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Arte y Espectáculos 23 de noviembre de 2018

Agostina Lomba Sabatini y la Escuela del Colón: “Estoy cumpliendo mi sueño”

El documental "Un año de danza" muestra los entretelones del proceso de selección y el primer año de formación en la escuela de danzas más prestigiosa del país.

Agostina, durante su primer año en el Colón, la etapa que muestra el documental.

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Agostina Lomba Sabatini tiene hoy 16 años. A los 11, intentó por primera vez ingresar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón (Isatc). Lo logró en el segundo intento y hoy, cinco años después, sigue cursando la carrera y preparándose, para participar con el ballet estable que dirige Paloma Herrera, en El Cascanueces.

“Estoy cumpliendo mi sueño. No lo tomo como un trabajo duro, lo hago con mucha pasión, amo hacerlo todos los días y aunque cueste, nunca me voy a cansar” le aseguró a LA CAPITAL.

Agostina es una de las protagonistas del documental “Un año de danza” de Cecilia Miljiker, que muestra los entretelones del proceso de selección y el primer año de formación de niñas y niños de entre 8 y 12 años de edad, en el duro camino de trabajo, pasión y sacrificio en pos de cumplir el sueño de formar parte de la escuela de danzas más prestigiosa del país y una de las más exigentes de Latinoamérica.

“No hay alegría más inmensa que pisar el escenario del Teatro Colón. Ese lugar es como mi segunda casa pero todos los días me sigo asombrando con su magnitud”, asegura la joven que baila desde los siete años y que, cuando en la academia de su barrio pasó por varias disciplinas para probar, “nada me gustaba hasta que llegó el ballet. Quedé enamorada, de la música, los movimientos suaves, la delicadeza, todo me encantó”. Desde entonces, solo tuvo las notas más altas en los finales de la academia, hasta que sus profesores les indicaron a sus papás que dadas sus condiciones podía intentar ingresar a la escuela del Colón. Ello implicó un gran cambio de vida. “El examen de ingreso es muy estricto, son tres exámenes, uno médico, otro físico y un tercero rítmico, de improvisación. Tocan una música y uno tiene que bailar. La primera vez llegué hasta el segundo examen, al año siguiente me volví a presentar, estaba un poco más segura, pero el tercer examen es un momento impresionante entre nervios, ansiedad y felicidad”, relató la joven que se describe como “muy aplicada” y que tiene por objetivo quedar en el ballet estable del Colón y, más adelante “entrar en algún ballet del exterior”.

Desde el momento de decidir presentarse a la selección la vida le cambió. “Es una decisión familiar, nosotros vivimos a una hora del colón, me tenían que llevar todos los días. A las 7.30 de la mañana ya estamos en clases, hasta las 12 y, luego, hay días a la semana que tenemos ensayo a la tarde para la obra de fin de curso”.
Además de las materias del Instituto, como requisito indispensable se les exige a los estudiantes que cumplan con la escuela primaria y secundaria. “El primer año hice la escuela del Colón y la escuela como alumna regular. Pero fue muy cansador. Pero encontré una escuela, que es a la que van muchos deportistas de elite, que tiene un programa libre, con tutorías, exámenes y trabajos por la web, solo tenés que ir a mitad y a fin de año a rendir exámenes presenciales. Eso me permite organizarme y estudiar a mis tiempos”, contó. En ese sistema continúa hasta hoy.

Y reconoce que si bien su principal objetivo, su vida, es la danza, le gustaría cuando termine el secundario estudiar también otra carrera.

“En el Colón, en los primeros cuatro años tenemos técnica de danza, francés, música, preparación física y folklore. A partir de quinto también tenemos anatomía, historia de la danza, danza carácter, español y contemporáneo. Es una formación artística integral”, apuntó Agostina quién, por una lesión, debió repetir uno de los años, algo común en la exigente formación de bailarines de ballet.

Además de la formación de lunes a viernes, por la mañana, y los ensayos tres veces por semana a la tarde “hay clases que vamos haciendo individualmente, con maestros afuera, para profundizar algunas cuestiones, al igual que en las vacaciones de invierno y de verano, en las que siempre estamos haciendo algún curso”.

El documental Un año de danza, cuenta con guión, producción y dirección de Cecilia Miljiker (Compañía Productora Ideas Digitales.tv). Además de la historia de Agostina, el documental cuenta los sueños de Juan Martín di Bene, Milagros Perrella, Massimo Cibeira Occhiuzzi, Ailín Zafra Vignola, Agustina Murray, María Angeles Aguilar Giacosa, Valentín di Giorgio Minico, Lara Mariel Messina Puppo, Antonio David Leborans Pons, Luciano García, Ornella De Fante, Lola Karina Wechsler y Jazmín Aguirre