Advierten que la depresión en el consumo es “muy notoria” en Mar del Plata
Guillermo Bianchi, titular del Sindicato de Empleados de Comercio, indicó que hay "despidos por goteo" y planteó que el Gobierno "ha perdido el control de la economía" tras no homologar las paritarias del sector mercantil.

Guillermo Bianchi, el titular del Sindicato de Empleados de Comercio (SECZA) a nivel local, aseguró que el Gobierno Nacional “ha perdido el control de la economía” tras no homologar las paritarias del sector, y advirtió que en Mar del Plata la depresión en el consumo “es muy notoria”, lo que viene generando “despidos por goteo” en pequeñas empresas.
El dirigente se pronunció luego de que la gestión nacional no aceptara el aumento salarial del 5,4% en tres tramos que se acordó con las patronales. El acuerdo contempla también una suma fija en cada mes ($35.000 en abril, $40.000 en mayo y $40.000 en junio). Pero la intención del Gobierno es no homologar subas que superen el 1% mensual para que no se dispare la inflación, por lo que convocó a una reunión entre las partes para renegociar.
“Las paritarias son el mecanismo más democrático que nos ofrece el mundo laboral para que los salarios acompañen la economía y la calidad de la vida de la gente. No se pueden pisar ni prohibir aumentos salariales. Lo que tiene que hacer el Estado en la homologación es revisar que el acuerdo tenga equilibrios y no se sobreponga a ninguna ley ni a ningún convenio”, expuso Bianchi.
El secretario general del SECZA consideró que, con esta postura, el Gobierno asume “la representación de un modelo económico que para mantener su equilibrio fiscal lo que produce es desorden social, que es no permitir un aumento salarial”.
Bianchi anticipó que el gremio va a desconocer la convocatoria que hizo el Ejecutivo Nacional para renegociar el acuerdo. “Nuestra Federación Argentina de Comercio, integrada por 320 sindicatos en todo el país, se declaró en estado de alerta, lo que hemos hecho nosotros también como comisión directiva”, añadió.
Según Bianchi, la medida del Gobierno se debe a que “ha perdido el control de la economía” a partir del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que pidió una “reforma previsional, laboral y de impuestos en Argentina”.
“Pisan las paritarias porque es una forma de pisar los ingresos de las mayorías. Y ese es el objetivo del FMI”, lanzó.
Bianchi analizó que, en la actualidad, hay una “injusta distribución de las riquezas en Argentina”. Esto tiene como correlato la represión de la protesta social, “para que la ciudadanía sepa que no puede reclamar más de lo que el Gobierno impone”.
“Estamos frente a un modelo de distribución y acumulación en un sector muy privilegiado. No hay que engañarse, Argentina no va camino a ser Irlanda ni Finlandia, sino que está en un proceso de ‘latinoamericanización social’. Esto quiere decir que hay pequeñas minorías con altas tasas de ganancias y mayorías expulsadas a los márgenes de una sociedad muy desigual”, cuestionó el sindicalista.
Por eso alertó sobre un escenario de “precarización laboral”, a partir del crecimiento del trabajo informal y de cómo se “vulneran derechos”, con ingresos que no alcanzan para cubrir “la canasta básica”.
Consumo a la baja
Consultado por LA CAPITAL sobre la situación del comercio en la ciudad y el impacto en el empleo, Bianchi advirtió que Mar del Plata “no escapa de la realidad económica general: la depresión en el consumo es muy notoria”.
A raíz de esta situación, “se dan despidos por goteo, donde pequeñas empresas que tenían tres trabajadores pasan a tener dos o uno. Esa es la característica central que se está viendo no solo ahora, sino en el último tiempo”.
Bianchi se refirió al reciente informe de la Unión del Comercio, la Industria y la Producción, que si bien registró un aumento interanual del 2,3% en las ventas de unidades físicas en el sector comercial, “la proyección no es muy alentadora”. Por el contrario, se avizora una “caída abrupta” en la actividad de cara al futuro.
Por otro lado, el gremialista sembró interrogantes sobre la modificación en el periodo de prueba en la última reforma laboral -pasó de tres a seis meses- y su posible impacto local en la próxima temporada.
“Antes eran tres meses. Se contrataba por un periodo y había que llamar al trabajador al otro año. Ahora, los seis meses del periodo de prueba conspiran contra el trabajo de temporada”, alertó Bianchi.
Y profundizó: “Si yo estoy hablando de que en noviembre, diciembre, enero, febrero, marzo y abril puedo contratar a una persona por seis meses, ¿qué sentido tiene contratar por temporada? Hay mecanismos de la ley que vulneran el derecho y precarizan el empleo”.
Según Bianchi, el empleo de temporada permitía a gente joven tener un ingreso en el verano para luego solventar sus estudios o colaborar con la familia. “Eso empezó a mutar y hay que revisar cómo sigue”, subrayó.