales. La verdad es que no sé cómo explicarlo? me dedico más a difrutarlo y a vivirlo.