Interés general

Aborto: la tendencia “a favor, pero” altera todos los pronósticos

Por Pablo Sieira

El destino del proyecto para legalizar el aborto se volvió en el Senado más incierto y difícil de precisar, debido a la postura de un grupo de senadores de hacerle cambios y devolverlo a la Cámara de Diputados.

Esto no sólo altera la hoja de ruta prevista (la convencional) para el proyecto, sino que también modifica el punteo de votos previo a la sesión del 8 de agosto, según cómo se lea la posición que tomaron estos (hasta ahora) seis senadores.

Se trata de los senadores de Córdoba, Laura Rodríguez Machado y Ernesto Martínez (Cambiemos) y Carlos Caserio (Justicialista), que se sumaron a la posición que ya tenían los misioneros Maurice Closs y Magdalena Solari (Frente Renovador).

La tucumana Beatriz Mirkin (Justicialista) también se anota en esa lista luego de haberse expresado “a favor de la despenalización” y posteriormente haber pasado a integrar la columna de los “indefinidos” o “indecisos” por sus reparos frente al proyecto que aprobó la Cámara de Diputados.

En líneas generales eso es lo que estos seis senadores comparten: están de acuerdo con legalizar la interrupción voluntaria del embarazo pero no con los términos que propone la iniciativa original sancionada por Diputados.

Por ello, impulsan una serie de cambios como que el aborto se permita hasta la semana 12 y no 14, que la objeción de conciencia pueda ser institucional en lugar de individual y que se destine una asistencia financiera a los hospitales provinciales, entre otros puntos.

Este grupo podría arrastrar a otros senadores hasta el momento indefinidos, como el tucumano José Alperovich, pero principalmente altera cualquier tipo de cálculo que se haga sobre la votación, dado que no está claro si rechazarán cualquier otra iniciativa que no contemple esos puntos.

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Números relativos

La situación amerita la creación de la subcategoría “a favor, pero”, para sumar a la planilla donde los votos se cuentan como “a favor, “en contra” e “indefinidos”, dado que según en qué columna se los ubique, el llamado “poroteo” de votos cambia sensiblemente.

Si a este grupo de senadores que reclama cambios se los cuenta como votos “a favor”, se puede hablar de un escenario de paridad, con 31 votos positivos, 31 negativos y 10 indecisos, según un sondeo hecho por la agencia NA.

En cambio, si se los cuenta como votos en contra debido a su rechazo frente al proyecto que salió de Diputados, el ala verde aparece con una notoria desventaja frente al ala celeste, que reuniría 37 votos. En resumen, el redondeo lleva a que los pronósticos para la votación del 8 de agosto sean muy distintos: algunos anticipan que gana el “no” y otros que se impone el “sí”.

Tampoco se contempla hasta el momento de qué forma se plasmarán los cambios que impulsa este grupo de senadores, porque pueden tratar de introducirlos durante la sesión o bien firmar un dictamen propio en el plenario de comisiones y ambas formas abren escenarios tan diferentes como insondables.

En este contexto, para el ala verde surge un riesgo porque la posibilidad de introducir modificaciones le abre una ventana a aquellos que dicen estar de acuerdo con la despenalización de la mujer que se somete a un aborto pero no con la legalización plena de la práctica.

Allí se anotan senadores como el salteño Rodolfo Urtubey y el catamarqueño Dalmacio Mera, ambos del Bloque Justicialista y del riñón del gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, que expresa una posición similar.

De cualquier manera, la modificación del proyecto obligaría al Senado a devolverlo a la Cámara de Diputados y esto genera, nuevamente, incertidumbre sobre el final de la discusión en torno al aborto.

Los diputados pueden aceptar los cambios hechos en el Senado o ratificar el proyecto original sólo si reúnen la misma mayoría con la que se apruebe en la Cámara alta, es decir que habrá que volver a contar los votos uno por uno, porque el resultado de la primera votación difícilmente se repita.

Fuentes del Senado indicaron a NA que, más allá de estas variables, es muy pronto para hacer cuentas porque la situación puede cambiar varias veces de aquí al 8 de agosto en función de lo que ocurra en la calle.

“No es lo mismo si en la puerta del Congreso se juntan mil personas con pañuelos verdes que dos millones. Está todo abierto”, deslizan en la Cámara alta.

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