Por Bruno Verdenelli
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Alan Grinstein no sale de su asombro. Está shockeado. Como todo futbolero, sabe que la experiencia que vivió este martes a la noche, cuando finalizó la función de Rocky en el Teatro Lola Membrives, marcará su vida. Y no es para menos, conocer y abrazar a Lionel Messi no es algo cotidiano.

El marplatense de 30 años que brilla en la calle Corrientes como parte del elenco de la obra que protagoniza Nico Vázquez, en la que interpreta a varios personajes, habla en exclusiva con LA CAPITAL y dice que todavía le tiemblan las manos. “Es muy difícil poner en palabras lo que sentí. Mi familia me estaba esperando para ir a comer después de que terminó todo y estuve una hora en shock. No reaccionaba, no podía entender lo que había vivido“, explica.

Grinstein revela que, casi por accidente, observó a Lionel Messi ingresar al teatro donde trabaja un minuto antes de iniciarse la obra y se quedó “petrificado”. “Yo lo vi a Leo cuando entró a la sala, porque no lo hizo por la platea como todos, sino por el túnel de acceso para que no se generara todo el típico revuelo. De ahí pasó por la puerta de los camarines, cruzó por abajo del escenario y así llegó a la platea. Entonces esa secuencia sólo la presenciamos tres actores del elenco, incluyendo a Nico, y detrás de él cuando caminaba había un halo de luz naranja que iluminaba el escenario, y no miento: pasó y dejó una estela. Parecía que había pasado Dios. Cuando vi esta imagen se me fueron las manos a la cabeza directamente”, relata, todavía asombrado.

Y agrega: “Eso fue a 40 segundos de arrancar la función… Así que la hicimos como pudimos. No fue una función cualquiera”. El actor y cantante marplatense, hincha fanático de Boca, se reconoce futbolero más allá de su equipo y por eso reitera que la experiencia vivida este martes a la noche “fue más que especial”.

“Yo a Argentina solamente la vi campeona del mundo una sola vez. Así que ellos, él, (Lionel) Scaloni y los demás, nos cumplieron el sueño. Mi papá siempre me contaba sobre el ’78 y el ’86 y yo no lo había vivido… Encima a mí el Mundial me agarró en un momento especial, triste, porque me había separado de mi novia, y para mí fue muy particular ese campeonato, me puso muy feliz”, revela.

Luego de describir algunas de sus sensaciones, Grinstein señala que al finalizar la función Messi pasó a saludar a al elenco tras bambalinas. “Empezó a abrazarnos uno por uno y veía que me tocaba a mí… Yo era un mar de lágrimas. No podía parar de llorar y cuando me vio hizo un gesto con los ojitos medio como diciendo ‘¿Qué le pasa a éste?’, y me abrazó fuerte, me dio palmadas en la espalda y me acarició. ¡Yo no lo podía creer!“, expresa y sonríe el artista que en Rocky interpreta a un mafioso y a un periodista, entre otros personajes.

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Para finalizar, jura que al momento de tocar al astro percibió una energía diferente a la del resto de la gente. “Creo que no es del todo humano… Tiene un aura especial, hay algo más ahí. Esto fue lo máximo que me pasó desde que actúo. Salvo que venga a vernos (Sylvester) Stallone, que sería increíble también, va a ser difícil de emparejar”, lanza.

Grinstein empezó a estudiar teatro y comedia musical en Mar del Plata, cuando iba al colegio. Posteriormente, se mudó a Buenos Aires, donde empezó formalmente su carrera, y protagonizó Drácula.

“Tuve algunas participaciones en distintas series como Espartanos, por ejemplo, que salió por Disney, y en Jaque Mate, con Adrián Suar. También hice cortometrajes, pero mi máximo sueño ahora es hacer cine”, concluye Grinstein. Hasta Hollywood no para.