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Arte y Espectáculos 19 de mayo de 2018

Adriana Varela: “El tango nos hace reflexionar sobre lo verdadero, lo genuino”

Su voz, su presencia, el tango y el piano del maestro Marcelo Macri, son ingredientes más que suficientes para que la propuesta de la artista se convierta en un "intenso" intercambio con su público.

Adriana Varela.

Después de su show en temporada de verano, Adriana Varela vuelve a Mar del Plata. Esta vez, propone un formato intimista, el que estrenó hace un par de veranos en Uruguay, que luego grabó en vivo y con el que ganó el tercer premio Carlos Gardel de su carrera.

Adriana Varela y Piano“, tal el nombre del espectáculo, trae a la artista en compañía del maestro Marcelo Macri, con quien, según la propia “Gata” es “súper gratificante” trabajar porque “tocamos juntos hace mucho tiempo y eso nos da un timing muy bueno. Yo me siento con toda la libertad para interpretar, porque estoy contenida. Por otra parte, Marcelo toca increíble y por momentos parece que estoy con cinco músicos, o más”.

Este reencuentro con el público marplatense se dará este sábado 19, a las 21, en Teatriz. Antes del regreso, la artista valoró la austeridad estética del formato que le permite una comunicación más intensa con el público; al tango como herramienta para “reflexionar sobre lo genuino” y destacó que, el no ser masivo ayuda a su preservación.

– Vuelve a Mar del Plata, con el formato íntimo. ¿Por qué lo elige?

– Elijo el formato íntimo, primero porque es el modo en que más disfruto. Tiene que ver con que esa austeridad estética me permite sentir la comunicación con el público mucho más intensamente. Y para mí cantar es comunicar, yo necesito eso en el escenario. Si sólo se tratara cantar sería insuficiente, aburrido.

– ¿Qué tiene para enseñarnos, hoy, el tango?

– La gran enseñanza tiene que ver con lo esencial de sus contenidos. Me refiero tanto a lo poético como a lo musical. En un mundo tan globalizado, el tango preserva valores y sentimientos muy humanos: El barrio, el amor, el desamor, la pasión, y tantos otros. No creo que nos proponga nada nuevo, pero sí, nos hace reflexionar sobre lo verdadero, lo genuino.

– ¿Cree que en Argentina valoramos poco al tango, en comparación con otros países?

– Creo que el tango es popular, pero no masivo. Tampoco es masivo en el extranjero. Quiero decir que en todo el mudo es un género de culto, como el jazz y el fado, por citar algunos. Personalmente tengo experiencias increíbles en Colombia, donde canté en shows con cinco mil estudiantes haciendo pogo, por ejemplo. O en teatros líricos como el Liceu de Barcelona, o el Real de Madrid, ambos con capacidades de dos mil butacas y colmados. De todas maneras, no es lo habitual. Como dije, el tango no es masivo. Y está muy bien que no lo sea. Creo que también hace a su preservación.

– Si tuviera que componer, en estos días, una letra para tango, ¿qué temática tendría? ¿Por qué?

– Es muy difícil componer tangos hoy. La vara de los poetas emblemáticos del género está muy alta: Manzi, Cadícamo, Celedonio Flores, los Expósito… Por otra parte, ese Buenos Aires, esa bohemia, ya no están. Hay algo de alguna época del rock, antes de que se acomodara al mercado, que vino a suplantar en la juventud la función del tango. La descripción que hace Manal del barrio en “Avellaneda blues” es bien de tango. La temática del tango es el paisaje, el urbano, el rural a veces, y también el interior, el de las emociones más profundas. Por eso creo que sería la misma. Por ahí cambiaría el lenguaje en todo caso. No sé…

– ¿Qué sentimientos le provoca la situación política, social, económica de nuestro país?

– Primero, mucha tristeza. También bronca. Soy de una generación muy castigada: Desapariciones, torturas, secuestros, muerte. Pero también asistimos a varios procesos, tanto dictatoriales como democráticos. Estamos sufriendo el enorme desgaste de ver cómo repetimos errores en tiempos cada vez más cortos. Algo de la memoria no está funcionando o tal vez, el sistema esté anulando esa función tan importante para la evolución como individuos y como sociedad.