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Policiales 18 de abril de 2024

Acuerdan que Salaberry cumpla 7 años y medio preso por dos hechos

Se trata del hombre que protagoniza una de las más singulares historias judiciales de todos los tiempos en Mar del Plata. Acusado de matar a un policía en 2003, libre por prescripción de ese crimen, ahora purgará una pena 7 años y medio por tirotear a la policía y por intentar matar a un hombre bajo otra identidad.

Imagen de Alejandro Salaverry tomada el lunes 2 de mayo de 2022, poco antes de su detención.

La historia delictiva de Alejandro Salaberry, aquel asaltante que en 2003 participó del brutal asesinato del policía Christian Agusti durante un asalto, parece estar destinada a retroalimentarse y nunca acabar. Ahora, en tiempos en los que su salud se resquebraja dentro de la cárcel de Batán por cuestiones oncológicas, la Justicia le aplicará una pena de 7 años y 6 meses de prisión por sus dos últimos hechos.

El acuerdo de juicio abreviado entre Salaberry y el fiscal Leandro Arévalo tiene relación con dos causas, una por la tentativa de homicidio que cometió contra un vecino en el año 2018 en el partido de Merlo, donde vivía una vida normal bajo el nombre de Lucas Lamas. La otra por resistir a los tiros su detención en mayo de 2022, cuando cumplía arresto domiciliario.

El Tribunal en lo Criminal N°2 es el ámbito en el que se analizará el acuerdo y, como se cree, se homologará, por lo que Salaberry recibirá la segunda condena de toda su vida, según fuentes extraoficiales.

Experto en permanecer lejos del alcance de la Justicia durante casi dos décadas, Salaberry no será juzgado por el asesinato de Agusti, ya que pese a los intentos de su familia y de la abogada Adelina Martorella se confirmó que su sobreseimiento por prescripción del plazo de la acción penal estaba bien concedido, aunque no sin controversias.

Salaberry fue durante años uno de los prófugos más buscados de todo el país y su habilidad para mantenerse en esa condición lo convirtió en un mito dentro del mundo del hampa. Mucho más lo fue cuando el 10 de julio de 2019 se presentó en el edificio de Tribunales y se identificó ante la fiscalía correspondiente. Sabía que habían pasado 15 años, 7 meses y 4 días del crimen de Agusti y que le correspondía ser declarado libre de culpa y cargo por prescripción.

Cuando LA CAPITAL publicó esa información, la noticia corrió a nivel nacional y en el partido de Merlo alguien reconoció su rostro, pero, extrañamente, no coincidía la identidad. Los medios hablaban de Salaberry y en Merlo lo conocían como Lucas Lamas. Entonces se inició una investigación que determinó que, en verdad, Salaberry había usado por años la identidad falsa de Lucas Lamas y bajo ese nombre había atacado con un machete a un vecino, había sido detenido, liberado y aguardaba el avance de ese expediente.

Salaberry volvió a desaparecer al saber que lo habían descubierto y el 11 de julio de 2021, con la identidad de un hermano, se fue a vacunar contra el covid en el Museo Mar. Su estado de salud era malo por padecer cáncer y esa figura más delgada no fue impedimento para que los policías de la DDI Mar del Plata (tenían el dato de que iba a concurrir) lo detuvieron por la causa de Merlo. Fue un momento de mucho simbolismo para esa dependencia policial porque Agusti pertenecía a ella cuando fue asesinado.

Desde entonces se inició una batalla técnica en los tribunales de Mar del Plata para que la Justicia reconociera que el plazo de prescripción había sido interrumpido por la comisión de un delito. La jueza Rosa Frende y el propio fiscal Arévalo entendieron que la causa por el crimen de Agusti ya había cerrado definitivamente. La Cámara de Apelaciones decidió lo contrario y habló de “cosa juzgada fraudelenta”.

