CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 18 de julio de 2023

A cuidar el patio trasero, que apareció un jardinero chino

Por Ricardo Juan Panza, contador, economista y docente de la UNMdP.

Comenzó la Reunión de Negocios Unión Europea – América Latina y el Caribe (EU-LAC), antesala de la Cumbre de Jefes de Estado en Bruselas, y Ursula Von der Leyen, la Jefa de la Comisión Europea, anuncia una agenda de inversiones de 45.000 M de euros.

Europa tomó conocimiento del crecimiento del posicionamiento y desembolsos de China en muchos países de América Latina. Von der Leyen destacó el nivel de inversión de los países que representa como “el de mayor importancia”. “No queremos que las relaciones sean puramente comerciales, sino que queremos florecer juntos”. Parece que el jardín ha empezado a dar flores indeseadas.

Enfatizando en forma implícita las obvias diferencias culturales entre América Latina y China, y que el gigante asiático no se ocupa en disimular, Von der Leyen habla de un “nuevo principio de amistad que se apoya en años de relaciones culturales, sociales y económicas”, postergadas por décadas.

Históricamente, América Latina y el Caribe estuvieron al margen del debate mundial, luego del fin de la Guerra Fría. Durante los ‘80 permaneció ensimismada en temas internos de los que aun no emerge, y de golpe llegó el ´boom´ de las economías asiáticas. Súbitamente, los europeos encontraron un jardinero chino en el patio trasero y llegó la hora de desmalezar el jardín.

Una mejor sintonía parece alcanzarse con el liderazgo temporal de Brasil y España a ambos lados del océano. Lula ha puesto énfasis en una mirada “ambientalista”, luego de los tropiezos de su antecesor, Jair Bolsonaro, y sus entredichos con Emmanuel Macron. Además, Lula apuesta a la prosperidad de toda la zona, no sólo la brasileña. “La única forma de crecer en forma sustentable, es haciéndolo en forma integrada con la región”.

El objetivo manifiesto del acuerdo es desarrollar “cadenas de valor locales”, en especial en energía y alimentos, lo que, además de generar exportaciones (imprescindibles para la UE en un contexto probable de guerra prolongada entre Ucrania y Rusia), impulsaría el arraigo de los latinoamericanos y evitaría la migración de factores (esencialmente, trabajadores) al Viejo Mundo. Para esto consideran fundamental fortalecer e incrementar la población de clase media en la región.

Hay más de 135 proyectos, entre los que se destaca la producción de “hidrógeno verde”, la ampliación de las redes informáticas, y la producción de vacunas basadas en ARN modificado.

No es inocente la presentación de América Latina en el escenario mundial, vestida de fiesta. La nueva agenda de la UE la tiene especialmente en cuenta, Nuestro continente puede aportarle 2/3 del litio mundial, 1/3 del agua dulce mundial, 40% del cobre y 1/3 del suministro de energía limpia. Podemos ser una importante fuente de energía limpia y barata y alimentos en cantidad.

Europa puede involucrarse más activamente en la producción de litio, agregando valor a través de la producción de baterías, explotando el cobre, en hidrógeno verde, en la implementación de plantas de licuefacción de gas, todas cuestiones energéticas que Europa necesita resolver hoy, y en modo acuciante, por la guerra.

Las prioridades son: “atemperar las desigualdades económicas, establecer parámetros de seguridad alimentaria, mejorar la infraestructura física y digital, aumentar la participación del sector privado, y no olvidar el cuidado de los recursos naturales y la sustentabilidad de la producción”. Para el lector desprevenido, no es la agenda de ningún candidato a presidente local. Es la agenda que la Unión Europea tiene para la región. El patio trasero está un poco abandonado.

Sergio Díaz-Granados, presidente ejecutivo del Banco de Desarrollo de América Latina (ex CAF), tiene identificadas 67 iniciativas para canalizar inversiones europeas. El Banco trata de posicionarse como “banco verde”, y espera desarrollar instrumentos financieros especiales e innovadores, orientados a la conservación de recursos, y aprovechar mejor los DEG, a través del Banco Central Europeo y el directorio “europeo” del FMI.

