El Ministerio de Economía ubicó a General Pueyrredon entre los distritos con mayor presión tributaria. Si bien la alianza entre el PRO y La Libertad Avanza podría condicionar la permanencia del tributo, el gobierno local considera sostenerlo.
A diez días para que venza la prórroga para la presentación del Presupuesto 2026, uno de los mayores interrogantes gira en torno a la continuidad de la tasa vial ante el rechazo del Gobierno nacional, lo que adquiere más relevancia tras la alianza rubricada a nivel local entre el PRO y La Libertad Avanza (LLA).
La tasa rige desde febrero de 2024. Es decir, fue aprobada en los dos últimos años, reglamentada a través de las ordenanzas Fiscal e Impositiva. Se cobra al cargar combustible líquido (nafta o gasoil) en las estaciones de servicio de la ciudad, tanto a ciudadanos locales como a turistas.
Según explicó el gobierno local, la alícuota es del 3 % sobre el valor del combustible sin impuestos nacionales (no se cobra en el caso del GNC), por lo que el impacto en el bolsillo del consumidor es del 1,86 % aproximadamente.
Los fondos recaudados son afectados: se destinan directamente al Emvial (Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado Público) para el arreglo y mantenimiento de las calles de la ciudad.
Días atrás, el ministro de Economía de la Nación, Luis Caputo, volvió a cuestionar a los municipios que suben “tasas a su antojo”, una práctica reiterada desde la asunción del presidente Javier Milei.
“Mientras desde el Gobierno les estamos devolviendo al sector privado más de 15.000 millones de dólares al año en baja de impuestos, algunos intendentes suben tasas municipales a su antojo. Esto afecta tanto a las empresas como a los consumidores finales, que son los que terminan pagando el costo de administradores irresponsables. Démosle todos la importancia que se merece a este tema”, planteó Caputo.
Las declaraciones del ministro se dieron en el marco del lanzamiento de un “portal de Transparencia Tributaria Municipal”. El mismo permite “identificar aspectos relevantes como las bases imponibles y alícuotas aplicables a tasas seleccionadas, así como realizar comparaciones entre jurisdicciones”.
El objetivo es “fortalecer la transparencia fiscal en el ámbito de los gobiernos locales”. En lo que respecta a la provincia de Buenos Aires, de acuerdo a lo plasmado en el portal, 29 municipios han aplicado este año tasas de mantenimiento vial. Y General Pueyrredon figura entre los de mayor presión tributaria en este rubro, junto con Pinamar. Ambos distritos son gobernados por el PRO.
Cabe destacar que en el ránking diseñado por Nación no se aclara que en el municipio la tasa se cobra sobre el valor del combustible sin impuestos nacionales -en el cuadro figura que la alícuota es del 3 %-.
Además, el listado indica que en General Pueyrredon se cobra la tasa también al cargar GNC, lo cual es un error, ya que solo se aplica en los combustibles líquidos.
En el primer año de vigencia de la tasa vial, el municipio percibió más de $5.200 millones, por encima de lo previsto inicialmente en el Presupuesto 2024, que proyectaba $4.000 millones.
Para este año, el Ejecutivo local estimó una recaudación de $9.000 millones. Hasta el momento, la percepción se ubica dentro de los parámetros esperados: al cabo de los tres primeros trimestres del 2025, ingresaron a las arcas de la comuna casi $6.000 millones.
Si bien la tasa vial se mantiene formalmente como fondo afectado, semanas atrás se tomó una decisión que podría cambiar su naturaleza.
En la sesión del 4 de diciembre pasado, el Concejo convalidó un decreto del entonces intendente Guillermo Montenegro que dispuso la desafectación hasta el 31 de diciembre de los fondos específicos afectados por ordenanzas que mantienen saldos acumulados disponibles.
El gobierno local los utilizará para pagar sueldos con el argumento de que ni la Nación ni la Provincia han aportado al fondo tripartito para sostener el financiamiento del sistema educativo municipal.
Si bien la oposición pidió precisiones sobre cuáles son las partidas que se usarán, el Ejecutivo no informó al respecto todavía. En los pasillos del Palacio Municipal se especula con que pueden ser la tasa vial o el Fondo de Promoción Turística, que se destina a la difusión de la marca Mar del Plata para atraer visitantes.
En las entrañas del gobierno municipal se evalúa qué hacer con el tributo de cara al próximo ejercicio. El escenario representa todo un juego de equilibrio entre lo económico y la nueva correlación de fuerzas tras el acuerdo entre el PRO y LLA.
Sostener un flujo constante de ingresos en un contexto de dificultades para recaudar y poder así arreglar las calles -y quizás abonar salarios- emerge como una necesidad.
Sin embargo, esta posibilidad podría empantanarse ante una postura negativa de LLA en el Concejo, ámbito donde se debe aprobar el paquete de ordenanzas que integran el Presupuesto 2026.
Un dato no menor: en 2024 y 2025, cuando todavía eran oposición, los libertarios se pronunciaron en contra de la tasa vial.
En el mapa político que quedó establecido a partir del 10 de diciembre, de los 24 concejales que integran el Legislativo, en principio, 14 pertenecen al oficialismo: cinco de Vamos Juntos (bloque referenciado en el PRO principalmente); cuatro de LLA; cuatro de la UCR; y uno de la Coalición Cívica.
En caso de que se presente el Presupuesto 2026 con la permanencia del tributo, a priori, al gobierno local no le darían los votos para lograr la mayoría si LLA sostiene su posición de los últimos dos años. Alcanzaría el acompañamiento de 10 ediles, dando por hecho que la oposición no apoyará la suba de tasas.
“Se está terminando de armar el Presupuesto. Si me preguntás hoy, va a seguir todo igual. Nosotros estos años eliminamos un componente de la TSU (Tasa de Servicios Urbanos) que fue reemplazado con la tasa vial. Si la sacamos, ese ítem vuelve a la TSU, que solo pagan los marplatenses y no los turistas, y va a aumentar más”, aseguró a LA CAPITAL un alto funcionario del Ejecutivo.
A su vez, la intención del gobierno local es sostener los aumentos automáticos de la TSU, que representa uno de los principales ingresos de la comuna, en base a la inflación, tal como se implementó a lo largo de 2025. “Después, en el Concejo se deberán encontrar los consensos necesarios para aprobar los proyectos”, aclaró el funcionario.
Y profundizó: “Todo se debe entender de una forma integral. Nos dicen que hay presión tributaria por la tasa vial, eso es relativo. Tenemos una de las tasas para supermercados más bajas, por ejemplo.Y hay otros municipios de la provincia que plantean una suba de TSU del 60 % o más. Si la inflación sigue baja, acá va a impactar mucho menos en el bolsillo del contribuyente”.
En tanto, referentes de LLA optaron por la cautela en la previa de la discusión parlamentaria. “No decidimos aún cómo votaremos en el Concejo. Hay muchas cuestiones a tener en cuenta. Tendremos que ver llegado el momento qué hacemos. Sabemos que el Presupuesto no se puede aprobar sin el apoyo de LLA”, expresó un dirigente libertario de peso a este medio.