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Policiales 23 de julio de 2021

A tres años de la desaparición de Pablo Soler, aumentan la recompensa

Considerado un "caso no esclarecido" el Ministerio de Seguridad fijó el monto en 250.000 pesos para quien pueda "aportar información fehaciente que contribuya a determinar el paradero" del hombre que fue visto por última vez en junio de 2018.

Pablo Soler. La última vez que alguien lo vio fue el 7 de junio de 2018, en el barrio Parque Hermoso.

Ya pasaron más de 3 años desde que Pablo Soler fue visto por última vez y todavía no hay información de su paradero y las hipótesis se multiplican y agotan en la misma medida: en el barrio Parque Hermoso hay quienes dicen que se fue, motivado por una depresión, otros aseguran que lo mataron en una pelea entre borrachos y que su cuerpo fue enterrado en algún terreno y están, también, los callan y ese silencio siembra dudas en la familia e investigadores.

La desaparición de Soler es investigada por el fiscal Leandro Arévalo y, ante la falta de resultados desde el Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires ofrecieron una recompensa para quien pudiera “aportar información fehaciente que contribuya a determinar el paradero” del hombre que se dedicaba a vender verduras por las calles del barrio Parque Hermoso.

La recompensa, en un principio, fue de hasta 150.000, pero luego fue aumentada a 250.000 pesos. Desde la cartera que conduce el ministro Sergio Berni aseguran la “estricta reserva de identidad” para las personas que aporten información en los teléfonos de la subcomisaría Parque Hermoso: 0223 4651288, la Fiscalía N° 7: 0223 4956666/7075 y el 911.

El 7 de junio de 2018 fue la última vez que Pablo Soler fue visto por su hermana Adriana. Se lo cruzó en la puerta de un almacén en la calle 206 entre la 5 y la 7. Soler se mostraba “preocupado”, había salido a buscar una cuchara de albañil para tapar un pozo donde anteriormente se había caído una mujer y no quería otra persona sufriera lo mismo. De ese encuentro casual pasaron ya más de tres años.

En ese momento Pablo Soler tenía 35 años -hoy ya 38-, vestía jean azul, una campera negra y zapatillas oscuras. Mide 1,65 metros, tiene tez trigueña, ojos marrones, cabello corto y castaño, no tiene tatuajes y posee una cicatriz en el lado derecho del mentón en forma de “u”.

En diálogo con LA CAPITAL, Adriana aseguró que en Parque Hermoso su hermano no tenía problemas con nadie, pero luego agrega que en ese mismo barrio “comentan que a Pablo lo mataron”. “Hay un testigo que dijo que mi hermano lo mataron. Hay quienes tienen miedo de contar las cosas, pero necesitamos que por lo menos digan dónde lo llevaron si lo mataron y que la Justicia se haga responsable”, lamentó la mujer que aún busca a su hermano.

“Mi mamá tiene casi 70 años y estuvo muy enferma. Todos los días mira por la ventana en busca de Pablo, lo espera en la puerta, siente que va a volver. Nosotras sacamos fuerza por ella para seguir, necesitamos saber qué pasó”, finalizó.

 



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