La investigación por el sangriento intento de asalto ocurrido en el comercio “El Mercadito” sumó en las últimas horas datos reveladores que confirman el perfil criminal de los dos hombres que resultaron muertos tras ser baleados por el propietario del local.

Según informaron fuentes judiciales y policiales, el cotejo dactiloscópico permitió establecer que ambos contaban con un extenso historial delictivo en la ciudad.

A través de la Policía Cientícia y el análisis dactiloscócpico, se confirmó que uno de los sujetos fue identificado como Juan Carlos Badilla (31). Su registro en el sistema penal local se remonta a 2014, con ingresos por daños y lesiones en riña, y una causa posterior en 2017 por robo agravado tramitada ante la fiscalía de Flagrancia.

Por su parte, el segundo cómplice, identificado como Diego Martín Nieto (28), presentaba una reincidencia aún más marcada. De acuerdo al reporte oficial, Nieto acumulaba al menos cinco procesos penales entre 2014 y 2022, incluyendo cargos por robo, hurto agravado y un último registro por robo agravado por el uso de arma de fuego.

Arma robada y “escruche” previo

Otro dato que profundiza la gravedad del hecho es el origen de la pistola Bersa TPR 9mm hallada junto al cuerpo de uno de los delincuentes en la vía pública. Tras consultar los números de serie en la base de datos, se determinó que el arma poseía un pedido de secuestro activo desde el 13 de diciembre de 2024.

Había sido sustraída durante un “escruche” en una vivienda de la calle Hernandarias al 5600, en jurisdicción de la Comisaría Tercera. Aquel hecho, ocurrido hace poco más de un año, es investigado por la Oficina de Delitos contra la Propiedad Automotor (ODA).

La situación del comerciante

Mientras tanto, la fiscal Romina Díaz, a cargo de la UFI Nº 6, continúa analizando las cámaras de seguridad del comercio de 20 de Septiembre y Quintana. El material fílmico es clave para ratificar la hipótesis de la legítima defensa, dado que los delincuentes irrumpieron armados y golpearon violentamente al comerciante antes de que este utilizara su pistola calibre .380 para repeler el ataque.

A pesar de que el arma del comerciante tenía la tenencia vencida, la justicia no ha adoptado medidas restrictivas sobre su libertad. El hombre, de 48 años, ya prestó declaración testimonial y permanece bajo supervisión médica debido al corte sufrido en su cabeza durante el asalto, mientras el barrio San José sigue conmocionado por un desenlace que los vecinos califican como “la crónica de un final anunciado”.