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Arte y Espectáculos 3 de octubre de 2016

Alberto Alvarez: “La silla de ruedas es mi pasaporte a todo lo que logré”

Tuvo una parálisis motriz debido a un cuadro de asfixia durante el parto. La misma le impidió mover el cuerpo de la cabeza para abajo. Lejos de impedirle lograr sus sueños, se convirtió en un artista reconocido.

“Algún día cuando me mejore, voy a pintar así” pensaba un Alberto Alvarez de cinco años mientras miraba los cuadros en las paredes de la casa de su tía que despertaban su interés. “Uno siempre tiene la esperanza de mejorar, de caminar, de mover las manos. Pero no pasó”, confesó tiempo después.

Lejos de resignar sus sueños por una parálisis motriz sufrida durante el parto a partir de un cuadro de asfixia, decidió averiguar cómo podría pintar sin utilizar las manos. De a poco, empezó a probar con la boca. Sujetaba el pincel entre los labios y pintaba de esa forma. Hasta que finalmente, su boca comenzó a reemplazar por completo a la mano.

“Cuando tenía 12 años mi mamá me compró un pack de acuarelas. Por primera vez pinté pinitos y montañas de Mendoza”, contó Alberto con una sonrisa de oreja a oreja en entrevista con LA CAPITAL.

Esas acuarelas dieron lugar a una carrera artística exitosa. Después de realizar la primaria y la secundaria, Alberto ingresó a la facultad y estudió Arte. Amante de los idiomas y alumno brillante, se recibió también de profesor y traductor de inglés y alemán. En Brasil consiguió el título de profesor de pinturas sobre cerámica.

Ingresó a la Asociación Mundial de pintores con la boca y el pie hace más de 25 años, donde le dieron la distinción de Miembro Pleno de la misma. Entre los premios que recibió se encuentran: “Premio Nacional Bienal A.L.P.I.”, “Trofeo Rotary Club Internacional” de Salta, “Mención de Honor de la Cámara Juniors” de Mendoza, Premio “Ejemplo de Vida” del Club de Leones de Mendoza.

“A la silla la amo porque me abrió tantos caminos en la vida, gracias a ella atravesé pueblos, ciudades, países y continentes”

De la mano de la Asociación conoció Argentina “de norte a sur y de este a oeste”, Chile, Brasil, Uruguay, Paraguay, Perú, México, Miami, Orlando, España, Austria al que describió como “su país favorito por la vida ordenada que llevan” y se refirió a Viena como “su lugar en el mundo”, Francia, Ucrania, Alemania, Suiza y Portugal.

“Estoy orgulloso de formar parte de la Asociación, es una de las mejores cosas que me pudo pasar en la vida porque gracias a ella pude recorrer el mundo mostrando lo que me gusta hacer”, aseguró el artista a este medio.

Aunque su pasión es el arte, hay un tema específico que logra que Alberto sonría felizmente: el amor. Así, este romántico empedernido, contó su historia de amor junto a Liliana con quien se encuentra en pareja desde hace 13 años.

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“Después de tres años de vivir en Mar del Plata, fui a la farmacia a pedir que mandaran a alguien a mi casa para que le tomaran la presión a Esther -su madre- porque se sentía mal. La chica que vino se llamaba Liliana, yo no la conocía, pero ella me dijo que sabía quién era porque siempre llegaba a la farmacia muy contento” narró el pintor y comentó entre risas “mi mamá ese día me dijo ‘me parece que acá va a haber algo’”.

Después de 20 días como amigos, 6 meses como novios y 13 años conviviendo, Alberto asegura estar enamorado de Liliana tanto como ella de él. “El amor todo lo puede, si no fuera por amor esto no podría existir. Amor es comprenderte, hablar el mismo idioma. Es cuando uno se mira a los ojos y se dice todo. Cuando vos llegás a entenderte con la mirada ahí es cuando estás enamorado y podés sobrellevar cualquier tipo de situación”, comentó.

Feliz de la vida que lleva, aseguró que estuvo “bajoneado muchas veces, pero nunca por lo de los manos”. “Mis dos bajones graves fueron cuando fallecieron mi hermano y mi papá, la silla nunca me hizo sentir mal. La silla de ruedas es mi pasaporte a muchas cosas, yo llevo mi condición con dignidad”, indicó.

“A la silla la amo porque me abrió tantos caminos en la vida, gracias a ella atravesé pueblos, ciudades, países y continentes. La gente va a pensar que estoy loco, pero yo veo que gente amargada cambia su actitud cuando me ve. ¿A vos no te parece que esta silla es para amarla si hace mejores a las personas?”, confesó esta persona optimista que disfruta de sus días pintando en compañía de su madre, su pareja, sus hijas y su nieta quien asegura “le robó su corazón”.