Cuando salió este fallo, en mayo de 2022, la policía fue a buscar a Salaberry a su casa, donde el arresto domiciliario que cumplía acababa de revocarse. Salaberry prometió a LA CAPITAL en comunicación telefónica que se iba a entregar, que no quería más problemas. Sin embargo, cuando llegó la policía resistió a los tiros, aunque fue detenido. Desde ese día esta preso en Batán.

En marzo de 2023 la Cámara de Casación confirmó que no se puede juzgar a Salabrrey por el asesinato de Agusti (la causa, de todos modos, está en la Suprema Corte) y que solo debían ser atendidas en el Tribunal Oral N°2 de Mar del Plata la causas por los hechos en Merlo y la resistencia a la autoridad el día de su detención.

Precisamente, por estos dos últimos delitos es que ahora el fiscal Arévalo y la defensoría oficial, acordaron una pena de 7 años y 6 meses de prisión.

Aquel crimen

El día 27 de octubre de 2003 poco antes de las 17 una banda de peligrosos delincuentes cometió un robo contra la firma “Unicomp Computación”, de 20 de septiembre al 2900. Los asaltantes eran Claudio López, Fernando Palomino (que estaba con libertad asistida por su procesamiento en el crimen de la profesora Marcela Campana), Carlos Marcelo de los Santos y Alejandro Javier Salaberry.

Los dos primeros portaban armas de fuego de gran calibre. López una pistola Bersa modelo Thunder 9 milímetros y Palomino una pistola calibre 11.25 ó 45. Al cabo de algunos minutos, despojaron a los empleados de dinero y otros valores pero una de las víctimas logró llamar al 911 y de inmediato la novedad se difundió la frecuencia policial. A pocas cuadras de allí, sin uniforme y en un auto de la DDI no identificable, iban Agusti y su compañero Cristian Fournier (27), que no dudaron en acercarse al lugar.
Cuando ambos llegaron fueron recibidos a los tiros por los dos delincuentes que estaban de “campana”.
Fournier logró identificar a Salaberry, a quien conocía de otras causas e investigaciones. Ambos empezaron a forcejear. Para entonces Agusti ya había recibido los tres tiros que le causarían la muerte inmediata. Antes de escapar, los delincuentes balearon a Fournier, quien sufrió dos heridas de arma de fuego.
López y Palomino fueron detenidos en los minutos siguientes, cuando una verdadera cacería se desplegó impulsada por la noticia de la muerte de Agusti.

agusti

Christian Agusti.

Salaberry y De los Santos quedaron prófugos en ese mismo momento, ya que lograron escabullirse del macrocentro de la ciudad y seguramente se dirigieron hacia cualquier lado menos la zona suroeste, donde se les conocía su domicilio.
El 14 de noviembre de 2005 López y Palomino fueron condenados a prisión perpetua por el crimen de Agusti. Menos de un mes después Palomino recibió otros 20 años de pena de prisión por el asesinato de Marcela Campana.

La búsqueda

Tanto Salaberry como Dos Santos fueron buscados con profundo esfuerzo pero la historia criminal indica que siempre habrá un caso que reemplace a otro y un prófugo que se agregue a la lista. No cesó jamás la esperanza de ubicarlos y en 2012 se pudo dar con Dos Santos. Había vivido en Mendoza y en La Plata, pero finalmente lo hallaron trabajando de mozo en Capital Federal. Se hacía llamar Roberto Percia y también fue condenado a prisión perpetua.
En cambio de Salaberry Gabarain (ese es su segundo apellido) no se supo jamás otra cosa que rumores. Que vivía en el Conurbano, que había estado preso con otra identidad o que incluso se había mudado a Mendoza junto a De Los Santos. Que allí se había operado de la piel para borrarse los tatuajes, que había cambiado su fisonomía y que tenía otra identidad.
Nada de eso era real, porque su vida había estado en Merlo. Ahora la vive en Batán, donde purgará su condena.