El memorándum de entendimiento propone inversiones y proyectos ambiciosos en energía limpia y GNL, como primer puente de avance hacia un acuerdo de libre comercio entre UE y el Mercosur, frenado desde hace 5 años por las trabas ambientales que fijó Europa y las barreras proteccionistas que impuso Francia. El vaivén político latinoamericano no ha ayudado tampoco.

La CELAC cuenta con 33 países de América Latina y el Caribe, mientras que la UE agrupa a 27 países europeos. La idea de esta cumbre de 60 miembros, la primera luego de 8 años de espera, es lograr acuerdos a largo plazo que eviten caer en la inevitable pelea de fondo que hay y habrá entre China y USA.

Como siempre, nuestro país llega a estas reuniones arrastrando viejas deudas y viejas dudas; tales como el posicionamiento frente a la guerra Ucrania-Rusia, o cuestiones más domésticas y folklóricas como la situación en Venezuela y Cuba, que dividen a la región. Estas cuestiones no han ayudado a apurar un acuerdo comercial indispensable. Y hacen entrever tensiones por las posiciones encontradas que puedan plantearse.

El acuerdo está efectivamente demorado en gran medida por las condiciones que quiso imponer Europa en el capítulo mediambiental, y la discusión entre Jair Bolsonaro y Emmanuel Macron, en síntesis. Una frase poco amistosa de Alberto Fernández sentenció: “El acto de asociación supone la existencia de partes que se entienden en la búsqueda de un desarrollo equilibrado. Una asociación exige que ambas partes se beneficien en el acuerdo. Cuando solo se beneficia una de las partes, eso deja de ser un acuerdo y empieza a parecerse a una estafa”, disparó.

Se esperaría que de la cumbre surja un comunicado de rechazo a la invasión rusa y la imposición de sanciones económicas a Moscú. Pero ello afronta la oposición de Cuba, Nicaragua y Venezuela, que defienden a Rusia, y cuenta al menos con posiciones dubitativas en Bolivia, Argentina y Brasil. Argentina, junto a otros países, no avala sanciones a Rusia, cuestión que la UE considera fundamental para frenar la guerra. La mayoría de la UE rechaza el régimen de Maduro, con el apoyo irrestricto de Uruguay, Paraguay y Ecuador, y el rechazo de Brasil, Argentina, Bolivia, Chile y Colombia, que prefieren un esquema de diálogo. Otro tanto sucede con la situación del bloqueo norteamericano a Cuba.

La firma del acuerdo posibilitaría aumentar las exportaciones de hidrógeno verde y GNL a Europa. Pero Argentina tiene un retraso legislativo importante en esta materia: el Congreso tiene un proyecto frenado desde mayo.
En la apertura de las sesiones, el presidente Alberto Fernandez no perdió oportunidad de criticar al FMI y su acuerdo con el presidente Macri. No parecen las mejores palabras inaugurales, si se reconoce en el FMI una fuerte impronta europea, basada en los acuerdos de Bretton Woods de 1944 y el reparto del poder mundial en la posguerra. Y olvida que los acuerdos del FMI son con los países, no con sus presidentes: “La deuda con el FMI mi gobierno jamás la hubiera asumido. Pero la afronta con mucho esfuerzo y profunda responsabilidad. Así actuamos, pero todos deben saber que estamos convencidos de que ninguna reestructuración de deuda puede marginar a los empobrecidos, ni postergar los sueños ni el futuro de un país”, dijo Alberto Fernández.

El presidente español Pedro Sánchez consideró que existían “pocos argumentos” para estar en contra de este acuerdo. Sin embargo, más allá del vínculo de España con el Mercosur y de Portugal con Brasil, los especialistas aseguran que “hay varios [países] que deben ser convencidos aún”. Se espera que las propuestas decanten en una hoja de ruta que fije compromisos para los próximos años.

Así, mientras nuestro país aún se debate en una dialéctica anticuada de subordinación a uno u otro imperialismo, el acuerdo con la UE supone una “huida hacia adelante” y un potencial aprovechamiento inteligente de las potencialidades del país en campos aun no explotados. Esperemos que nuestros gobernantes sepan vislumbrar la oportunidad que se avecina.



Lo más visto hoy