CERRAR

La Capital - Logo

× El País El Mundo La Zona Cultura Tecnología Gastronomía Salud Interés General La Ciudad Deportes Arte y Espectáculos Policiales Cartelera Fotos de Familia Clasificados Fúnebres
Opinión 11 de marzo de 2017

A modo de aclaración

Por Mariano A. Bronenberg

 

Razones ajenas a mi voluntad han llevado a que en los últimos días adquiriera una notoriedad pública no deseada. Haber ofrecido, a través de un tuit, colaborar en el inicio de las clases en la provincia de Buenos Aires en tiempo y forma me ubicó en medio de una controversia de alcance nacional.

Rápidamente, un verdadero fenómeno de opinión pública generó una serie de acciones orientadas a difamarme, especialmente a través de algunos medios, manipulando datos y cierta información supuestamente oficial, difundida hace años por una revista.

No tuve ni tengo acceso a la fuente original que hizo pública información errónea o falaz acerca de mi pertenencia al Batallón de Inteligencia 601, cuya connotación actual es muy grave.

No abundaré en detalles, pues el caso sigue en la agenda pública y por ello son conocidos.

Sin embargo, quisiera efectuar algunas aclaraciones: no estuve destinado en el Batallón de Inteligencia 601, menos aún durante el último gobierno de facto; no he sido ni soy espía o agente secreto; no soy empleado de ningún organismo paragubernamental; colaboré en la campaña electoral local de Cambiemos sin pertenecer al partido Pro en forma orgánica ni como afiliado y tampoco he percibido por ello remuneración de ninguna naturaleza.

Resulta evidente el grave perjuicio que se me ha causado en lo moral, psicológico y hasta económico y que alcanza a mi familia, amigos y colegas. He sido insultado, descalificado del modo más soez, amenazado, “denunciado” y hasta desafiado a duelo.

Soy un ciudadano común que parece haber cometido el error de ofrecerse para aportar su tiempo en una causa que cree justa.

Estoy inerme, a ningún funcionario le interesó desmentir aquello de lo que se me acusa, ni hizo mención al caso, salvo la alusión que, sin nombrarme, hiciera públicamente la gobernadora María Eugenia Vidal. Sí, en cambio he recibido el respaldo solidario de miles de personas, muchas de ellas anónimas o desconocidas para mí.

No tengo abogado ni protección oficial o privada de ningún tipo. He sido profundamente dañado y no sé quién se responsabilizará por lo que me sucede o pudiera sucederme a mí o a los míos.

 



Lo más visto hoy