Policiales

Abusó de su hijastra por 8 años y lo condenaron a 13 de prisión

El Tribunal Oral Nº 3 sentenció a un vendedor ambulante que había sometido sexualmente a la hija de su pareja, entre 2008 y 2016, cuando ella tenía entre 12 y 20 años.

Un hombre fue condenado a 13 años de prisión por abusar sexualmente de la hija de su pareja entre 2008 y 2016.

El fallo, al que accedió LA CAPITAL, fue dictado por el Tribunal Oral Nº 3 tras una investigación del fiscal Fernando Berlingeri y un juicio oral que se realizó en los últimos días. Durante ese debate, los jueces Juan Manuel Sueyro, Fabián Riquert y Federico Wacker consideraron probado que el el imputado, un vendedor ambulante, había sido el autor del delito de “abuso sexual con acceso carnal agravado por la relación de convivencia” en perjuicio de la joven.

Según quedó acreditado en el proceso, la víctima tenía 12 años cuando comenzaron las agresiones por parte de su padrastro, y 20 cuando su madre se separó de él y terminó su calvario.

Si bien en el juicio se ventilaron escabrosos detalles, los mismos no serán publicados en esta nota, así como tampoco las nombres del hombre ni de la joven, para preservar la identidad de ésta última.

En su sentencia, los magistrados consideraron como agravante del caso que los ataques se iniciaron cuando la víctima todavía era una niña y se prolongaron por toda su adolescencia. “Todos los abusos sexuales provocan marcas imborrables en la personalidad del sujeto pasivo, pero hay abusos más graves que otros. En este caso, el acusado la sometió a prácticas aún más denigrantes, le hizo tomar su orina, le introdujo objetos y abusó de ella en

cualquier momento o circunstancia”, señalaron.

Además, expresaron los jueces, los episodios se registraron en un contexto de violencia de género que garantizaron el silencio de la víctima y “a lo largo de todo su crecimiento desde niña”. Es que el hombre la había golpeado y sometido desde un principio, y amenazado con hacerle daño físico también a su madre.

En ese entonces, el vendedor ambulante que solía realizar sus actividades en un cantero divisorio de la avenida Champagnat vivía con la mujer y sus hijas en una casa del barrio Las Américas.

El hombre era el único integrante de la familia que trabajaba y no permitía que los demás hicieran lo mismo, salvo acompañándolo y asistiéndolo a él. Por ese motivo, ejercía el control económico de la vivienda y eso, para el fiscal Berlingeri y los magistrados, constituye una muestra más de su violencia de género que impedía que la víctima lograra librarse de su accionar.

En ese marco, el imputado había establecido también un sistema de prendas que la joven debía cumplir si es que quería llevar adelante una vida normal como, por ejemplo, mantener una relación sentimental con una persona de su edad.

Cuando cumplió 18 años, la víctima quedó embarazada y el hombre le suministró pastillas abortivas que interrumpieron la gestación. En todo momento, el padrastro denigraba a su hijastra, provocándole graves daños en su autoestima, y le decía a la madre que el niño o niña que esperaba ella era fruto de una relación con un novio “feo” que tenía.

A pesar del contexto absolutamente negativo en el que creció, la joven logró terminar la escuela y se inscribió en la Facultad de Derecho, donde con el paso del tiempo pudo contarle a una compañera lo que había sufrido, y ésta -testigo de la causa- la motivó a recibir ayuda terapéutica, lo cual terminó por ser clave para que denunciara lo que sucedía.

Con todas las pruebas ventiladas en la sala, el Tribunal Oral Nº 3 decidió condenar al hombre este miércoles a 13 años de prisión, y ordenó su inmediata detención y posterior traslado al penal de Batán una vez finalizado el debate.

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