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La Ciudad 27 de febrero de 2018

Arroyo dijo que, por los baches, más de una vez se insulta a sí mismo

Aseguró que "es una vergüenza cómo están las calles", pero sostuvo que "20 años de desidia no se pueden resolver en un año y medio".

“Hay que reconocerlo, hay que decirlo: yo ando en auto y, les digo la verdad, más de una vez me insulto a mí mismo. Porque digo: ‘Voy a romper y a destruir el auto’. Porque es una vergüenza cómo están las calles”, se sinceró este martes el intendente Carlos Arroyo durante una recorrida por una obra de reconstrucción de pavimento en San Juan e Ituzaingó.

“La verdad, nosotros no tenemos la culpa: hacemos lo que podemos. Veinte años de desidia no los podemos resolver en un año y medio o dos años, con todas las peripecias que en materia de recursos y de maquinaria vial tenemos”, apuntó el intendente, que estuvo acompañado por el presidente del Ente Municipal de Vialidad y Alumbrado (Emvial), Pablo Simoni. “Es un milagro el esfuerzo económico que está haciendo la municipalidad para llevar adelante todo esto”, acotó.

Arroyo sostuvo que “las calles de Mar del Plata eran lamentables y todavía quedan un montón por asfaltar”, lo que consideró “otra deuda que tiene la municipalidad”.

“Sin embargo, ya llevamos invertidos más de 800 millones de pesos en reparaciones de calles y seguimos comprometidos, haciendo y buscando dinero de donde no hay para poder salir adelante”, remarcó.

Simoni y Arroyo, en la recorrida de esta mañana.

Simoni y Arroyo, en la recorrida de esta mañana.

Simoni hizo hincapié en las tareas que lleva adelante el Emvial. “Esta es una continuación de los trabajos que habíamos anunciado semanas atrás, con respecto al plan de pavimentación. Un plan que ya llevaba invertidos más de 764 millones de pesos”, dijo.

Las autoridades comentaron que, por la técnica de trabajo, los arreglos que se están realizando perdurarán más tiempo que los que se ejecutaban antes. “Preferimos avanzar un poco más lento pero con el pie seguro. Sabemos que serán obras que perdurarán los próximos años, es decir, más de una década. No son obras temporales”, añadió Simoni.