A días de cumplirse un año de la llegada del Covid-19 a la ciudad y el aislamiento obligatorio en todo el país, el coordinador del Foro Municipal de Colectividades Mar del Plata-Batán, Marcos Zuasnábar, manifestó que las entidades allí congregadas se encuentran en una “situación límite” y algunas de éstas podrían llegar al cierre definitivo de sus sedes, por lo que solicitaron una reunión con el intendente Guillermo Montenegro.

Desde el sector destacaron que “la situación que se alargó más allá de lo imaginado” y que aún “no se pueden realizar reuniones gastronómicas, verdadero sostén de muchas colectividades” ni “actividades grupales que dan vida a las instituciones”, que, más allá de mantener las raíces con su terruño, cumplen tareas recreativas, formativas, de inclusión y  de capacitación en oficios, en algunos casos.

Zuasnábar, acompañado por la secretaria del Foro de las Colectividades, Macarena Ninno, manifestó que “esto realmente nos desbordó a todos”. “Desde el principio, estuvimos en contacto con María Florencia Ranelucci, directora de Cooperación Internacional, Culto y Colectividades. Más allá de su buena predisposición, no hemos tenido ayuda alguna”, señaló.

Marcos Zuasnábar, junto a la secretaria del Foro, Macarena Ninno, y el representante de las Colectividades de CABA, Julio Crocci.

En este sentido, recordó que “se empezó a tramitar una quita de la TSU (Tasa por Servicios Urbanos), de Obras Sanitarias, pero esto no se tradujo en mejora económica para las colectividades”.

“Por ejemplo, si una Asociación tiene un concesionario en su buffet, pero no tiene medidor separado (casi nadie realizó esta obra) no se puede pedir el beneficio. Los trámites llevan su tiempo, hay que presentar distinta documentación y, mientras tanto, las sedes hay que mantenerlas”, agregó.

Luego, el también representante del Club Portugués, cuyo mandato se extiende hasta abril de este año, indicó: “Nuestras colectividades dependen mucho de las fiestas, romerías, festivales, que se organizan . Estas reuniones de difusión de las danzas nativas, coros o simplemente el festejo de un aniversario, son el sostén de las distintas corrientes migratorias”.

“Algunos intentaron con la modalidad delivery, cuando se implementó, pero no es lo mismo. Los más allegados, a título de colaboración, quizás concurrieron a retirar sus porciones de comida típica, pero no es lo mismo que una celebración en  salón”, recalcó.

Por último, Zuasnábar manifestó que  al no poder alquilar estos espacios para fiestas o actividades tercerizadas, como pueden ser clases de tango, zumba, folklore, fotografía, guitarra, entre otras, “no ingresó dinero a las tesorerías de las distintas asociaciones”.